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Educación financiera Act. 07 nov 2018

¿Qué sistemas de previsión complementan a la Seguridad Social?

La Seguridad Social es uno de los pilares de nuestro Estado del bienestar. Consiste en una estructura de previsión social, o lo que es lo mismo, un sistema de financiación para respaldar a los individuos ante determinadas situaciones de necesidad: desempleo, fallecimiento, jubilación, enfermedad, etc. Pero este sistema público puede convivir con otros. ¿Qué sistemas complementan a la Seguridad Social?

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En España existen distintas alternativas. Son los llamados sistemas de previsión social complementaria. Se le suele añadir el carácter de voluntario, frente al carácter obligatorio de Seguridad Social (con la única alternativa de las Mutuas de determinadas profesiones liberales dependientes de colegios profesionales).

A través de estos sistemas complementarios lo que conseguimos es ampliar nuestra protección, nuestra cobertura, para determinadas contingencias. Es decir, hacen referencia a la jubilación, al fallecimiento, a bajas por enfermedad o accidente, etc. Vamos a repasar muchas de las distintas opciones que componen estos sistemas complementarios.

Previsión social individual

Aquí la iniciativa parte del individuo, que es el que decide contratar o adherirse a una serie de productos, entidades o planes, a través de los cuales va a poder obtener esas coberturas o capitalizar su ahorro con esos fines concretos.

Los más conocidos, y con mayor peso financiero son los planes de pensiones individuales (PPI), enfocados al ahorro de cara a nuestra jubilación, aunque también cubren otras contingencias como el fallecimiento. Son muy flexibles en cuanto al destino de la inversión y cuentan con importantes ventajas fiscales. Las mismas que las de sus primos clónicos que comercializan las aseguradoras, los planes de previsión social asegurada (PPA).

Para residentes fiscales en el País Vasco cabe la opción de las EPSVs, entidades de previsión social voluntarias, comercializadas al igual que los planes a través de bancos o aseguradoras. Son muy similares a los planes. Además, pueden cubrir otro tipo de coberturas, siendo de hecho un trasunto local de las mutualidades de previsión social que se conocen en el resto de España.

Precisamente a través de las mutualidades profesionales, empresariales o deportivas, sus socios pueden también participar en sistemas complementarios, bien a la Seguridad Social, bien a la cobertura básica a la que les da derecho su pertenencia a la mutua.

Una figura que apenas se ha desarrollado en España, pero que puede tener un fuerte recorrido en el futuro, son los seguros de dependencia, destinados a cubrir el fuerte riesgo financiero que implica para una persona el encontrarse en dicha situación.

Los discapacitados cuentan con distintas opciones especiales para ellos en los sistemas antes citados, además del patrimonio protegido.

Previsión social colectiva

Aquí la iniciativa parte de un grupo, generalmente desde un ámbito empresarial y a través de la negociación colectiva con los sindicatos. Se suelen establecer en dichos convenios lo acuerdos de empresa la aportación mixta, trabajador, empresa a la modalidad elegido en concreto: planes de pensiones (o EPSVs) de empleo, o bien los planes de previsión social empresarial. Se trata de la versión colectiva de las modalidades individuales que hemos visto antes.

Aunque son más bien escasas, también cabe que se articule este sistema a través de mutualidades de ámbito empresarial, o, como caso muy concreto, las mutualidades de trabajadores por cuenta ajena de los colegios profesionales.

Una herramienta que ha tenido bastante éxito en procesos de externalización de compromisos de pensiones en las empresas han sido los seguros colectivos.

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Conclusiones

Como vemos, existe una enorme variedad de opciones a la hora de complementar las prestaciones públicas, asistenciales o contributivas. Desde opciones más próximas a la inversión, a otras del mundo asegurador, pasando por las opciones mutualistas. Y todo ello pudiendo activarse desde un plano individual o grupal.

Precisamente por dicha amplitud, conviene tener claras las ventajas e inconvenientes de cada uno de los sistemas (liquidez, rentabilidad, fiscalidad, etc.) para optar, según nuestras necesidades, por uno o varios de ellos.