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¿Hay esperanza para la vaquita marina, el panda del mar?

Es el mamífero marino más amenazado del planeta, apenas quedan diez ejemplares en las aguas del golfo de California. La pesca ilegal, la captura accidental y la degradación de su hábitat han convertido a la vaquita marina en un símbolo de la crisis de la biodiversidad.

¿Hay esperanza para la vaquita marina?

En las aguas turquesas del golfo de California, una línea imaginaria conecta Puertecitos, en Baja California, con Puerto Peñasco, en Sonora. Esta línea marca el área de distribución de la vaquita marina, una especie endémica del norte del golfo. Es el único mamífero marino originario de México, la especie de marsopa más pequeña y, también, el mamífero marino más amenazado del planeta.

Se calcula que solo quedan diez ejemplares de vaquita marina en esas aguas y, por lo tanto, en todo el mundo. La pesca ilegal, la captura accidental y otras amenazas, como la degradación de su hábitat, han dejado a la especie en peligro crítico de extinción. Sin embargo, un estudio reciente ha señalado que todavía existe esperanza para la vaquita marina. Al menos, desde el punto de vista de la genética.

Una población diezmada

A la vaquita marina (Phocoena sinus) se la conoce también como el panda del mar por sus marcadas manchas oscuras alrededor de la boca y los ojos. Pero esta no es la única similitud con el oso asiático: al igual que el panda, la vaquita se ha convertido en un símbolo de la crisis de la biodiversidad y de la importancia de las políticas de conservación para proteger la vida en el planeta.

En 1997, los registros indicaban que había 567 vaquitas marinas en el golfo de California. Una década después, la población se había reducido a más de la mitad y, desde entonces, las cifras han seguido cayendo en picado. La última evaluación de la Unión Internacional para la Conservación de Naturaleza (UICN) concluía que quedaban 17 ejemplares en 2017. Hoy, sin embargo, se calcula que solo quedan diez.

De acuerdo con la UICN, sus amenazas derivan de la actividad del hombre. La principal es la pesca ilegal de la totoaba, un pescado muy demandado en China por las cualidades de su vejiga, a la que se atribuyen propiedades curativas y por la que se llegan a pagar altas sumas de dinero. Las vaquitas se quedan enredadas en las redes de pesca y fallecen asfixiadas. Otras causas son la degradación de sus ecosistemas y la contaminación.

¿Hay esperanza para la vaquita marina?

La supervivencia de la vaquita

En los últimos años, se han puesto en marcha diferentes políticas e iniciativas para salvar a la vaquita marina de la extinción. Sin embargo, la falta de resultados y el declive de la población han hecho que salten las alarmas: con tal solo diez ejemplares, uno de los aspectos que más preocupa es la pérdida de diversidad genética. Es decir, que la especie se vuelva menos saludable debido a que los animales están estrechamente relacionados entre ellos.

Un estudio publicado recientemente en la revista Science bajo el título The critically endangered vaquita is not doomed to extinction by inbreeding depression mitiga esta preocupación. De acuerdo con investigadores de universidades estadounidenses y mexicanas, la vaquita no está en riesgo de desaparición por endogamia. Las muestras de ADN de varias generaciones de animales mostraron que su población ha sido baja a lo largo de la historia y que apenas hay riesgo de que se den variaciones nocivas.

La principal conclusión del estudio es que las vaquitas marinas no tendrán ningún problema para recuperarse y volver a poblar las aguas del golfo de California por sí solas. Diez es un número muy bajo, pero todavía suficiente. El verdadero reto está en reducir las capturas accidentales y otras amenazas que derivan de la acción del ser humano y que son las que han dejado a la especie en riesgo crítico de extinción.