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Cuatro maneras de no hacerle un hoyo al bolsillo

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La felicidad, la sorpresa, la alegría, la tristeza, el enojo e incluso el aburrimiento, inciden en la inteligencia emocional de las personas y también en el consumo. Detectarlas no solo ayuda a saber expresarlas correctamente, también permite tomar conciencia de cómo y en qué gastar sin comprometer la salud financiera.

Los especialistas definen las emociones como un estado psicológico complejo que implica tres componentes distintos: una experiencia subjetiva, una respuesta fisiológica, y una respuesta conductual o expresiva que inciden directamente en el día a día de las personas. Esto también incluye la manera en que se manejan las finanzas personales. En este sentido, guiarse únicamente por una emoción al momento de realizar una compra afecta a cualquier bolsillo.

Abraham Maslow fue un psicólogo que propuso una teoría de las necesidades humanas, afirmando que algunas de ellas son más importantes y comunes que otras. Y es que la psicología y economía a todos los niveles caminan de la mano.

Por ello, es importante que antes de realizar un gasto plantearse primero las siguientes preguntas: ¿Cómo me siento? ¿Qué emoción me motiva para hacer esta compra? ¿Me sirve? ¿Lo necesito? Y solo entonces tomar una decisión de compra.

Aquí se ofrecen algunos consejos para realizar compras responsables que no afecten de manera sustancial las finanzas personales.

Revisar antes de comprar. Comprar un artículo pensando que no se tiene o que hace falta sin antes asegurarse de que así sea, puede convertirse en una compra innecesaria. A la mayoría de las personas les ha sucedido. Estas son situaciones que se repiten a menudo cuando no se hace una revisión de lo que se tiene en casa, y por lo general el resultado son cajones llenos de cosas repetidas, ya sean utensilios de cocina, ropa e incluso varias piezas del mismo artículo que se compraron pensando “por si se rompe” o “por si lo necesito”; y pasado el tiempo ni se rompió ni se necesitó. Lo mismo sucede cuando se adquiere algo sólo por el hecho de estar en oferta, pues en muchas ocasiones tampoco resulta útil o no cumplió con una necesidad específica y acabó arrumbado en un rincón.

Comprar con lista en mano. Es importante hacer una lista de lo que se requiere. Por ejemplo, al elaborar una lista para ir al supermercado se estará comprando lo necesario para abastecerse de productos de consumo diario. No vale la pena mantener más cantidad de un producto cuando su consumo no es frecuente, porque terminará en la basura, dado que ya venció su caducidad. Apegarse a una lista para realizar cualquier tipo de compra ayuda al bolsillo y al presupuesto.

Comprar productos asequibles. Se sabe que no todo lo caro es bueno. Comparar la relación calidad y precio dentro del rango de funcionalidad y eficiencia siempre será una buena herramienta de ahorro a la hora de adquirir un producto.

Hacer un apartado. Separar el dinero que se recibe mensualmente para asumir los diversos compromisos económicos que se tienen con frecuencia, como pago de servicios, colegiaturas, mantenimiento, etcétera, ayudará a no disponer de éste y poder realizar el pago cuando sea necesario. También se puede ir ahorrando poco a poco para llegar a la cantidad necesaria para cubrirlo.

BBVA México cuenta con Apartados, una solución para realizar los pagos de cada mes con tranquilidad, separando el dinero en la cuenta de débito. Se pueden hacer hasta siete apartados y personalizarlos. También es posible cambiar el nombre, prioridad, cantidad, o programarlos y desprogramarlos cuando se desee a través de bbva.mx y app BBVA México.

Otra de las ventajas es que el dinero que se separa no aparecerá en el saldo de la cuenta y si se necesita disponer de él, solo hay que seleccionar “Disponer dinero” (desde la app BBVA México y bbva.mx) y pasará de inmediato a la cuenta.

Esta herramienta digital fomenta el ahorro y ayuda a las personas a tener una buena salud financiera para hacerle frente a los compromisos económicos cotidianos, cuidando el presupuesto personal y familiar.