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Cinco ejemplos reales de emprendimiento social en el mundo

El emprendimiento social ha emergido como una fuerza poderosa para el cambio. En un mundo donde el beneficio económico no es la única prioridad, casos de éxito como Batec Mobil, La Fageda o Banana Pads ilustran cómo estas empresas no solo generan ganancias, sino que también abordan problemas sociales y medioambientales con soluciones innovadoras. De la mano de expertos, BBVA profundiza en un monográfico sobre sostenibilidad en el trabajo de todas ellas.

El mundo está repleto de casos de emprendimiento social que resultaron ser un éxito. Para analizarlos, es necesario recordar que, para este tipo de empresas, el éxito no se mide únicamente en términos económicos, sino que el verdadero valor se encuentra en su capacidad para acabar con una problemática social o medioambiental.

Estos son algunos casos de éxito en España y América Latina por sus cifras o por la importancia del problema que buscan revertir:

Batec Mobility o cómo renacer de tus cenizas

Con 18 años, Pau Bach sufrió un accidente de moto que le dejó tetrapléjico. En apenas unos segundos, su vida dio un giro y nada volvió a ser igual. “Frustrado por la falta de soluciones de movilidad que se ajustaran a su estilo de vida y a sus necesidades, decidió tomar las riendas y crear una solución de movilidad a medida”, señalan desde Batec Mobility, la empresa que él mismo creó años después del accidente.

El joven empezó a diseñar un prototipo de herramienta de movilidad y en 2009 la primera ‘handbike’ Batec salió a la venta en España. Se trata de un aparato que funciona con batería eléctrica y que se ancla fácilmente a una silla de ruedas para permitir a personas sin movilidad desplazarse de forma autónoma. Hoy se han vendido miles de unidades y su empresa, Batec Mobility, cuenta con una plantilla en la que las personas con discapacidad ocupan puestos relevantes y suman el 40 % del total de los trabajadores.

La historia de Pau Bach da una clave muy importante para entender el emprendimiento social: gran parte de los emprendedores se centran en un problema que les toca muy de cerca. Esto hace que tengan mucha motivación y un propósito muy definido. Sin embargo, y como sucede con cualquier otro tipo de negocios, los perfiles pueden ser muy variados si tenemos en cuenta otros factores como su experiencia, su formación o su procedencia.

La Fageda: una oportunidad de trabajo real y digno

Para muchos consumidores, La Fageda es una marca de productos lácteos y mermeladas elaborados con ingredientes naturales y de forma tradicional. Para sus empleados, es la oportunidad de tener un trabajo real y digno. En realidad, La Fageda es las dos cosas.

“La Fageda es un proyecto social que tiene como misión mejorar la calidad de vida y promover la integración social de personas en riesgo de exclusión social de la Garrotxa –comarca de Girona–, mediante un trabajo real y digno. Para conseguirlo, se sirve de una estructura empresarial potente”, explican en su web.

En este proyecto social, conviven actividades empresariales con otras asistenciales, gestionadas por diferentes entidades sociales. Se da especial importancia a la creación de empleo, partiendo de la premisa de que el trabajo es una herramienta fundamental para la reinserción y la rehabilitación.

En 2022, sus elaboraciones llegaron a 2,8 millones de consumidores y la venta de productos y servicios alcanzó los 30,5 millones de euros de facturación. A su vez, 167 personas trabajan con apoyo en La Fageda, 44 lo hacen con apoyo en la empresa ordinaria, 73 son beneficiarias de sus servicios de vivienda y 92 son usuarias de sus servicios ocupacionales.

Comproagro y su compromiso con el mundo agrario

Comproagro es una empresa social que facilita la comercialización directa entre los campesinos colombianos y sus consumidores, eliminando los intermediarios. De esta forma, garantiza mayores ganancias para los agricultores y, por consiguiente, mejores ingresos y una mayor calidad de vida.

Este emprendimiento social comenzó su andadura en 2014, después de que la crisis económica endeudase a miles de familias campesinas de toda Colombia. Actualmente, el proyecto cuenta también con una sede en el municipio de Toca Boyacá, en el que se trabaja directamente con 30 mujeres cabeza de familia.

Juntas: educación sexual para todas las mujeres

Juntas es una empresa social que busca prevenir problemáticas relacionadas con la salud sexual de la mujer (como las enfermedades de transmisión sexual o los embarazos adolescentes) en Perú y el resto de América Latina. Su objetivo se respalda con cifras: tal y como explican en su web, 196 niñas y adolescentes quedan embarazadas cada día y una de cada tres falta a clase simplemente por tener la menstruación en todo el mundo. Además, se calcula que el 80 % de las adolescentes ha sufrido algún tipo de violencia sexual en su vida.

La iniciativa crea herramientas de educación y hace un acompañamiento a las mujeres y niñas que lo necesitan. En 2022, Juntas había trabajado con 14.000 adolescentes de Perú y otros cuatro países de América Latina.

Ejemplos de emprendimiento social en el mundo

Imagen generada con Midjourney (IA)

Banana Pads: sostenibilidad e inclusión de la mano

La empresa social Banana Pads fabrica compresas con material procedente de los árboles bananeros a la vez que busca dar oportunidades laborales a las mujeres y mejorar su salud y su educación menstrual. Su impacto puede medirse de muchas maneras, algunas de ellas fácilmente cuantificables.

“Banana Pads da trabajo a mujeres que antes estaban en el paro y ha conseguido que muchas más usen compresas. En muchos países y regiones donde la regla es tabú, las mujeres no las utilizaban porque quienes las vendían en los comercios eran los hombres”, explica Alemany.

“Al no atreverse a comprar las compresas, usaban trapos, hojas de periódico y otros objetos, lo que les generaba muchas infecciones. Pero Banana Pads ha conseguido que sean ellas las que vendan las compresas, contribuyendo a aumentar su uso y a mejorar su salud”, indica Alemany para señalar que tanto la creación de empleo como la mejora en términos de salud es algo cuantificable.

“En tercer lugar, está el desarrollo económico y social. Algunas mujeres se han convertido en emprendedoras y han recibido formación en temas financieros y de salud. Y también puede medirse el rendimiento educativo: muchas niñas han dejado de faltar a clase cuando tienen la regla, algo que sucedía antes de que utilizasen las compresas”, continúa Alemany, haciendo referencia a un impacto social al que se suma el medioambiental, ya que estas compresas están hechas de materiales naturales.