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Estas son las claves para convertirte en un emprendedor social

Redefinir tu concepto de éxito, crecer a nivel personal u ofrecer un valor añadido a tu proyecto son parte de los pilares fundamentales sobre los que se debe sostener un proyecto de emprendimiento social. Si tienes pensado apostar por este tipo de negocio, en este monográfico de BBVA sobre sostenibilidad podrás encontrar estos y más consejos con los que emprender con éxito a nivel social.

Estas son las claves para convertirte en un emprendedor social

Aunque comparten muchas similitudes, el emprendimiento social y el convencional también tienen algunas diferencias. Estas pueden determinar la hoja de ruta de los emprendedores, sus objetivos y sus puntos de partida. Mientras que el emprendimiento convencional busca principalmente maximizar beneficios económicos, el emprendimiento social tiene como prioridad generar un impacto positivo en la sociedad o el medioambiente. Incluso por encima de la rentabilidad financiera.

Esta diferencia en los objetivos fundamentales conlleva a enfoques estratégicos distintos. Mientras que el principal indicador de éxito, en el emprendimiento social se valora tanto el impacto social como la viabilidad económica. Además, el punto de partida de los emprendedores sociales suele ser identificar y abordar una necesidad social o ambiental. Por otro lado, el convencional puede estar más orientado hacia oportunidades de mercado.

Recomendaciones para apostar por el emprendimiento social

Si estás pensando en crear un negocio basado en las premisas del emprendimiento social, estas son algunas de las recomendaciones de Ginés Haro, mentor en emprendimiento social, y Ana María Bojica, catedrática del departamento de Organización de empresas de la Universidad de Granada:

Definir el concepto de éxito en el emprendimiento social

Habitualmente, el éxito en un negocio lo miden las ventas, las ganancias económicas o el crecimiento. Sin embargo, una de las acepciones que encontramos de este término en el diccionario es “resultado feliz de un negocio, actuación, etcétera”. Y este resultado feliz no tiene por qué ser el mismo para todos los emprendedores.

“Es importante definir cuál es tu concepto de éxito”, señala Haro. “¿Es dar 15 empleos a personas con discapacidad? ¿Es plantar 10.000 árboles? ¿Qué me va a hacer sentir que lo he hecho bien? Hay que tenerlo claro para, cuando vengan o tiempos difíciles, uno no lo olvide y no se desvíe de su verdadero objetivo”.

Recordar la importancia del dinero a la hora de emprender

Aunque el dinero no determine íntegramente el éxito de un emprendimiento social, sí es la vía para que el negocio sea sostenible y la herramienta para conseguir sus objetivos. En este sentido, es importante recordar que las prácticas empresariales son las mismas que las de otras empresas convencionales.

“Parte de la dificultad de este tipo de emprendimiento es combinar la fórmula empresarial con la social. Algunos emprendedores fallan en alguna de las dos: vienen del ámbito social y no tienen conocimiento de la parte de gestión empresarial o viceversa. Es muy importante equilibrar la balanza”, explica Bojica.

Crecer también a nivel personal

Si quieres que tu empresa defienda unos valores, tienes que tenerlos en cuenta también a nivel personal. No puedes plasmar en tu empresa nada que tú no lleves dentro. “A veces esto se olvida, porque el emprendimiento es duro y la vida nos presenta otras exigencias, así que parte de nuestro esfuerzo debe centrarse en esto”, señala Haro.

Elegir quién te juzga y a quién escuchas

El apoyo y el asesoramiento de amigos, familiares y colegas es fundamental a la hora de crear un negocio. Sin embargo, el hecho de que el emprendimiento social siga un rumbo diferente al del convencional hace necesario seleccionar bien las recomendaciones que se tienen verdaderamente en cuenta.
“Cuando tienes una definición de éxito diferente, algunas personas te dejan de entender. Se debe escuchar a todo el mundo, pero es importante priorizar los consejos de quien de verdad entiende tu objetivo y tu definición de éxito”, señala Haro.

Ofrece un valor añadido en tu proyecto de emprendimiento social

“Es importante ofrecer algo que aporte valor añadido al producto o al servicio que se comercializa para que el cliente lo elija entre las otras opciones que hay en el mercado y para poder poner precios más altos que permitan cubrir costes y atender a la labor social”, señala Bojica. “A veces te encuentras con empresas que dicen ‘cómprame porque soy social’. Pero esto no funciona, no basta con comunicar la importancia de la labor social o medioambiental”.

Crear alianzas

Identificar personas, profesionales, empresas, ONG o entidades públicas que tengan la misma visión y los mismos objetivos sirve tanto para encontrar apoyo emocional como para crear alianzas que faciliten un crecimiento conjunto. “Es en las personas que apoyan tu mismo objetivo en las que debes apoyarte en todas las dimensiones de tu proyecto”, recomienda Haro.

Combinar métodos de financiación

Muchas empresas sociales utilizan modelos mixtos de financiación. “Aunque tengan una actividad propia, es muy frecuente que la combinen con alianzas y formas de financiación clásicas de las ONG, como subvenciones o donaciones”, indica Bojica. “Es recomendable tener una mentalidad abierta en este sentido”.

La importancia de la formación para los emprendedores sociales

La formación específica puede resultar determinante para que los emprendedores sociales alcancen sus objetivos. “Se les da las herramientas y el saber necesario para crear un impacto real y duradero”, explica Pablo Santaeufemia, CEO y cofundador de Bridge for Billions, una empresa que brinda apoyo a emprendedores de todo el mundo que buscan crear empresas inclusivas y sostenibles.

De acuerdo con Santaeufemia, las necesidades más habituales de los emprendedores sociales varían según la etapa en la que se encuentran. En las primeras fases, la ideación es fundamental. “El diseño de pensamiento, la creación de prototipos y herramientas como el Business Canvas son esenciales para perfilar la propuesta de valor y entender el mercado”, explica.

A medida que avanzan a la fase de incubación, cobra importancia encontrar clientes y validar el encaje del producto en el mercado. También es importante desarrollar un producto mínimo viable (MVP) para adquirir los primeros clientes y prepararse para escalar. Cuando los negocios se preparan para acelerar, continúa el cofundador de Bridge for Billions, la preparación para la inversión, el apoyo en el desarrollo de productos y la mentoría empresarial especializada se vuelven fundamentales.

“Por último, para los emprendedores que están creciendo, el acceso a capital de crecimiento, así como a capital humano y social, se convierte en una prioridad. Esto incluye encontrar talento para el equipo, acceder a clientes potenciales y reforzar las ventas”, concluye Santaeufemia.

¿Y qué tipo de formación puede ofrecerse para alcanzar el éxito en estos objetivos? Cuando se trata de avanzar en etapas tempranas, desde Bridge for Billions apuestan por mentorías personalizadas, una metodología práctica, basada en “aprender haciendo” y un enfoque centrado en aumentar la red de contactos.

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El papel de los inversores en el emprendimiento social

Un pilar fundamental para impulsar el emprendimiento social es la inversión de capital privado. Se conoce como financiación de impacto aquella que busca generar un impacto positivo y medible a nivel social y medioambiental, junto a un retorno económico. De igual modo que en los últimos años ha crecido el emprendimiento social, lo ha hecho también el interés de los inversores por apoyarlo.

De acuerdo con la European Venture Philantropy Association (EVPA), los tres ODS en los que más se centra la inversión de impacto en Europa son el 8 (Trabajo decente y crecimiento económico), el 10 (Reducción de las desigualdades) y el 13 (Acción por el clima). La Global Impact Investing Network, por otro lado, estima que el mercado de inversión de impacto superó el billón de dólares en todo el mundo en 2022.

Además, para que la sinergia entre inversores y emprendedores sea positiva, es importante que tanto emprendedores como inversores tengan en cuenta algunos principios. “Si pueden elegir, a los emprendedores les interesa encontrar un inversor que esté alineado con la problemática que quieren resolver”, indica Luisa Alemany, profesora asociada de Práctica de Gestión y directora académica del Institute of Entrepreneurship and Private Capital de la London Business School. “Un inversor que también pueda ser un consejero, un asesor, que pueda abrir el círculo de contactos para que el negocio crezca”.

“Invertir en emprendimiento social no consiste en decir ‘invierto en una empresa e intento reducir un impacto negativo’, sino ‘invierto en una empresa que va a resolver una problemática social y de este modo aumento su impacto positivo’”, afirma.

“La inversión en este tipo de empresas ha aumentado muchísimo, desde casi cero al principio de este siglo”, añade Alemany. “Al principio era una cosa bastante minoritaria, luego cada vez más instituciones financieras han visto que era una buena opción. Muchos inversores prestan atención al desarrollo social y medioambiental, por lo que el dinero se está movilizando hacia este sector que está creciendo exponencialmente”.