Sostenibilidad económica: qué es y cómo impacta en el desarrollo sostenible
La sostenibilidad económica promueve prácticas rentables que equilibran crecimiento, inclusión social y cuidado medioambiental, clave para el desarrollo sostenible.

El término ‘Triple bottom line’ (triple cuenta de resultados) data de mediados de los años 90. Entonces, un grupo de expertos estadounidenses en contabilidad empezó a utilizarlo en sus trabajos. Sin embargo, hasta la publicación en 1998 del libro 'Cannibals with forks: the triple bottom line of 21st century business', este concepto no empezó a tener fuerza.
Su autor, el británico John Elkington, diseñó un sistema nuevo para evaluar la sostenibilidad. El ‘Triple bottom line’ fue más allá de las medidas tradicionales de beneficios, el rendimiento de la inversión y el valor para los accionistas. Este incluyó las dimensiones ambiental y social.
Entonces empezó a sonar en el mundo el concepto de sostenibilidad económica. Esta implica el uso de prácticas económicamente rentables que sean tanto social como ambientalmente responsables. La sostenibilidad económica se refiere a las acciones y decisiones que apoyan el desarrollo económico a largo plazo de una empresa o un país, protegiendo al mismo tiempo los elementos medioambientales, sociales y culturales.
Hoy en día, la sostenibilidad económica es un objetivo pendiente en muchas organizaciones. Todo ello a pesar de que ya existe una comprensión bastante universal sobre algunos tipos de malas prácticas. Entre ellas, por ejemplo, la quema de combustibles fósiles, la creación de residuos de alimentos, el aprovechamiento de métodos de fabricación perjudiciales para el medioambiente y la población. Todas contribuyen al cambio climático.
En la mayoría de los casos, los productos más baratos de fabricar y comprar tienen el peor impacto económico (la moda rápida y el plástico de un solo uso, por ejemplo). ¿Por qué? Como señaló la publicación Harvard Business Review hace una década, “el mayor coste para el planeta no se traduce en precios más altos para los clientes”.
Triple cuenta de resultados y origen de la sostenibilidad económica
Olga García Luque es profesora de Economía Aplicada de la Universidad de Murcia y autora de diversas publicaciones sobre pobreza, desigualdad territorial, exclusión social, exclusión residencial y políticas sociales. Así define ella la sostenibilidad económica: “La actividad económica es sostenible cuando se garantiza que el conjunto de activos de capital utilizados se mantiene, o aumenta, con el paso del tiempo. Entre esos activos se incluyen las manufacturas e infraestructuras (maquinaria o carreteras), el capital humano (conocimientos y técnicas), el capital social (relaciones e instituciones) y el capital natural (bosques, mares, etc.)”.
La experta añade que la sostenibilidad económica está muy relacionada con el concepto de equidad intergeneracional, “definida como el derecho de una generación a disponer de los mismos recursos culturales, sanitarios, económicos y medioambientales disfrutados por generaciones precedentes. Para alcanzar el desarrollo sostenible es fundamental armonizar tres elementos básicos: el crecimiento económico, la inclusión social y la protección del medioambiente. Estos elementos están interrelacionados y son todos esenciales para el bienestar de las personas y las sociedades. En consecuencia, cuando se habla de crecimiento económico sostenible se incluye tanto el punto de vista social como medioambiental, enfatizando la corrección de las desigualdades y la protección del medio natural”.
Afortunadamente, hay una serie de ejemplos de sostenibilidad económica que se están imponiendo en todo el mundo. En algunos casos, las empresas y los organismos gubernamentales están mejorando sus prácticas de sostenibilidad para reducir su huella de carbono. Las empresas emprendedoras están fabricando productos o tecnología que realmente benefician al planeta de alguna manera. Algunas incluso han abrazado los principios de la sostenibilidad económica y han experimentado un gran crecimiento.
Los tres pilares de la sostenibilidad: economía, sociedad y medioambiente
Alcanzar un desarrollo sostenible requiere armonizar tres pilares:
- El crecimiento económico
- La inclusión social
- La protección del medioambiente
La sostenibilidad económica implica el uso de prácticas económicamente rentables que sean tanto social como ambientalmente responsables.

La energía solar impulsa la sostenibilidad económica al reducir costes y emisiones en hogares vulnerables.
Ejemplos de sostenibilidad económica aplicados al mundo real
La sostenibilidad económica no es solo una teoría, sino una realidad que cada vez más gobiernos, empresas y comunidades adoptan mediante prácticas concretas que combinan rentabilidad con responsabilidad. Un ejemplo claro lo encontramos en el uso eficiente de los recursos naturales dentro de procesos productivos que minimizan residuos y maximizan el valor generado, como ocurre en muchas iniciativas de economía circular. Desde la reutilización de materiales en la industria textil hasta la transformación de residuos orgánicos en biocombustible, estas acciones demuestran cómo es posible crecer económicamente sin comprometer el bienestar social ni ambiental.
Otro caso representativo son los modelos de negocio basados en energías renovables, especialmente aquellos que democratizan el acceso a estas tecnologías. Cooperativas energéticas locales o startups que ofrecen soluciones solares modulares a comunidades sin acceso a la red eléctrica están impulsando una transformación sostenible desde abajo hacia arriba. Estas iniciativas no solo generan empleo y reducen costes energéticos, sino que también fortalecen el tejido social y contribuyen a una economía más resiliente. Adoptar estos ejemplos no solo mejora la competitividad empresarial, sino que también posiciona a las organizaciones como agentes clave en el camino hacia una economía global más justa y sostenible.
Hay otros ejemplos que pueden ayudar a inspirar el cambio:
Tecnología de aire a agua: innovación con impacto económico y ambiental
Uno de los ejemplos más interesantes es la tecnología emergente que puede extraer agua del aire. Varias empresas han desarrollado o están trabajando en este tipo de innovaciones. Por ejemplo, el sistema de Zero Mass Water, que funciona con paneles solares, capta el aire con un ventilador, filtra el polvo y los contaminantes y separa el agua. Se ha instalado en más de 40 países. Este tipo de sistemas son la sostenibilidad económica en acción: un producto innovador ofrece beneficios económicos al fabricante y, al mismo tiempo, proporciona enormes ventajas medioambientales.
El reciclaje como motor de sostenibilidad económica local
El reciclaje sigue siendo una de las mejores formas de reducir la huella de carbono. Hoy en día, varias empresas han hecho negocio con el reciclaje o sus equivalentes: upcycling, downcycling, e-cycling y precycling. En esta línea, algunas comunidades se han comprometido con la sostenibilidad económica. Por ejemplo, Kamikatsu (Japón) empezó a trabajar para conseguir el objetivo de cero residuos hace más de 20 años. Los residentes pueden separar sus residuos domésticos en unas 45 categorías.
Microagricultura: beneficios económicos y ambientales en entornos urbanos
La microagricultura, también conocida como agricultura urbana, es la agricultura en propiedades residenciales o comerciales. Es una forma relativamente fácil para que una comunidad mejore la seguridad alimentaria de sus residentes e impulse el crecimiento económico local, al tiempo que beneficia al medioambiente.
Cada microgranja ofrece beneficios como la reducción de las emisiones de dióxido de carbono (CO2) (porque los alimentos no tienen que ser transportados), un menor uso de pesticidas y herbicidas y una mejor salud pública.
En los últimos años han surgido organizaciones de microagricultura en todo el mundo. Un ejemplo es Fleet Farming, en Orlando (EE. UU.), una organización que anima a los propietarios de viviendas a transformar su espacio de césped en “paisajes comestibles” para que la comida sea saludable y asequible y para educar a la comunidad sobre el crecimiento sostenible de los alimentos.
Energía solar para hogares vulnerables: eficiencia y equidad energética
Algunas iniciativas ofrecen a las familias con bajos ingresos la oportunidad de añadir paneles solares a sus hogares con el objetivo de disminuir el uso general de energía, ayudar a las familias a disfrutar de facturas de energía más bajas y reducir el coste de la energía solar.

La sostenibilidad económica requiere decisiones que combinen rentabilidad con responsabilidad ambiental y social.
Piscicultura sostenible: alternativas responsables para preservar los océanos
La sobrepesca está causando estragos en nuestros océanos. Muchos ven en la piscicultura una solución a la sobrepesca, pero esto conlleva problemas: por ejemplo, los piscicultores tienen que seguir pescando en los océanos para alimentar a los peces de piscifactoría y los peces de piscifactoría tienden a ser bastante menos saludables que los peces del océano.
Pero las técnicas de piscicultura están mejorando poco a poco, lo que permite a los piscicultores orientarse hacia un enfoque más sostenible desde el punto de vista económico. Por ejemplo, una nueva técnica de cría consiste en tratar los desechos de los peces y utilizarlos como fertilizante de alta calidad, así como filtrar y reutilizar las aguas residuales.
Adoptar una nueva forma de hacer negocios que dé prioridad a la salud del medioambiente y de las personas ofrece más oportunidades para lograr la sostenibilidad medioambiental. Es posible generar riqueza de forma adecuada y equitativa en distintos ámbitos sociales para conseguir una población solvente económicamente y una producción fuerte.
La sostenibilidad económica implica la búsqueda de la eficiencia empresarial en la gestión de los recursos, lo que supone rechazar lo que no es rentable. Ello puede llegar a representar una mejora importante en la cuenta de resultados. En el mundo de la empresa uno de los retos es el de la mejora de gobierno corporativo que garantice tanto el interés de accionistas e inversores como de todos los grupos de interés. Por ello, es necesario generar rentabilidad de manera responsable.