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Sostenibilidad 02 jul 2020

Los coches eléctricos adelantan posiciones en la reactivación del sector

La crisis del coronavirus ha golpeado con fuerza a la industria de la automoción. En España es un sector particularmente relevante, tanto en el empleo como en su peso dentro de la economía. Pero las circunstancias se pueden aprovechar para virar hacia los coches eléctricos como una fórmula de futuro.

La industria de la automoción en España es una de las actividades económicas claves para el país. El impacto que en ella tiene la crisis del COVID-19 es profundo y precisamente esta coyuntura puede ser una oportunidad para avanzar hacia la electrificación. Un camino para tener una industria sólida, según resume ANFAC (Asociación Española de Fabricantes de Automóviles y Camiones), es construir una movilidad basada en cuatro tendencias: electrificada, conectada, autónoma y compartida.

Antes de la pandemia, según explica Ibán Chico, que encabeza la división de movilidad de Naturgy, se movían 45.000 vehículos con etiqueta cero, un 0,18%, y un 1,7% tiene etiqueta ECO. Pero según ANFAC, tanto en vehículos como en puntos de recarga España se posiciona a la cola del ranking europeo.

Una curva ascendente

Desde ANFAC resumen el panorama en números: “Durante 2019 se matricularon 19.751 electrificados, que supone apenas el 1,3% de las ventas de vehículos nuevos. Y contamos solamente con cerca de 7.600 puntos de recarga. Una cifra que todavía se sitúa lejos de los objetivos de los 2,5 millones de coches eléctricos para 2030”. Sin embargo, como destaca Chico, “la curva crece exponencialmente y el PNIEC (Plan Nacional Integrado de Energía y Clima 2021-2030), enviado en abril a Bruselas desde el Ministerio para la Transición Ecológica, demuestra que el compromiso es firme. Para 2030 deberíamos estar matriculando cinco millones de eléctricos”.

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Según el plan AUTO 2020-40 de ANFAC, el valor de mercado del nuevo ecosistema de la movilidad alcanzará los 310.000 millones de euros. “La adaptación española a la movilidad del futuro puede incrementar nuestra aportación al PIB en un 7% adicional y generar hasta 1,5 millones de empleos. Pero hay que acelerar para que lleguen cuanto antes”, apunta desde la organización.

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ANFAC: "Para 2030 deberíamos estar matriculando cinco millones de eléctricos”

Necesidad de ganar competitividad

Bajarían los costes y aumentaría la competitividad si España pudiera ganar la exclusiva de fabricación de modelos, algo en lo que parece que Francia irá en cabeza. Al contrario que España, el país vecino posee marcas propias. El cierre de fábricas, como Nissan, debiera servir de punto de inflexión para cambiar. “El automóvil es estratégico para España”, decara Jorge Morales de Labra, director de Geoatlanter y miembro de la junta directiva de la patronal fotovoltaica UNEF, quien añade que el cierre de la planta de Barcelona se veía venir. “El sector del coche no ha permitido que se le ponga plazos. Ahora estamos en un momento crítico, agravado por la crisis”, cuenta Morales.

Falta de cultura eléctrica

No prevé este experto que, con un parque automovilístico de 12 años de edad y un sector que emplea al 9% del país, la situación mejore si no se aceleran cambios. “Salen las cuentas pero hay que hacer una gran inversión inicial”, insiste. “Se venden menos coches por la crisis, por el parón y por la falta de cultura eléctrica. Tenemos que entender este tipo de vehículos y saber hacerlos. Lo más visible son las fábricas, donde no hay personal preparado, pero, ¿qué pasa con los concesionarios? Si los vendedores no saben de estos coches, ¿cómo van a transmitir la confianza necesaria para comprarlos?”.

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España debe acelerar los cambios

Para Morales, en cinco años la competitividad del eléctrico será tan evidente que bajarán los precios y se dejarán de comprar otros vehículos. “El problema es que ni España ni Europa pueden fabricar coches eléctricos ahora. Y cuando se demanden más no serán capaces de seguir el ritmo”, señala.

El Ayuntamiento de Madrid abrió en 2015 las puertas a Share Now (antes Car2Go, del grupo Daimler, de Mercedes Benz). La gente se acostumbró a conducir eléctrico y se educó en economía compartida. David Bartolomé, directivo en Share Now pide “seguir explorando esta movilidad eléctrica, que aporta ventajas y oportunidades en el mercado de la conectividad y las baterías, que ganarán peso frente a otros componentes”. Hay que recordar que un vehículo eléctrico tiene infinitas menos piezas que un coche convencional. Y los trabajadores del sector están, principalmente, especializados en este mercado de componentes, condenado a desaparecer. “Se impone una transición gradual, que es una oportunidad para adaptarse y ganar cuota de mercado”, apunta.

Un sector alineado con el Gobierno

La automoción –las asociaciones de fabricantes de vehículos y componentes, ANFAC y SERNAUTO, y las de distribución y comercialización de vehículos, FACONAUTO y GANVAM– mostró recientemente su respaldo al plan del Gobierno para el sector. Sin embargo, insisten en que la rapidez será clave para reactivar el mercado, recuperar el ritmo de producción y reducir los impactos de la crisis.

Raúl Palacios, presidente de Ganvam, hace hincapié en la formación y capacitación. “Si queremos que España sea ‘hub’ de automoción internacional y atraiga inversión, los recursos para innovación deben orientarse a transformar tanto los modelos de fabricación como los modelos operativos. Debemos ser capaces de formar profesionales cualificados que den respuesta a las exigencias del contexto digital”.