Opinión
A nadie se le escapa que Europa se ha quedado atrás, frente a otras potencias mundiales, en muchas de las carreras tecnológicas de las últimas décadas: desde el diseño de teléfonos inteligentes y los sistemas operativos que los controlan al desarrollo de aplicaciones de inteligencia artificial, pasando por las plataformas de comercio electrónico o las redes sociales, entre otros ámbitos de competencia. Pero hay una nueva carrera, todavía incipiente, en la que Europa parece decidida a no quedarse atrás: la emisión de CBDCs (monedas digitales de banco central, por sus siglas en inglés), que pretenden ser una versión electrónica del dinero en efectivo ahora que este está en claro retroceso como medio de pago.

Pablo Urbiola
Responsable de Regulacion digital de BBVA