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Análisis Regional 18 jun 2019

BBVA Research estima que Galicia creará más de 30.000 empleos hasta finales de 2020

BBVA Research prevé que la economía gallega cree 30.300 empleos entre el final de 2018 y diciembre de 2020 y reduzca la tasa de paro hasta el 10,5% al final del siguiente año. Así lo indica el Servicio de Estudios de BBVA en su último informe ‘Situación Galicia’, presentado hoy por el economista jefe para España de BBVA Research, Miguel Cardoso, y Yolanda Martínez-Bajo, directora de la Territorial Noroeste de BBVA. Las previsiones de crecimiento del PIB para Galicia del 2,2% en 2019 y del 2% en 2020, son coherentes con la continuación de la recuperación del empleo, aunque la ocupación aún se situaría un 7,6% por debajo del nivel pre crisis al final del período.

Galicia cerró 2018 con un crecimiento del PIB del 2,7%, cuatro décimas menos que en 2017. Esta evolución de la economía gallega durante el pasado año se explica por la fortaleza de la demanda interna, que ha compensado la debilidad de las exportaciones de bienes observada a finales del pasado año, y que continúa en los primeros meses de 2019.

El buen desempeño de la demanda interna se debe a varios factores. Por un lado, el consumo privado continúa dinámico, apoyado por la mayor renta de las familias, debido a la fuerte creación de empleo, y por el aumento de la oferta de crédito. Este vigor compensa la mayor incertidumbre externa e interna.

Por otro lado, continuó el tono expansivo en la política fiscal, lo que se refleja, en parte, en el crecimiento del gasto primario del Gobierno autonómico a comienzos de 2019. Asimismo, la inversión continúa avanzando, ayudada por una política monetaria acomodaticia, que mantiene el coste de financiación en niveles históricamente bajos. En este contexto, se ha observado una aceleración de las importaciones de bienes de capital, y la recuperación del sector de la construcción residencial, donde los visados de vivienda nueva y el empleo siguen aumentando.

La economía gallega continúa su recuperación en 2019 y 2020

En el inicio de 2019, Galicia estaría manteniendo niveles de actividad sólidos (superiores al 0,6%% trimestral CVEC). El Servicio de Estudios de BBVA prevé que el PIB de Galicia crezca un 2,2% en 2019 para desacelerarse hasta el 2,0% en 2020, en línea con lo que sucede en el conjunto de España. Con ello, la región enlazaría siete años de recuperación.

En este contexto, diversos factores contribuirán a mantener el ritmo de crecimiento de la economía gallega. Así, se espera que la fortaleza de la demanda interna siga sosteniendo el crecimiento. Esto se debe al continuado vigor del consumo doméstico, impulsado por el precio del petróleo en niveles inferiores a los observados los últimos años, la normalización más lenta de la política monetaria, que mantiene los tipos de interés en niveles históricamente bajos y el aumento de la renta disponible de las familias. Con todo, BBVA Research prevé un incremento de la demanda interna menor que en años anteriores.

Por su parte, en el exterior se espera una progresiva mejora de la demanda mundial, que debería impulsar las exportaciones, frente a la debilidad que han mostrado recientemente. El descenso de las exportaciones a finales de 2018 y principios de 2019 se debió en gran medida al retroceso de las exportaciones a la zona euro, ligado fundamentalmente a menores ventas de manufacturas de consumo y del sector del automóvil. No obstante, para estos dos años se espera que un euro más depreciado, por el menor crecimiento de la eurozona y el tono expansivo de la política monetaria, impulse las exportaciones a países fuera de la Unión Monetaria. Esto supone un efecto mayor en Galicia que en otras CCAA, dada la relevancia de las exportaciones en el PIB.

Asimismo, el sector turístico muestra señales de estancamiento, debido, principalmente, a la ralentización de las visitas de extranjeros, en línea con lo que se observa en España.

30.300 nuevos empleos en Galicia hasta 2020

De cumplirse el escenario previsto, entre el final de 2018 y el de 2020, se podrían crear en Galicia 30.300 nuevos puestos de trabajo, lo que permitiría reducir la tasa de paro hasta el 10,5% al final del periodo, todavía 2,9p.p por encima del mínimo alcanzado en 2007. En este sentido, los primeros datos de 2019 apuntan a que el dinamismo del mercado laboral continúa.

Sin embargo, la recuperación del empleo es heterogénea en términos territoriales. Así, en el primer semestre de 2019, las divergencias entre las áreas urbanas y el resto de la comunidad se mantienen, ya que el mayor dinamismo en la creación de empleo se observa en las zonas urbanas de A Coruña y Pontevedra.

Con todo, a finales de 2020 el nivel de empleo aún se situará casi 7 p.p por debajo del nivel precrisis, coincidiendo con un descenso del número de activos en la región del 0,5%, uno de los mayores entre las regiones españolas. Esta tendencia continuará, ya que la dinámica poblacional es particularmente negativa en Galicia.

A esto se añade la dificultad para cubrir determinadas vacantes por la falta de formación para las ocupaciones que se crean. Por tanto, BBVA Research señala la necesidad de impulsar medidas que reduzcan la vulnerabilidad de la economía y que favorezcan la formación y la inserción de los parados de larga duración y de los jóvenes que actualmente ni trabajan ni estudian.

Factores de incertidumbre

En el escenario global los riesgos más evidentes son el aumento de las tensiones comerciales y los anuncios de mayores aranceles entre Estados Unidos y China. En Europa, también se añade la inquietud por la mayor probabilidad de salida sin acuerdo del Reino Unido. Un posible conflicto comercial situaría a la región ante un entorno de menor crecimiento de la economía mundial. En este caso, la región se enfrentaría a un riesgo mayor que otras comunidades dada la mayor contribución de la demanda externa a la actividad de la economía gallega.

A nivel doméstico, a la incertidumbre de la política económica se mantiene elevada se suman las dudas sobre los efectos de algunas de las medidas ya tomadas. Todo ello afecta a la confianza de los agentes y a sus decisiones de consumo e inversión.

Asimismo, el aumento del salario mínimo tendrá efectos negativos sobre el crecimiento y la creación de empleo a largo plazo, en la medida que no venga acompañado de políticas que mejoren la productividad.