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Música Act. 06 nov 2018

Guns N' Roses hizo vibrar a sus fans argentinos

Había ansiedad en la larguísima fila de fanáticos que invadió las calles de Núñez desde temprano. Mayoría de remeras negras, mucho estilo rock and roll pero con cierto aire glamoroso, miles de fans ansiosos por el regreso de una de las bandas más populares en la Argentina desde los 90. Y lo más llamativo: buen porcentaje de chicos que ni siquiera habían nacido la última vez que Guns N’ Roses se había presentado en el país con su formación completa, 23 años antes.

Entre ellos, dos clientes de BBVA Francés y un no cliente con sus acompañantes, ganadores del sorteo del #FrancésGoMusicExperience. Fueron trasladados al estadio para gozar de un show diferente, reposaron en un camarín exclusivo para ellos, pudieron ser parte del backstage y mirar el show desde el Campo Vip.

Los ganadores del sorteo del #FrancésGoMusicExperience quisieron registrar este momento histórico. - BBVA Francés

Si bien los Guns tocaron en la ciudad de Rosario antes de desembarcar en el estadio de River y dieron señales claras acerca de su magia intacta, tuvieron que sonar los primeros acordes de 'It’s so Easy' para que la explosión de armas y flores invadiera la atmósfera porteña para generar una realidad paralela durante casi un par de horas. 'Mr. Brownstone', 'Chinese Democracy' y 'Welcome to the Jungle' produjeron un in crescendo maravilloso, en el que ya no importaban el calor ni la impuntualidad de los artistas.

Un Axl Rose que no perdió histrionismo más allá de haber sumado kilos y años se hizo cargo de la escena y de un repertorio que prácticamente no tuvo puntos bajos. Los hits salieron disparados hacia un público agradecido, que no paró de saltar y cantar en toda la noche. Slash hizo su parte, poniendo a sonar una colección de guitarras históricas y ubicándose estratégicamente en el extremo opuesto a Rose. ¿Es parte de un show estudiado o se odian? Da igual, porque siguen vibrando en una admirable armonía, y les dieron el espacio que se merecen el bajista Duff McKagan y el baterista Steven Adler, que no estaba en los planes de los fans.

Guns N’ Roses ofreció un lindo espectáculo que hizo vibrar a los porteños.

Hubo también algunos huecos para aplaudidos homenajes a Jimmy Hendrix ('Voodoo Child'), Eric Clapton ('Layla'), Pink Floyd ('Wish you Were Here') y The Who ('The Seeker'), y sonaron los ya clásicos covers de 'Live and Let Die', de Paul MacArtney y 'Knocking On Heaven’s Door', de Bob Dylan. Pasaron 'Sweet Child O’ Mine', 'Used to love Her' y 'November Rain', siempre arriba, manteniendo al público enfervorizado y agradecido, lejos de sentir cansancio.

Una lista de temas generosa que cerró con 'Paradise City' y dejó en claro que los Guns N’ Roses no se olvidaron del show. Puede dar la sensación de que estuvo todo demasiado estudiado y atildado para una banda que transpiró rebeldía. Pero no hubo quejas por la prolijidad porque el recital colmó las expectativas de todos. Rose y Slash habían coincidido en asegurar hace algún tiempo que nunca volverían a reunirse en los Guns, en esta vida. Not in this lifetime”, fue la sentencia de ambos. Y ese fue el nombre que le pusieron a la gira que ahora los lleva a seguir recorriendo América Latina, sonando como los Guns y haciendo vibrar a los fanáticos que sabían que nada es eterno, ni siquiera las promesas de los músicos que admiran.