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‘Startups’: Europa pide paso

Treinta empresas tecnológicas europeas valen 30.000 millones de euros. El Viejo Continente rompe barreras en la transformación digital y lucha por acercarse a los números de Silicon Valley.

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Silicon Valley parece estar en otro planeta cuando se habla de startups aunque las diferencias entre Europa y América se acortan, según un estudio de la consultora Roland Berger. Desde hace varios años, el ecosistema europeo favorece el crecimiento de las startups y ya no hay que soñar con tener un despacho en California para convertirse en un gigante tecnológico.

En ocho años, según el estudio Can European start-ups crack the code? el número de empresas tecnológicas en el Viejo Continente ha crecido un 400%. Las startups recaudaron,  el primer semestre de 2015,  6.900 millones de dólares, un 86% más con respecto al año anterior. En 2016 se prevé que sigan creciendo y rompan definitivamente los cuatro mitos del escenario de las startups europeas.

Mito 1: Europa no es atractiva para los emprendedores. El estudio recalca que no es cierto y destaca que en Europa coexisten una gran número de “ecosistemas”, cada uno de ellos con características especiales y mecanismos de crecimiento propios. Destaca Londres que es la que más atrae startups que tienden a desarrollarse en entornos urbanos y dinámicos. También Berlín, “pobre y sexy”, que ofrece un ambiente de enorme fuerza creativa: sus calles congregan diferentes lenguas y atraen a diferentes emprendedores mundiales. En el otro extremo estaría París, el motor económico de un país entero; al menos 12.000 startups tienen su base en la capital francesa nutriéndose de talento, especialmente en la ingeniería. No hay que olvidar otras ciudades atractivas como Ámsterdam, Barcelona, Dublín, Copenhague o Helsinki.

Mito 2: Europa carece de capital. Un punto que tiene algo de cierto pero que está cambiando, según el informe. El acceso a la financiación o la ausencia de ella ha sido siempre uno de los grandes complejos competitivos para las startups europeas. Hace 2 años las startups europeas consiguieron financiación de 8 millones de dólares de patrocinadores estadounidenses y solo tuvieron inversión europea de 3 millones.

Una tendencia que está cambiando gradualmente. El número de compañías europeas que ha conseguido “capital semilla” ha crecido un  600 % desde 2009.  Y más allá de los números, también se dan un serie de cambios estructurales en el entorno financiero europeo. En primer lugar, cada vez es más barato poner en marcha una compañía pues muchos de los costes técnicos o de infraestructura han disminuido gracias a la nube que brinda un software abierto y gratuito. Por otro lado, el informe destaca que las startups europeas están en el camino hacia una financiación offshore tanto en Estados Unidos como en China.

Mito 3: Los talentos rehúyen Europa. Sucede al contrario, según el estudio, que, aunque señala que es verdad que la escena europea ha sido de más difícil acceso y ha puesto  barreras a la India o a Europa del Este (por el lenguaje, la documentación que tenía que tramitarse en lengua inglesa y algunas leyes restrictivas laborales), la crisis que ha azotado  al viejo continente ha conseguido algo no había conseguido la política. Ha creado la necesidad urgente de cambio en el modelo económico y le ha hecho ver a la población que trabajar para una gran firma no era sinónimo de seguridad. La crisis ha provocado que el ecosistema haya madurado rápidamente ofreciendo nuevas oportunidades para los jóvenes talentos. Para atraer a los más talentosos, los más capaces y comprometidos, debe existir un ecosistema creativo que lidere la escena local. Y Europa está intentando facilitar la movilidad de sus trabajadores para impulsar las disciplinas digitales.

Mito 4: El ambiente de negocios europeos no es amigable para las startups. Esto ha cambiado mucho en los últimos años. El informe recalca que no hay un mercado digital europeo único pero tiene una decente infraestructura digital en cada uno de los mercados digitales independientes. La penetración de las hubs es buena y las condiciones en el mundo offline han permitido a Europa tener una serie de ventajas -gran número de líderes de mercado en campos variables, complejos y técnicos- además de fortaleza en automoción o ingeniería.

Las startups europeas son capaces de conseguir que las compañías tradicionales ganen dinero en el mundo digital. Una de las razones principales por las cuales los europeos harán bien adoptando las estrategias de un nuevo mercado -un océano azul- será crear sus propias oportunidades más allá del modelo americano. Europa debe aprovechar los bajos costes, en comparación con Estados Unidos, para crear una startup. Por ejemplo, el salario medio anual de los trabajadores digitales en Silicon Valley ronda los 195.000 dólares, llegando a los 291.000. En Europa los niveles más altos alcanzan los 127.000 dólares.

Rotos los cuatro mitos que persiguen a las startups europeas, el Viejo Continente debe aprovechar su liderazgo político, valores y experiencia tradicional para seguir impulsando la transformación digital en 2016.