¿Qué es el hedging o cobertura?
Hedging o cobertura es la realización de una actividad financiera para reducir o eliminar las posibles pérdidas que pueden causar las inversiones financieras. Se suele realizar con derivados financieros, y se asemeja a la forma de hacer un contrato de seguro, aunque con algunas diferencias.

Se trata de un proceso habitual para muchos inversores, pero también es útil en muchas empresas que pretenden cubrir sus riesgos de un modo u otro.
La forma más habitual de hacer “hedging” es utilizar derivados financieros, como futuros, opciones o swaps. No obstante, lo de cubrirse de riesgos mediante productos financieros no es exclusivo de instituciones financieras o bancos de inversión, sino que muchas empresas o personas individuales lo hacen, aunque no sea con derivados.
En cierto modo hacer hedging no es demasiado diferente de cuando hacemos una operación de seguro. Por ejemplo, el seguro del coche por robo. Queremos protegernos de un evento que puede acabar pasando y que no podemos controlar (que nos roben el coche) de forma que si sucede no perdamos el valor invertido en el mismo.
La importancia del 'hedging' entre empresas
Las empresas también asumen riesgos que no pueden asegurar, para cubrirse de las potenciales pérdidas pueden contratar un derivado financiero. Por ejemplo supongamos una empresa que fabrica componentes electrónicos cuyos componentes vienen de Estados Unidos y paga en dólares y los vende en Europa en euros.
Los componentes los adquiere en Estados Unidos a quince dólares la unidad con un tipo de cambio de 1,50$/€, y además tiene firmado un acuerdo por 50.000 unidades anuales. El problema es que su margen de beneficio es bastante bajo, por lo que en caso de que el dólar se aprecie respecto al euro a 1,25$/€ necesitaría pagar doce euros por componente, perdiendo buena parte del margen de su negocio que es de tres euros.
Para evitar esto, compra un futuro en el mercado de divisas en el que compra cinco millones de dólares dentro seis meses a un tipo de cambio de 1,40$/€. De este modo si a los seis meses se habrá asegurado parte de los dólares que necesita a un tipo de cambio ya acordado.
A los seis meses necesitará 7,5 millones de dólares. Si el tipo de cambio está a 1,30$/€, el precio será de 5.769.231 euros. Si estuviera a 1,60$/€ el precio sería 4.687.500 euros. En cambio por la operación que ha realizado se asegura cinco millones a 3.571.428 euros. Si el tipo de cambio se encuentra a 1,3$/€ el resto (dos millones y medio de dólares) lo conseguirá a 1.923.077 euros mientras que si estuviera a 1,6$/€ lo haría por 1.562.500 euros. En uno de los dos casos sale perdiendo, pero en caso de un resultado desfavorable de los tipos de cambio no perdería tanto como lo haría normalmente.
Un ejemplo de buena cosecha
Pongamos otro ejemplo contrario, en el que un agricultor quiere cubrirse del riesgo. Sus naranjos producen hasta 10.000 kilos de naranjas todos los años, y sus costes de producción son 3.000 euros. El agricultor quiere protegerse de dos riesgos:
- Una mala cosecha que no cubra los costes de producción.
- Una buena cosecha que llegara a inundar el mercado y bajaran los precios.
Para cubrirse de los costes, vende futuros sobre la cosecha que no ha crecido por 3.000 kilos de naranjas a un euro. Además, compra una opción de compra sobre naranjas (es decir, sólo la ejecutará si quiere) por 3.000 kilos de naranjas a 1,10 euros el kilo. Para ello el agricultor abona 300 euros ahora. De modo que sus costes pasan de 3.000 a 3.300 euros.
Supongamos un año de mala cosecha en el que sólo obtiene 3.000 kilos. El precio de las naranjas sube a 1,6 euros, de forma que vende su cosecha por 4.800 euros además de ejercer su opción de compra por las naranjas que vende a 3.000 euros. De este modo pierde 300 euros por esta transacción, pero el alto precio de la cosecha le deja 7.800 euros por la venta, menos 3.000 euros de gastos, menos 3.300 de compra de ejercicio de la opción de compra y menos 300 euros de coste de los derivados, es decir, un beneficio de 1.200 euros. Si no hubiera realizado esta operación el beneficio habría sido de 1.500 euros.
En cambio en un año de buena cosecha en el que produce 9.000 kilos de naranjas los precios bajan a 0,5 euros kilo, normalmente le dejarían un beneficio de 4500 euros menos 3.000 de gastos: 1.500 euros. Pero al haber firmado una venta por anticipado de 3.000 kilos a un euro, los vende y los 6.000 kilos restantes a 0,5€ el kilo. Teniendo unos ingresos netos de 6.000 euros a los que hay que restar los costes de producción y del derivado de la opción de compra que no ejerce (3.300€). El beneficio neto es de 2.700€. Si no hubiera realizado esta operación sería de 1.500 euros.
El uso inteligente de los derivados permite a muchos cubrirse del riesgo, aunque para ello ha de tenerse una previsión del futuro bastante buena. Aún así los derivados para inversores particulares son unos productos extremadamente arriesgados y se ha de considerar muy seriamente su contratación.