Descifrando el mercado de la energía: ¿qué son las empresas comercializadoras de luz y de gas?

En los últimos meses, los movimientos geopolíticos que tienen lugar en otras zonas del planeta han dejado una huella importante en los titulares de los informativos, en los precios de los alimentos y en nuestras facturas de luz y de gas. La invasión de Ucrania ha provocado una cadena de consecuencias que han terminado afectando, también, a nuestros bolsillos.

Ante la subida de los precios, muchos hogares se han propuesto mirar con lupa sus gastos energéticos y buscar las opciones que más se ajusten a sus necesidades. Sin embargo, la mayoría se han encontrado con un entramado de nombres y conceptos difícil de interpretar. ¿Cómo puedo entender mi consumo? ¿Quién me cobra la factura de la luz? ¿Y a quién tengo que dirigirme si quiero contratar otros servicios de gas?

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Muchas de estas preguntas están relacionadas con los protagonistas del mercado de la energía. Te contamos qué son las empresas comercializadoras de luz y de gas, en qué se diferencian de las distribuidoras, cuál es su papel a la hora de hacernos llegar la energía y en qué casos debemos dirigirnos a ellas para conseguir un servicio más eficiente.

El papel de las empresas comercializadoras

Las dos grandes protagonistas del mercado eléctrico son las empresas comercializadoras y las empresas distribuidoras. Las primeras se encargan de vender la energía a los consumidores y las segundas, como su propio nombre indica, de distribuirla y llevarla hasta sus hogares. Ambas trabajan de forma conjunta, pero tienen diferentes funciones.

“Las empresas comercializadoras son las que venden la energía, fijan los precios y emiten las facturas”, explica Julia López, responsable de Operaciones de Watiofy, una plataforma comparadora de facturas de luz, electricidad y gas.

Una de las características principales de las empresas comercializadoras es que se pueden elegir y cambiar libremente (siempre y cuando se respeten, de haberlas, las cláusulas de permanencia). De este modo, cada usuario puede elegir con qué empresa quiere contratar su suministro de luz o de gas.

Entre las responsabilidades de las empresas comercializadoras está facilitar las facturas a los consumidores y prestarles servicios de atención al cliente relativos a los productos que contratan. Estos son algunos de los casos en los que debemos contactar con las empresas comercializadoras, de acuerdo con la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU):

• Cuando no se entiende bien la facturación.
• Cuando se desea cambiar de potencia o de servicio.
• Cuando se está aplicando mal una tarifa.

“Debemos contactar con la comercializadora siempre que el asunto tenga que ver con los productos, como sucede por ejemplo con las empresas de telefonía”, explica López. “Si nos han cobrado de más, si no hemos recibido la factura, si queremos cambiar nuestros datos de facturación…”. Del mismo modo, también debe contactarse con las compañías comercializadoras para realizar otras gestiones, como subir o bajar la potencia eléctrica contratada.

¿En qué se diferencian de las distribuidoras?

Las empresas distribuidoras ofrecen su infraestructura para trasladar la energía hasta los puntos de consumo. De este modo, son responsables de la distribución de la energía, así como de la construcción y el mantenimiento de las instalaciones (son, por ejemplo, las encargadas de instalar los contadores y de realizar la lectura periódica de los mismos).

A diferencia de las comercializadoras, las empresas distribuidoras están repartidas a lo largo del territorio español y no pueden elegirse libremente. “Tenemos la que nos toca”, explica López. Y, tal y como señalan desde la OCU, de igual modo que los usuarios no pueden elegirlas, las compañías tampoco pueden cobrar a su antojo. “El Gobierno se encarga de fijar cuánto debe cobrar la distribuidora por hacer ese trabajo”, explican.

La Organización de Consumidores y Usuarios señala también que estas empresas son las que deben responder si la calidad del suministro se ve interrumpida o no es la adecuada. Por ello, los usuarios deben contactar con ellas en caso de tener averías en la red o cortes en el suministro, por ejemplo. “Imaginemos que se cava una zanja para hacer una obra y se corta la luz. Ahí entra en juego la distribuidora; por mucho que llamemos a la comercializadora, esta no podrá solucionar el problema”, aclara la responsable de operaciones de Watiofy.

De este modo, la relación entre las empresas comercializadoras y distribuidoras es muy estrecha. Para que las primeras puedan vender los servicios a los consumidores, las segundas deben asegurarse de que el suministro llegue de forma correcta.

Mercado libre y regulado: tipos de comercializadoras

Actualmente, existen dos tipos de mercados, el libre y el regulado.

• El mercado libre es aquel en el que las comercializadoras fijan el precio libremente.
• El regulado es gestionado por el Gobierno y en él las comercializadoras solo pueden ofrecer las tarifas TUR (Tarifa de Último Recurso) en el caso del gas y PVPC (Precio Voluntario al Pequeño Consumidor) en el de la luz.

“Las empresas del mercado regulado son autorizadas exclusivamente por el Gobierno para gestionar y tramitar las tarifas con precio de venta regulado. Si tenemos en cuenta la electricidad, en España hay seis, cinco en la península, Baleares y Canarias y otra en Ceuta y Melilla”, explica López.

Se trata de Energía XXI, Comercializadora del Último Recurso, Curenergía, Baser, Régsiti y Comercializador de Referencia Energético (propio de Ceuta y Melilla). Se corresponden, respectivamente, a Endesa, Iberdrola, Naturgy, Total Energies, Repsol y CHC Energía en el mercado libre.

“Actualmente, el factor que más se tiene en cuenta a la hora de elegir la empresa comercializadora más conveniente para cada caso es el precio”, explica López. “Por supuesto, también entra en juego la atención al cliente, pero se han dado tantas subidas en las tarifas y ha habido tanta incertidumbre que el precio se ha convertido en un elemento determinante”.

Productos de origen renovable

En los últimos años ha aumentado además el número de empresas comercializadoras de electricidad que ofrecen productos de origen renovable. Entre los nombres más relevantes, están HolaLuz, Podo o Gesternova. Estas hacen uso del potencial renovable de España, basado sobre todo en las energías eólica y fotovoltaica: a finales de 2022, y de acuerdo con Red Eléctrica de España (REE), más del 58 % de la capacidad de producción del país era ya renovable.

Avanzar hacia un futuro más verde es, sin duda, uno de los retos de las empresas comercializadoras de energía. Otro es seguir dando un servicio de calidad a todas las personas en un mundo marcado por la digitalización.

“Hoy en día, parece que se han olvidado de las personas mayores o más desfavorecidas, porque todas las tramitaciones, incluida la emisión de la factura, se hacen ‘online’”, señala Julia López. “Esto es un problema porque hay personas que no tienen forma de conectarse a la red, dispositivos como ordenadores o ‘smartphones’ o incluso una cuenta de correo electrónico. Es un punto flaco al que las empresas comercializadoras deben poner solución si quieren prestar, de verdad, un buen servicio a la sociedad”.