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Comercio internacional Act. 02 nov 2018

TTIP: separar los mitos de la realidad

El TTIP, o Tratado Transatlántico de Comercio e Inversiones, es un acuerdo bilateral de libre comercio cuyo objetivo es eliminar los aranceles y reducir barreras no arancelarias entre EE.UU. y la Unión Europea.

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¿Es bueno o malo para los ciudadanos?

En contra de los argumentos defendidos por ciertos sectores, el TTIP irá en favor de la sociedad, ya que la eliminación de estas barreras comerciales beneficiará, por un lado, a empresas – fuente de inversión y empleo – y, por otro, a consumidores, con la mejora de la disponibilidad en cantidades y precios de bienes y servicios. Son muchas y muy diversas las informaciones que se han publicado en los últimos meses en contra del TTIP. Asuntos como la ecología, la alimentación y los derechos laborales preocupan a parte de la sociedad europea.

Precisamente, para despejar las dudas existentes y dar mayor información, la Comisión Europea ha presentado en  octubre una nueva estrategia llamada Comercio para todos: hacia una política comercial y de inversión más responsable para responder a las demandas de parte de la sociedad.

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¿Qué es mito y qué es realidad en torno al TTIP?

Estos son algunos de los mitos que existen sobre el TTIP, y la respuesta que a ellos da la Comisión Europea:

El TTIP debilitará los estrictos estándares de la UE que protegen al ciudadano y al planeta. En realidad, los estándares de la UE simplemente no son negociables, y el TTIP los mantendrá.

El TTIP reducirá el nivel de seguridad alimentaria en Europa. En realidad, el TTIP mantendrá plenamente los estándares de seguridad alimentaria, y la forma en que  la UE los establece.

El TTIP permitirá a las empresas estadounidenses interponer demandas contra los gobiernos a su antojo. En realidad, el TTIP reforzaría el sistema actual de resolución de diferencias entre las empresas extranjeras y los gobiernos. La Comisión Europea ha propuesto una modificación del mecanismo de resolución de controversias, que pasa a llamarse ICS (Investment Court System). Se trata de un nuevo sistema para resolver disputas entre inversores y Estados para cuyo diseño se han integrado las exigencias del Parlamento y de la consulta pública. Se sustituirán los árbitros por jueces totalmente cualificados y se incluye la obligación de transparencia en las decisiones, además de una doble instancia para permitir la apelación de las resoluciones.

El TTIP obligará a los gobiernos de la UE a privatizar los servicios públicos. En realidad, todos los acuerdos comerciales de la UE dejan libertad a los gobiernos para gestionar sus servicios públicos.

El TTIP supondrá una pérdida para los derechos laborales y el medio ambiente en Europa. En realidad, el TTIP garantizará que la UE siga decidiendo sus propios niveles de protección de las personas en el puesto de trabajo y del medio ambiente, y comprometerá a la UE y a los Estados Unidos a velar por su aplicación.

¿Qué toca ahora?

Ahora es el turno de avanzar en las negociaciones para cerrar un acuerdo en los próximos trimestres. Sería un acuerdo importante no sólo para las dos regiones implicadas sino para terceros, porque el TTIP pretender convertirse en el estándar al que se adhieran en un futuro las economías emergentes, estableciendo unas reglas iguales para todos.