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Análisis económico 30 dic 2019

América Latina: Qué esperar para el 2020 en materia económica

En medio de protestas por demandas sociales en varios países, América Latina termina 2019 con un muy bajo crecimiento, marcado por la desaceleración de la demanda tanto interna como externa y por la incertidumbre en torno a las políticas económicas. Para 2020, las perspectivas son de mayor crecimiento, aunque muy moderado, con una alta dependencia de lo que suceda en el resto del mundo.

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En este año que termina la región crecerá en promedio un 0,1% de acuerdo con las proyecciones de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), 0,2% según el Fondo Monetario Internacional (FMI), y 0,7% en opinión de BBVA Research. Ya en su informe Situación Latinoamérica Cuarto trimestre 2019, los economistas de BBVA señalaban que además del contexto global menos favorable pesaría negativamente el aumento de la incertidumbre política, así como el difícil escenario en cuanto a las políticas económicas en la mayoría de los países latinoamericanos.

Las principales economías de la región como Brasil y México cerrarán el año con crecimientos por debajo del 1%, al igual que Uruguay y Paraguay, mientras que otros países importantes como Perú y Chile crecerán alrededor de 2,5%, aunque algunos ubican al país austral con un Producto Interno Bruto (PIB) por debajo del 2%. Colombia, por su parte crecerá por encima del 3% de acuerdo con las diferentes proyecciones. Por el contrario, Argentina cierra 2019 con una recesión que los organismos internacionales y los centros de estudios ubican entre el -2,5% y el -3.0%, en tanto que Venezuela decrecerá en más del 25%. Además del freno en la demanda local, uno de los factores que más ha afectado a las economías latinoamericanas es la caída en el valor de las exportaciones, que la Cepal calcula en 2,1%, como consecuencia de las tensiones comerciales, particularmente entre China y Estados Unidos, la desaceleración generalizada del comercio mundial y una mayor sustitución de importaciones por producción nacional en algunas economías.

Pero en medio de este menor valor exportado, una de las situaciones que más ha pesado es la caída en los precios de las materias primas que tienen un importante peso en la canasta exportadora. Ese es el caso del petróleo, de gran relevancia en las ventas externas de México y Colombia, que según las proyecciones de BBVA Research han pasado de registrar un precio promedio de 71,1 dólares el barril en 2018, a 64 dólares este año. Lo mismo ocurre con la soja, principal producto de exportación de Argentina y Brasil, cuyo precio promedio ha caído de 342 dólares la tonelada el año pasado a 325 en 2019; así como con el cobre, principal materia prima exportada por Perú y Chile, cuyo precio promedio bajó desde 2,96 dólares la libra a 2,71 en dos años.

Los cálculos de la Cepal también prevén un aumento de la desocupación en América Latina a 8,2% en 2019, desde 8,0% en 2018, lo que se traduce en un millón de personas más sin un trabajo formal, para una cifra total de 25,2 millones de personas en situación de desempleo.

Y quizá uno de los indicadores que mejor cerrarán el año en la región es el de la inflación, que en general está bajo control y próxima a los objetivos de los bancos centrales, a excepción de Argentina y Uruguay.

Perspectivas para 2020

En 2020 se prevé un escenario internacional similar al de 2019, con el mantenimiento de las tensiones comerciales y un posible aumento de la incertidumbre y la volatilidad en los mercados, así como un empeoramiento de las condiciones financieras que afectarían a los diferentes países de América Latina.

Además, se esperan nuevas caídas en los precios de los productos básicos como el petróleo y el cobre, mientras que el precio de la soja se recuperaría hasta los niveles de 2018, según BBVA Research. Las economías de la América Latina exportadoras de los productos extractivos se podrían ver afectadas por términos de intercambio menos favorables y eso generaría una reducción en los ingresos fiscales. A lo anterior, se suma la desaceleración que se proyecta en Estados Unidos y China, los dos mercados más importantes para la venta de productos de la región.

En ese escenario, se prevé una recuperación moderada de la economía latinoamericana en niveles que oscilarían entre 1,4% que proyecta la Cepal y 1,8% que estima el FMI. De acuerdo con BBVA Research, la política monetaria apoyará la recuperación de la demanda interna en 2020, pues se espera que México, Brasil, Perú y Chile mantengan su política de reducción de los tipos de interés, mientras que en Colombia, el déficit por cuenta corriente y una inflación más alta de lo deseado reducen la probabilidad de recortes.

BBVA Research estima que la depreciación de las divisas de la región dará cierto respaldo a las exportaciones netas y por ese lado un impulso al PIB regional. Al respecto explica que la incertidumbre global, los menores precios de las materias primas y las tensiones políticas en algunos países han afectado las divisas y han generado un deterioro de las perspectivas de evolución futuras, por lo cual las previsiones para todos los países es de divisas más depreciadas.

El nuevo año se recibe también con unas reservas internacionales relativamente elevadas. En general, las economías mantienen acceso a los mercados financieros internacionales, y las tasas de interés se encuentran en niveles reducidos, lo que según la Cepal son condiciones que favorecen la capacidad de implementar políticas macroeconómicas tendientes a revertir el actual escenario de bajo crecimiento.

En el inicio de 2020 también deberían continuar las manifestaciones sociales de la última parte de 2019, por lo cual, el organismo de Naciones Unidas señala que la región requiere no sólo de políticas para estimular el crecimiento, sino también de políticas para reducir la desigualdad y responder a las demandas sociales. "Es fundamental reactivar la actividad económica mediante un mayor gasto público en inversión. Asimismo, para dar cuenta de las demandas sociales, los esfuerzos redistributivos de corto plazo deben complementarse con aumentos en la provisión y calidad de bienes y servicios públicos”, concluye la Cepal.