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Vivienda 06 oct 2020

BBVA Research analiza las perspectivas del sector inmobiliario y de la construcción en Argentina

El impulso de la oferta y la demanda es fundamental para recuperar el atractivo perdido del sector inmobiliario argentino, afirman los expertos del servicio de estudios de BBVA.

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Según el informe Situación Inmobiliaria y Construcción 2020 de BBVA, el impacto negativo de la crisis del COVID-19 en la industria de la construcción es histórico, mucho más teniendo en cuenta que el sector ya se encontraba debilitado por la recesión de los años previos. De hecho ya se registran 24 meses consecutivos de contracción.

Si bien ha habido una baja en el precio del metro cuadrado para la compraventa de una vivienda tipo en la Ciudad de Buenos Aires, dicha disminución sería insuficiente para reanimar el nivel de ventas de una demanda desmotivada, sumado a la tensión de los valores inmobiliarios afectados por la depreciación del peso argentino y las restricciones cambiarias.

A pesar de la mencionada baja de precios, existen claros incentivos a la construcción de inmuebles por su bajo costo medido en dólares, el cual retornó a niveles de mediados de 2010 y registró una retracción de 11% interanual en julio de 2020.

Alquileres crecen menos que la inflación

El valor de los alquileres de los departamentos presenta una dinámica de crecimiento menor a la de la inflación en términos interanuales, convirtiéndolos en una opción poco atractiva para los inversionistas. A la vez, la sanción de la nueva Ley de Alquileres presiona al alza de tales valores al incorporar aspectos adversos al interés de los dueños.

Respecto del mercado de oficinas, las medidas de aislamiento impuestas por el Gobierno nacional condujeron a la restricción de circulación y el cierre temporal de la mayoría de esos espacios durante el segundo trimestre y tercer trimestre del año, incrementando el índice de vacancia, modificando hábitos laborales y llevando a un replanteo de costos ante una “nueva normalidad”.

La construcción podría ser el sector impulsor de la economía argentina una vez finalizada la cuarentena, ya que puede amplificar los ciclos económicos: crecimiento superior al del PIB, rápida contratación de mano de obra, incremento de inversiones y derrames a lo largo de toda la cadena productiva de esta industria. Hasta el momento, las señales positivas están procediendo del sector privado a medida que se flexibiliza la cuarentena en las distintas jurisdicciones. El poder Ejecutivo propone destinar 2,2% del PIB en 2021 a inversión real directa y transferencias de capital.