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Emprendimiento y Startups Act. 06 nov 2023

Emprendimiento personal: ¿Qué es y para qué sirve?

Conocerse a uno mismo es clave para poner en marcha un negocio. Reconocer las fortalezas y debilidades que se poseen, asumir riesgos y estar abiertos al cambio pueden marcar la diferencia entre el éxito y el fracaso. Para mejorar como emprendedor y superar los retos del mundo empresarial, el emprendimiento personal resulta imprescindible.

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Emprender es una carrera de fondo en la que no siempre se obtienen los resultados previstos. Aunque hay múltiples ejemplos de emprendedores que han alcanzado el éxito con sus proyectos personales, la realidad es que un alto porcentaje de las nuevas empresas que salen al mercado acaban fracasando, y que alrededor de un 10% acaban echando el cierre durante su primer año de actividad.

Detrás del éxito y fracaso de un proyecto empresarial hay un actor que juega un papel fundamental: el emprendedor. Historias de éxito como las de Google, Canva o Zara no se pueden entender si no se mira a Larry Page, Melanie Perkins o Amancio Ortega, e igual que los conocimientos financieros resultan clave para emprender, las habilidades y cualidades personales de los emprendedores también juegan un papel fundamental. En este marco, el emprendimiento personal resulta vital para alcanzar el éxito y no quedarse atrás.

 Qué es el emprendimiento personal

En un artículo elaborado en 1985 para la revista Harvard Business Review, el profesor Howard H. Stevenson, en colaboración con David E. Gumpert, distinguió dos tipos de personas: aquellas que se ven amenazadas por los cambios y que se inclinan hacia el ‘statu quo’ y aquellas que se ven capaces de aprovechar estos cambios para desarrollar nuevas iniciativas.

La capacidad para aprovechar estos cambios es lo que marca la diferencia entre un emprendedor y un no emprendedor. Por definición, un emprendedor es alguien capaz de identificar una necesidad u oportunidad de negocio y de desarrollar una solución que les dé respuesta. Estas personas se caracterizan por tener ciertas cualidades, entre las que destacan la constancia, creatividad e innovación, y por ser capaces de asumir riesgos. Es decir, por salir de su zona de confort y no limitarse a lo que ya conocen.

La capacidad para aprovechar estos cambios es lo que marca la diferencia entre un emprendedor y un no emprendedor. Por definición, un emprendedor es alguien capaz de identificar una necesidad u oportunidad de negocio y de desarrollar una solución que les dé respuesta. Estas personas se caracterizan por tener ciertas cualidades, entre las que destacan la constancia, creatividad e innovación, y por ser capaces de asumir riesgos. Es decir, por salir de su zona de confort y no limitarse a lo que ya conocen.

Para avanzar en este camino, el emprendimiento personal puede jugar un papel clave. Este tipo de emprendimiento se entiende como el cambio consciente que realiza una persona para variar la situación en la que se encuentra y, aunque no sea exclusivo del mundo de los negocios, sí puede ser de gran ayuda de cara a poner en marcha un nuevo proyecto.

Cómo desarrollar un emprendimiento personal

El emprendimiento personal comienza con un trabajo de introspección. Para poder cambiar la situación en la que uno se encuentra es imprescindible saber qué es lo que se quiere dejar atrás y hacia dónde se quiere avanzar. Es decir, hay que marcarse una meta.

Este ejercicio de introspección pasa, en el ámbito de los negocios, por descubrir la motivación para lanzar una nueva empresa, que no siempre está relacionada con el dinero. De hecho, en una encuesta elaborada por Cox Business casi dos tercios de los encuestados apuntaron que el deseo de ser su propio jefe y el interés de crear algo nuevo desde cero se encuentran entre sus principales motivos a la hora de emprender, mientras que solo un 8% de los encuestados respondió que su motivación era el dinero.

Definir los motivos por los que se quiere emprender puede ayudar a los emprendedores a tomar la decisión de salir de su zona de confort y darle un nuevo rumbo a su vida profesional; pero para emprender con éxito no basta con tener una motivación, sino que se necesitan recursos.

Estos recursos no solo son de índole económico, también están relacionados con las propias cualidades del emprendedor. A diferencia de las grandes empresas, que pueden acceder a una amplia variedad de recursos tanto humanos como económicos, los emprendedores están solos en su aventura empresarial y dependen de sí mismos para alcanzar el éxito, por lo que deben conocer sus fortalezas y debilidades y trabajar en ellas.

Las redes de contacto, los conocimientos, intereses, habilidades, las experiencias vitales y profesionales e incluso la propia personalidad del emprendedor son ejemplos de fortalezas y debilidades que puede tener un emprendedor y que se deben tener en cuenta antes de lanzar una startup. Trabajar en ellas e invertir en el crecimiento y desarrollo profesional puede ser clave para culminar con éxito un emprendimiento personal y poder salir de la zona de confort dentro del mundo de los negocios.

Ejemplos de emprendimiento personal

Como la propia palabra indica, el emprendimiento personal es algo completamente propio, único para cada individuo. Existen numerosos cambios que se pueden llevar a cabo para desarrollarse como persona y que pueden resultar útiles de cara a lanzar un nuevo negocio. Algunos ejemplos son:

  • Conseguir nuevos conocimientos. El mercado cambia constantemente, y los emprendedores deben estar preparados para dar respuesta a estos cambios. Aprender nuevos idiomas, conocer las nuevas tendencias de marketing y tecnología o aumentar los conocimientos de gestión empresarial son algunos ejemplos de emprendimiento personal que podrían ser de utilidad de cara a lanzar una startup.
  • Mejorar las dotes de comunicación. Los grandes emprendedores destacan por sus habilidades de comunicación verbal y no verbal. Mejorar la manera en la que uno se expresa puede ser de ayuda para impulsar un negocio.
  • Adquirir hábitos saludables. Lanzar una nueva empresa al mercado es un proceso largo y complejo en el que pueden surgir todo tipo de adversidades y en el que es importante cuidarse tanto física como mentalmente. Comer sano, hacer ejercicio o descansar correctamente son algunos hábitos saludables que los emprendedores pueden incorporar a sus rutinas y que les ayudarán a mantener su salud física y mental. En este sentido, desde Forbes también recomiendan centrarse en las tareas más importantes y recordar los motivos por los que se decidió emprender.
  • Trabajar las relaciones personales. Los contactos juegan un papel fundamental a la hora de emprender, ya que podrían convertirse en socios, inversores o incluso trabajadores del proyecto que se quiere llevar a cabo. Invertir tiempo en construir una buena red profesional puede ayudar al lanzamiento de una startup.

El emprendimiento personal no solo sirve para crecer como persona, sino también para alcanzar el éxito como emprendedor. Emprender pasa por salir de la zona de confort y atreverse a asumir riesgos. Descubrir la motivación para emprender, invertir en uno mismo y en las fortalezas y debilidades que se poseen son clave para desarrollarse en el mundo de los negocios.