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Finanzas personales Act. 07 jun 2018

Cómo dejar todo preparado para cuando llegue la hora

Uno de los indicadores más reveladores del avance de la humanidad es el de la esperanza de vida. Afortunadamente la cifra continúa creciendo y desde hace un tiempo ésta ya ha sobrepasado el umbral de los 80 años. Sin embargo, un dato tan positivo no debe hacer olvidar la responsabilidad de ir preparando todos los trámites necesarios de cara a facilitar las cosas a los seres más queridos para cuando arribe el momento del adiós.

Que nunca falte el testamento

Un primer paso, tan sencillo como necesario, es el de realizar un testamento. La legislación española permite testar a partir de los 14 años. Sin embargo, y pese a que cada año se redactan cerca de 600.000 textos recogiendo las últimas voluntades, sólo el 15% de la población ha realizado este trámite.

Hacer testamento debería ser una prioridad para todos. El hecho de que no consten por escrito los deseos de uno mismo puede implicar un quebradero de cabeza para los implicados, no siendo infrecuente que dicha carencia traiga consigo indeseados enfados y disputas legales entre familiares.

El precio no debería ser un obstáculo insalvable a la hora de visitar un notario para que de fe de nuestras últimas voluntades, ya que hacerlo tiene un coste de entre 38 y 50 euros solamente. Bien es cierto, que testamentos algo más extensos de lo habitual pueden hacer que la tarifa aumente hasta los 80 euros.

Cabe señalar que el testamento no es inamovible. El testador podrá realizar a lo largo de su vida tantos otorgamientos como considere oportunos, siendo siempre válido sólo el último.

Los aspectos financieros, claros 

Es muy recomendable estar al día del estado de los productos que se tengan contratados con las entidades bancarias, tales como cuentas corrientes, créditos, prestamos, tarjetas de crédito, depósitos, acciones y planes de pensión, principalmente. Puede también resultar conveniente nombrar un cotitular en las cuentas corrientes para que así éste pueda tener acceso a la mitad del saldo de las mismas llegado el fallecimiento y de esta manera no tener que esperar al trámite que obliga a que los herederos legales se acrediten como tales para poder acceder a la cuenta.

La lógica recomienda que el cotitular se encuentre entre los designados como herederos para evitar posibles disputas tras la muerte del titular

Asimismo, conviene vigilar el saldo de las cuentas para mantener - en la medida de los posible - un cierto remanente para que llegado el deceso se pueda hacer frente a los recibos pertinentes mientras la cuentas estén temporalmente bloqueadas.

Otro aspecto del que merece la pena dejar constancia es el de las posibles deudas personales que  se tengan con terceros o que estos hayan contraído con el afectado. Deberían hallarse siempre documentadas para que así se puedan satisfacer o cobrar llegado el momento.

Contratos y escrituras

Tanto si se adquiere alguna propiedad como si se realiza un alquiler, hay que tener las escrituras y los contratos correspondientes localizables por alguien de confianza para que los herederos los conozcan y se puedan ahorrar, en la medida de lo posible, pesadas investigaciones para conocer el patrimonio y obligaciones.

Constancia de los seguros de vida

Resulta muy útil facilitar el conocimiento de la existencia del seguro o los seguros de vida que se tengan contratados. Son muchas las personas que a lo largo de su vida se hacen un seguro de vida. Además, no resulta infrecuente que al contratar algunos servicios bancarios como tarjetas de crédito o préstamos, los mismos puedan llevar aparejados un seguro del podrán beneficiarse los herederos. Muchos seguros de vida se quedan sin cobrar porque no se sabe de su existencia.

El seguro de decesos, un alivio

Dejar satisfechos los trámites funerarios puede servir de una ayuda inestimable para los seres queridos en los dolorosos momentos del fallecimiento. El 70% de las muertes en España está cubierto por la previa contratación de un seguro de decesos que suele incluir traslado, esquela, funeral y entierro, por norma general. En ocasiones, se contratan seguros algo más amplios que también ofrecen la cobertura de servicios de gestoría y asistencia psicológica.

Presencia en internet

Si al fallecer no se quiere seguir presente en aquellos servicios de internet en los que el fallecido está dado de alta, es preciso dejar a mano un documento con las webs en cuestión y los usuarios y contraseñas para que se solicite la baja.

Si además, no se desea que los buscadores sigan mostrando información personal que ha quedado obsoleta, se tendrá que dejar constancia escrita para que nuestros herederos apelen al derecho al olvido.

Todo archivado

Una óptima gestión de todos los aspectos referidos tiene que estar rematada por un archivo adecuado. Lo ideal sería contar con dos archivos idénticos, uno físico y otro electrónico, y sobre cuyo paradero esté al corriente alguien de nuestra confianza en todo momento. Sólo así se asegura que el camino realizado para facilitar las cosas a los herederos llegará a buen puerto.