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Banca Act. 14 may 2018

¿Qué es un banco malo?

Un banco malo es una entidad, pública o privada, que adquiere los activos deteriorados de los bancos, que pueden ser préstamos o adjudicados, con la intención de liquidarlos en un periodo de tiempo prolongado. Ana Rubio, de BBVA Research, explica las características y ventajas de estas entidades.

El funcionamiento del banco malo se asemeja a una bola de nieve, el activo deteriorado, que va cayendo por una ladera y va creciendo. Lo que hace el banco malo es tomarlo de la ladera, separarlo y ponerlo al sol para que se vaya derritiendo con el tiempo.

¿Qué puede hacer un banco malo mejor que los bancos que originaron los activos?

Los bancos malos tienen ventajas importantes. Primero, suponen una gestión centralizada y especializada de estos activos. Segundo, son un punto único de acceso para los inversores interesados en comprar estos activos, puesto que tienen en su portafolio activos de diferentes bancos. Y tercero, se gana tiempo para que esta liquidación sea más ordenada. Para los bancos que aportan los activos, por una parte, esta es una de las maneras más rápidas de limpiar su balance y poder dedicarse a su función primordial, que es dar créditos. Por otra parte, como se suelen adquirir con descuentos muy significativos, esto tiene un impacto negativo en el corto plazo de las cuentas de estos bancos.

¿Qué se está haciendo en Europa?

La Comisión acaba de publicar unas guías que, para los países que quieran, indican las mejores prácticas a la hora de crear bancos malos. BBVA Research considera que esto es muy positivo y puede constituir una guía a futuro. Pudiera parecer que esto llega tarde, pero lo cierto es que la situación en Europa es muy heterogénea. Hay países como Grecia que tiene actualmente un 47% de tasa de morosidad, Portugal está en el 17%, Italia está en el 12%. Estas cifras son muy superiores a las que tiene un país como España que a nivel consolidado tiene ahora mismo un 4,8%, que sigue siendo superior al 4% que es la media de la Unión Europea.

En cualquier caso, cualquier banco malo que se cree tiene que cumplir con la regulación que está en vigor hoy. Es decir, tanto la regulación de ayudas de Estado en caso de que hubiera, que no tiene que ser la opción por defecto, y con la normativa de recuperación y resolución en caso de que los bancos tuvieran problemas a raíz de estas transferencias con estos descuentos tan significativos.

Estas medidas de reducción de los riesgos que vienen de la crisis anterior deben ir en paralelo con medidas de mutualización de los riesgos futuros, que es lo que se acordó en el acuerdo de la Unión Bancaria; por ejemplo, la creación de un fondo de garantía de depósitos común en Europa.