Cerrar panel

Cerrar panel

Cerrar panel

Cerrar panel

BBVA Research subraya la necesidad de desatascar la financiación para la adaptación climática en Europa

Ante un mundo que se calienta rápidamente, la adaptación al cambio climático, que implica ajustarse a los impactos climáticos actuales y futuros, se ha vuelto un imperativo crítico. A pesar de que la financiación global para la adaptación climática se duplicó entre 2018 y 2022, sigue siendo una fracción de lo que realmente se necesita. En el caso concreto de Europa, BBVA Research señala que desbloquear la financiación para la adaptación climática exige un enfoque coordinado que combine la mejora de los sistemas de datos, la alineación de los esfuerzos público-privados, la integración de la adaptación en las prácticas financieras y el uso de instrumentos financieros innovadores. “Esta estrategia sienta las bases para escalar la inversión y construir una economía resiliente al clima”, afirma el servicio de estudios de BBVA.

Imagen de cabecera elaborada con Inteligencia Artificial (Midjourney)

Los economistas de BBVA Research afirman que la adaptación climática es esencial, dado que los riesgos físicos del cambio climático, tanto crónicos como agudos, son ya inevitables a causa de las emisiones históricas, independientemente del progreso en la mitigación.

La magnitud de la inversión en adaptación climática durante la próxima década sigue siendo muy incierta. Las estimaciones oscilan entre aproximadamente 0,5 billones de dólares y 1,3 billones de dólares. “Sin embargo, incluso en el rango inferior, estas cifras eclipsan los niveles de financiación actuales, lo que pone de relieve un enorme déficit de financiación”, apunta BBVA Research. “Al mismo tiempo, esta misma incertidumbre oculta una potencial gran oportunidad de negocio: si los reguladores y los responsables políticos logran implementar políticas de adaptación climática claras y coherentes, se podría movilizar capital privado a gran escala”, añaden. La financiación global para la adaptación climática en 2022 fue de 150.000 millones de dólares, de los que el 92% correspondió a financiación pública.

Barreras a la inversión privada en Europa

En el caso concreto de Europa, BBVA Research encuentra desafíos significativos para movilizar la inversión privada, como son la falta de información y análisis de riesgos climáticos, lo que dificulta la toma de decisiones informadas; unos horizontes de inversión largos y regulaciones poco claras o cambiantes, que debilitan la relación riesgo-recompensa para los inversores; y la dificultad para monetizar los beneficios ambientales y para la sociedad de las inversiones en adaptación, lo que reduce los retornos de mercado sin incentivos públicos.

BBVA Research propone, a partir de la revisión de mejores prácticas incorporadas en algunos de los planes de adaptación de países europeos, que constata tanto avances como margen de mejora, una estrategia de cuatro pilares para desbloquear la financiación privada para la adaptación climática en Europa:

  1. Infraestructura de datos y evaluación de riesgos. Es crucial fortalecer el sistema de datos de Europa para guiar las decisiones de inversión y canalizar el capital privado hacia la adaptación. Se propone establecer un centro de intercambio de datos entre las múltiples partes interesadas y un grupo de trabajo de la industria para estandarizar definiciones, metodologías y formatos, que garanticen la coherencia y comparabilidad entre instituciones.
  1. Planificación estratégica y gobernanza público-privada. Los planes nacionales de adaptación deben evolucionar de ser simplemente proyectos de políticas a carteras de proyectos “invertibles”. Esto requiere el desarrollo conjunto con el sector privado de inventarios de proyectos, con estimaciones de requisitos de financiación y compromisos de apoyo gubernamental vinculados a hitos específicos.
  1. Regulación Financiera y Taxonomía. Para integrar la adaptación en las finanzas, las regulaciones deben ser consistentes e incorporar de manera explícita consideraciones climáticas. Es fundamental armonizar taxonomías, vincular la financiación a los objetivos climáticos, ofrecer préstamos verdes y exigir la divulgación de riesgos climáticos y la cobertura de seguros.
  1. Movilización de capital e instrumentos innovadores. Como primer paso, las instituciones financieras deben definir su apetito de riesgo para la financiación de la adaptación climática y utilizar instrumentos de mitigación de riesgo. La realización de proyectos piloto que utilizan estructuras de financiación combinada (combinan fondos públicos concesionales con capital o deuda privada) reducirá la incertidumbre y facilitará  la viabilidad y escalabilidad financiera. Además, instrumentos de financiación innovadores, como los bonos soberanos de resiliencia, los bonos de catástrofe o los préstamos vinculados a la adaptación, pueden atraer el interés de los inversores institucionales por flujos de caja estables y a largo plazo. Las instituciones financieras de desarrollo (IFD) también pueden desempeñar un papel vital movilizando inversión privada, cambiando su enfoque de financiación directa a movilización de capital privado a gran escala mediante instrumentos de mitigación de riesgos como garantías de crédito y mecanismos de primera pérdida. No obstante, para optimizar este impacto, las IFD deben estandarizar y agilizar sus procesos.

Finalmente, es destacable que la Comisión Europea es consciente de la necesidad de actuar para potenciar la financiación a la adaptación climática, y está trabajando en el desarrollo del Plan Europeo de Adaptación Climática, que apoyará las iniciativas nacionales.

“Desbloquear la financiación para la adaptación climática en Europa exige un enfoque coordinado que combine la mejora de los sistemas de datos, la alineación de los esfuerzos público-privados, la integración de la adaptación en las prácticas financieras y el uso de instrumentos financieros innovadores. Esta estrategia sienta las bases para escalar la inversión y construir una economía resiliente al clima”, concluyen los economistas.