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¿Cómo ahorrar energía (y dinero) en verano?

El verano ya está aquí y con él, el calor y las vacaciones. Que si aire acondicionado, que si congelador al máximo lleno de helados… y ventiladores que no falten. También es, para muchos, una de las épocas en las que temblar cada vez que llega la factura eléctrica. Lo que no saben es que es una de las estaciones en la que más fácil ahorrar energía, y, con ello, algo de dinero. Y no hay que olvidar, además, la necesidad de hacer un consumo responsable y sostenible de los recursos energéticos.

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Cuidado con los electrodomésticos

Uno de los primeros factores a tener en cuenta es la importancia de la temperatura, partiendo de la base de que es el calor lo que se gana o se pierde. De ahí que controlar la temperatura interior de la casa sea un paso importante de cara a ahorrar energía. Así, al encender el aire acondicionado, cuanta más diferencia haya entre la temperatura del exterior e interior, más trabajo tendrá que hacer el aire acondicionado y más energía tendrá que consumir. Aún así, no siempre es necesario usar este tipo de aparatos. Por ejemplo, los ventiladores o los climatizadores evaporativos consumen menos energía y en días en los que el calor no es intenso son una estupenda alternativa.

En línea con esto, hay que procurar que los electrodomésticos siempre sean de bajo consumo, al igual que las bombillas, entre las que los expertos recomiendan el uso de las LED. El frigorífico es otro de los electrodomésticos que más energía pueden ahorrar durante el verano. Al estar siempre encendido, es uno de los que más consumen. Por ello, cuando se va a estar fuera de casa durante unos días, o una temporada, lo mejor es poner el termostato en la posición de menor frío posible, o incluso, vaciarlo y apagarlo. Además, debe tener un buen mantenimiento, ya que si los filtros del aire están sucios u obturados, el aparato deberá esforzarse más y esto hará que consuma más electricidad.

A la hora de fijar la temperatura en una sala, el Instituto para la Diversificación y el Ahorro de la Energía (IDEA) considera que el cuerpo se debe adaptar a la temperatura del verano, y se debe ir con ropa más ligera y poner el termostato en 26 grados.

El termo eléctrico es otro de los que más “chupan” y apagándolo durante las vacaciones o encendiéndolo sólo durante unas horas al día se puede conseguir ahorrar bastante. De hecho el uso de un reloj programador es importante. Con ello, en el momento de usarlo no hay que preocuparse del horario ya que cuando abres el agua caliente estás usando el agua almacenada.

La importancia de un buen aislamiento térmico

El aislamiento térmico es esencial si se quiere mejorar la eficiencia energética de una vivienda o un edificio. Según Danosa, empresa especializada en construcción sostenible, hasta un 99% de sus viviendas experimentan pérdidas de calor debido a un aislamiento térmico insuficiente. Es necesario aislar adecuadamente la fachada, pero también techos y suelos, así como elegir ventanas y puertas con un nivel adecuado de aislamiento térmico. De hecho, estos son los elementos que generan una mayor pérdida energética. Por eso, abrirlas a primera hora de la mañana y a última hora de la tarde ayudará a refrescar el ambiente y conseguir enfriar unos grados la vivienda.

Por otro lado, existen algunas opciones que, por simples que parezcan, evitarán gastar energía de más durante los días más calurosos. Poner un toldo en la terraza o jardín puede conseguir bajar la temperatura varios grados; elegir una buena persiana nos puede ayudar a mantener la temperatura interior, haciendo de barrera ante el calor. Dos ejemplos de entre otros tantos.

BBVA con el ahorro energético

La eficiencia energética es una práctica necesaria para proteger el medio ambiente. BBVA está firmemente comprometido con la sostenibilidad, y esto incluye a sus edificios. Actualmente, BBVA cuenta con 27 edificios reconocidos con certificación LEED, un proceso de clasificación estándar internacional y voluntario que se basa en el acuerdo de unos criterios y parámetros de la construcción y renovación de edificios sostenibles de alta eficiencia. LEED, además de evaluar la eficiencia energética, también mide la eficiencia del consumo de agua, las emisiones de CO2 y la calidad del aire interior.