Ideas para reutilizar y reciclar el papel en casa de forma sostenible
El reciclaje de papel permite lograr un considerable ahorro de energía además de reducir el impacto negativo que se realiza sobre la atmósfera en forma de gases de efecto invernadero. Hoy, ya existen maneras de conocer si el papel que utilizamos está reciclado gracias a las etiquetas y certificaciones internacionales.

El 17 de mayo se celebra el Día Internacional del Reciclaje. Este día, declarado por la UNESCO, nos invita a reflexionar sobre el significado de este verbo –reciclar–. También sobre lo esencial de promover y potenciar la economía circular y la eficiencia en la gestión de los recursos en pos de un modelo de producción y consumo responsable y sostenible. Según datos de Asociación Española de Fabricantes de Papel y Cartón (ASPAPEL), España es el tercer país de Europa con mayor tasa de recuperación de papel y cartón, más del 80%, sólo superado por Alemania y Francia.
El European Paper Recycling Council (EPRC) indica que la tasa de reciclaje de papel en Europa ha aumentado del 72% de 2019 al 79,3 % en 2023. Esto supone un gran paso hacia una mayor sostenibilidad y cabe señalar que se mantuvo a pesar de la disminución del consumo de papel en Europa. Su presidenta, Angelika Christ, dijo que este aumento “muestra que el reciclaje de papel no sólo es una promesa, sino que ya es hoy un modelo de economía circular y factor muy importante a favor del Pacto Verde Europeo”.

Reciclar papel en casa ayuda a reducir residuos y contribuye al cuidado del medioambiente.
El impacto ambiental del papel y la importancia de reciclarlo
Ts’ai Lun, un eunuco consejero del emperador de la dinastía Han, en el siglo II antes de Cristo, tuvo la idea de la fórmula del papel. Seiscientos años más tarde, se introdujo en Japón y llegó a Europa vía España a través de los árabes en el siglo XI. Sin embargo, fue con la aparición de la imprenta de Gutenberg cuando se produjo una auténtica revolución en su uso.
Pero, ¿de dónde viene nuestro actual papel? El papel, tal como lo conocemos ahora, se fabrica a partir de la pulpa de las fibras de celulosa que hay en la madera. Si esa fibra se utiliza por primera vez es fibra virgen; si hablamos de papel reciclado, se usa la misma fibra recuperada y se llama fibra reciclada. Para separar las fibras de la celulosa se usan pegamentos y productos químicos y se mezclan con agua. Las fibras se mezclan con agua y esa mezcla pasa a la máquina papelera y continúa el proceso hasta conseguir una bobina de papel.
La fabricación industrial del papel genera contaminación atmosférica, deforestación, utilización de recursos no renovables y contaminación en el agua. Según datos de WWF, cada año se destruyen entre 74.000 y 93.000 kilómetros cuadrados de selvas en el mundo, y los árboles son elementos vitales para preservar los hábitats, los ecosistemas y el equilibrio de la tierra. Por cada tonelada de papel reciclado estamos salvando a 18 árboles en todo el mundo y ahorrando 15.000 litros de agua.

Reciclar papel en casa ayuda a reducir residuos y contribuye al cuidado del medioambiente.
¿Qué papel se puede reciclar y cuál no sirve para ello?
No todo el papel que utilizamos en nuestro día a día es apto para el reciclaje. Conocer qué tipos de papel se pueden reciclar y cuáles no es esencial para contribuir eficazmente al cuidado del medioambiente.
Papeles que sí se pueden reciclar:
La mayoría de los papeles utilizados en entornos domésticos y de oficina son reciclables, siempre que estén limpios y secos:
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Papel de oficina y hojas impresas: Incluye papel de impresora, fotocopiadoras y papel de escritura. Es uno de los más reciclados debido a su alta calidad y contenido de celulosa.
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Periódicos y revistas: A pesar de estar impresos, el proceso de destintado permite su reciclaje.
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Cartón y cartulina: Utilizados en paquetes y envases, poseen una alta tasa de reciclaje.
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Sobres sin ventanas plásticas: Los sobres de papel sin elementos plásticos son aptos para el reciclaje.
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Cajas de cereales y de zapatos: Siempre que estén limpias y sin restos de alimentos.
Es importante retirar elementos no reciclables como grapas, clips o cintas adhesivas antes de depositar el papel en el contenedor azul.
Papeles que no se deben reciclar
Existen ciertos tipos de papel que no son aptos para el reciclaje debido a su composición o al uso que se les ha dado:
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Papel higiénico y servilletas usadas: Estos productos suelen estar contaminados con residuos orgánicos, lo que impide su reciclaje.
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Papel encerado o plastificado: El papel que contiene capas de cera o plástico, como el papel de regalo brillante o el papel vegetal, no se puede reciclar.
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Papel con adhesivos: Los papeles que contienen adhesivos, como los post-it o sobres con solapa autoadhesiva, no pueden ser reciclados debido a la presencia de sustancias no deseadas.
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Papel térmico: Utilizado en recibos de caja y tickets, contiene sustancias químicas que dificultan su reciclaje.
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Papel fotográfico y de fax: Estos tipos de papel contienen productos químicos y tintas especiales que dificultan su procesamiento en las plantas de reciclaje.
Materiales necesarios para reciclar papel en casa
Para comenzar con el reciclaje de papel en casa, necesitarás los siguientes materiales:
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Papel usado: Periódicos, hojas de cuadernos, sobres y otros papeles que ya no utilices. Es importante que estén limpios y sin restos de tinta o adhesivos.
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Agua: Necesaria para remojar y descomponer el papel en pulpa.
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Recipiente grande: Un balde o tina donde puedas mezclar el papel con agua.
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Licuadora o batidora: Para triturar el papel remojado hasta obtener una mezcla homogénea.
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Malla o tamiz: Se utiliza para formar las hojas de papel reciclado al filtrar la pulpa.
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Esponja: Ayuda a eliminar el exceso de agua de la pulpa sobre la malla.
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Paños o toallas absorbentes: Para colocar las hojas recién formadas y facilitar su secado.
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Rodillo o botella: Sirve para prensar y alisar las hojas de papel reciclado.
Estos materiales son fáciles de conseguir y, en su mayoría, probablemente ya los tengas en casa. Con ellos, podrás iniciar el proceso de reciclaje de papel de manera efectiva y sostenible.
Paso a paso para reciclar papel correctamente desde tu hogar
El primer paso de este proceso es clave y empieza en nuestro entorno personal: una debida separación de los residuos de papel y cartón en el contenedor azul. El segundo paso es la depuración. Se mezcla con agua hasta convertirlo en pasta, eliminando lacas, cuerdas, alambres, tinta… cualquier elemento ajeno al papel. Y, después, viene la fase de secado y prensado, en la que el objetivo es conseguir una pasta muy parecida a la del principio. Se prensa y se seca a 120 grados. Según ASPAPEL, la fibra de celulosa puede llegar a reutilizarse hasta seis veces.
Cómo identificar si el papel que compramos es realmente reciclado
Son muchos los etiquetados que, con frecuencia, generan alguna confusión, pero que aclaramos a continuación:
- Ecológico no es reciclado. Un papel ecológico es aquel que se ha producido con una reducción de la cantidad de energía y recursos naturales, y se blanquea con oxígeno o derivados y no con cloro.
- FSC Reciclado. Todo el papel es 100% reciclado.
- Residuos posconsumo (PWC). Papel elaborado con residuos preconsumo y posconsumo.
- Reciclable. Ojo, confunde, pero no es reciclado, sólo es susceptible de ser reciclado por el consumidor.
- Certificado Cisne Nórdico. El 25% de la fibra virgen usada proviene de plantaciones certificadas. Bajo consumo en agua y energía y no se usan compuestos químicos ni cloro. Pero no tiene por qué ser reciclado.
- Certificado Ángel Azul. Es completamente reciclado pero para su elaboración no se ha reducido el consumo de agua, energía ni limitación de emisiones.
- Ecoetiqueta Europea. El 10% de su fibra virgen debe proceder de plantaciones certificadas. Pero no tiene por qué ser reciclado.
- Procesado sin blanquear. No se ha usado cloro, lejía o blanqueantes agresivos.
La Forest Stewardship Council (FSC) es una de las más importantes certificaciones en la gestión forestal y, cuando la vemos en cualquier producto que compramos, por ejemplo, en el papel, significa que estamos ayudando a cuidar los bosques del mundo. Cada etiqueta FSC informa sobre la naturaleza y el origen de los materiales utilizados para fabricar ese producto, y, también, sobre el etiquetado. Actualmente, existen tres etiquetas FSC: FSC 100%, FSC Reciclado y FSC Mixto.