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Análisis y opinión 24 ago 2020

Finanzas y tecnología: Colaborar y ganar

A principios de agosto, BBVA USA anunciaba que formaría parte de la primera avanzadilla de entidades bancarias que colaboraría con Google para ofrecer una cuenta bancaria digital que se podrá contratar a través de Google Pay a partir de 2021.

BBVA no es la única institución financiera que está colaborando con empresas tecnológicas. Hace escasas semanas Goldman Sachs y Apple anunciaban su alianza para lanzar Apple Card, otro ejemplo más de colaboración entre los sectores financiero y tecnológico.

Parece que la gente del mundo de la tecnología y de las finanzas comienza a ver lo que para BBVA se hizo evidente hace años: Que la colaboración, más que la competencia, beneficia a todas las partes.

“Las colaboraciones con empresas como Google representan el futuro de la banca. Los consumidores son los que más ganan cuando el sector financiero y las grandes tecnológicas deciden colaborar en su beneficio”.

Estas fueron algunas de las ideas que expuse en la nota de prensa inicial que publicamos para anunciar nuestra colaboración con Google. Dicho lo cual, no está de más clarificar que las alianzas entre tecnológicas y banca deparan beneficios para todas las partes involucradas, desde los clientes, hasta los bancos y las tecnológicas.

Javier Rodríguez Soler, presidente y CEO de BBVA USA.

Pero se podría decir que los mayores beneficiados son los consumidores, que disfrutan de una experiencia que ni la banca ni las tecnológicas serían capaces de poner a su disposición actuando por separado. De entre todos los beneficios para los consumidores, cabría destacar:

  • La mayor comodidad de disponer de una plataforma digital única que permite a los clientes acceder a los suministradores que elijan, disfrutando de una experiencia de usuario homogénea.
  • Una experiencia de usuario excelente, que aprovecha los años de experiencia que acumulan las empresas tecnológicas en el desarrollo de soluciones orientadas hacia ellos.
  • Ecosistemas digitales y físicos completos, combinando la experiencia de usuario de las tecnológicas junto con un asesoramiento financiero desarrollado de un profundo entendimiento de los clientes y sus necesidades, una amplia red de cajeros, tecnología móvil líder y mucho más; y
  • La creación de una experiencia intuitiva que permitirá a los consumidores gestionar su dinero mucho mejor y sentirse al mando de sus finanzas.

Para la banca, las ventajas incluyen implicaciones a largo plazo considerando la capacidad que ha demostrado el sector tecnológico para incorporar sectores a sus carteras. Entre las ventajas para la banca, cabría destacar:

  • La capacidad de incrementar su escala más rápido. Estas tecnológicas, con millones de clientes fieles, les ofrecen acceso a una base de clientes potenciales a la que les llevaría años y millones de euros acceder por su cuenta;
  • El efecto halo de una marca global enlazada con la del banco. Sabemos que el grado de lealtad de los clientes de las tecnológicas es muy elevado. La banca, que ofrece servicios que los clientes suelen percibir como más genéricos, se beneficia de la asociación con estas empresas.
  • Es justo decir que las experiencias digitales son una parte clave del éxito de la industria tecnológica. Saben qué es lo que buscan y necesitan sus clientes, y lo desarrollan por encima de todas las expectativas. Como este tipo de colaboraciones, los bancos se aseguran un asiento en primera fila para observar, aprender y entender cómo lo hacen.

Las empresas tecnológicas se benefician al centrarse en lo que mejor hacen, aquello que les ha permitido crecer de manera exponencial; centrarse en mejorar y afinar las experiencias de usuario. Las alianzas con la banca les permiten liberarse de la tarea de aprender un nuevo negocio, altamente regulado. De entre todo este amplio abanico de ventajas, cabría destacar:

  • La capacidad de aprovechar el conocimiento institucional de las entidades financieras. La banca es un sector muy regulado, con una normativa que cambia de manera constante. Las entidades no sólo entienden de cumplimiento normativo y los marcos legales establecidos por los diferentes órganos de supervisión, sino que disponen de equipos humanos especializados en garantizar dicho cumplimiento.
  • Trabajando con la banca, las empresas tecnológicas se evitan la necesidad de obtener una licencia bancaria para operar, un trámite que implica una elevada inversión tanto en tiempo como en recursos. La colaboración con la banca permite a estas empresas centrarse en su actividad principal, ofreciendo una mayor comodidad a sus usuarios que, al mismo tiempo, redunda en beneficio de su lealtad.
  • Ofreciendo servicios bancarios en cooperación con un banco, las tecnológicas tienen la posibilidad de diversificar y dar respuesta a las nuevas necesidades de sus clientes ahorrándose una cantidad de trabajo ingente.

Visto lo visto, hay una pregunta que mucha gente se estará preguntando: ¿Si todo el mundo sale ganando, porque no hay más ejemplos de colaboración entre entidades financieras y empresas tecnológicas?

Creo que la respuesta reside en el grado de preparación.

BBVA lleva años defendiendo que para prosperar en la economía digital y dar respuesta a la rápida evolución de las demandas de sus clientes, las entidades deben transformarse, pasar de ser bancos analógicos rentables a empresas de servicios de conocimiento digital, capaces de innovar en diferentes sectores.

En BBVA, esto se ha traducido en diferentes estrategias, fuimos uno de los primeros bancos en invertir en nuestra plataforma tecnológica para convertirnos en la primera entidad en EEUU que ofreció operativa en tiempo real, así como en poner a disposición de terceros, tanto a través de alianzas como en modalidad de marca blanca, una completa gama de APIs de banca y pagos construida en la nube que le ha permitido al banco ser más ágil.

El banco habilitó esta plataforma en los EEUU hace casi una década, con un coste de 362 millones de dólares. En aquella época, se convirtió en el primer proyecto de conversión de la plataforma de negocio acometida por un banco de tamaño similar en casi diez años. Este tipo de visión de futuro – de la cual nació BBVA Open Platform –marcó un hito en la historia de BBVA y es el motivo por el que estamos preparados para trabajar con una empresa como Google.

También es el motivo por el que, a pesar de sus muchos beneficios, todavía no se han materializado muchos más proyectos de colaboración entre la banca y el sector tecnológico. Muchos bancos, simplemente, no están preparados o que se resisten a asumir un futuro en el que las empresas tecnológicas van a invadir lo que durante décadas ha sido una realidad impenetrable: sus negocios.

Para aquellas entidades que ya están preparadas, la colaboración entre la banca y las tecnológicas supone una fuente de beneficios mutuos, y es algo que ya está sucediendo.