¿Vamos hacia un mundo demasiado caliente para el café, la cerveza o el chocolate?
El aumento de las temperaturas provocado por el cambio climático no sienta bien a los cafetales. La comunidad científica ha advertido que la producción mundial de café está amenazada por el calor. La sequía y la falta de agua también afectan a las plantaciones de cebada y cacao.
Un grano de café puede dar la vuelta al mundo. La leyenda cuenta que las cualidades de esta bebida se descubrieron en Etiopía, cuando un pastor se fijó en el curioso comportamiento de unas cabras después de comer las bayas rojas de un cafeto. Decidió probarlas él mismo y comprobó, asombrado, que le mantenían despierto y activo durante más tiempo.
Durante los siglos siguientes, los granos de café comenzaron a extenderse por todo el planeta. Hoy, la mayoría crece en el hemisferio sur –en verdes cafetales de países como Brasil, Colombia, Vietnam o Indonesia– y se consume, sobre todo, en países del norte. La cultura del café está creciendo rápidamente y cada vez más personas disfrutan de humeantes tazas de esta bebida a cualquier hora del día.
Sin embargo, el cambio climático amenaza con reducir la producción mundial de café. Los viajes de estos granos alrededor del globo, hoy tan habituales, podrían verse frenados en los próximos años. Y lo mismo ocurre con los de otros alimentos que unen culturas, como la cerveza o el chocolate.
Demasiado calor para los cafetales
¿Qué sucedería si diferentes países productores de café tuviesen malas cosechas al mismo tiempo? Esta es una de las preguntas que se hicieron un grupo de investigadores australianos partiendo de la premisa de que el aumento de la temperatura en los trópicos, provocado por el cambio climático, conducirá a un menor rendimiento de las plantaciones de café.
Los investigadores analizaron el impacto de diferentes factores climáticos (como la temperatura, las precipitaciones y la humedad) en los principales países productores de café entre 1980 y 2020. Y concluyeron que las condiciones que reducen la producción de café se han vuelto más frecuentes: la gran mayoría de las regiones cafetaleras ya nunca experimentan las temperaturas frías que favorecen a las plantas durante su fase de crecimiento.
Una de las muchas consecuencias de la pérdida de productividad de los cultivos a nivel global es el aumento de los precios. Lo mismo puede suceder con otros alimentos que se consumen prácticamente en todo el mundo, como la cerveza o el chocolate. En este caso, sus cultivos se ven afectados sobre todo por la falta de agua.
Un estudio publicado en Nature Plants analiza cómo los periodos de sequía y calor extremos afectan drásticamente a las plantaciones de cebada, el ingrediente principal de la cerveza. Los investigadores utilizaron modelos climáticos y económicos para dibujar diferentes escenarios posibles, y concluyeron que las pérdidas de producción medias oscilan entre el 3 % y el 7 %.
Esto puede llevar a la disminución de la producción de cerveza y a un aumento importante de su precio. A finales de siglo y en los peores escenarios, las cosechas podrían reducirse hasta un 40 % en los países productores más afectados, como Bélgica o Alemania.
Otro de los cultivos que sufre especialmente la ausencia de humedad es el del cacao. De acuerdo con la National Oceanic and Atmospheric Administration (NOAA) de EE. UU., el peligro para estas plantas está en la evapotranspiración. Es decir, la pérdida de humedad de la superficie debido a la evaporación directa y la transpiración de la vegetación, que se intensifica con la subida de las temperaturas y la reducción de las precipitaciones.
La búsqueda de soluciones
A lo largo del planeta, diferentes iniciativas intentan mejorar las condiciones de los cultivos y de los ecosistemas en los que crecen, para hacerlos más resilientes y resistentes al cambio climático. A lo largo del Corredor Seco centroamericano, por ejemplo, varios grupos de agricultores están trabajando para devolver la fuerza a los bosques y los suelos.
Una de las técnicas que utilizan consiste en integrar árboles autóctonos entre los cultivos de alimentos como el café, el cacao o el cardamomo. Esto ayuda a mejorar la fertilidad del suelo, a aumentar la disponibilidad de agua y a recuperar la biodiversidad de los bosques tropicales, entre otros beneficios.
Iniciativas como estas ayudan a mantener vivos y sanos los cultivos y a favorecer, así, que los granos del café y las semillas de cacao puedan seguir viajando por el mundo. Y las iniciativas no acaban ahí: vender cerveza en polvo o fabricarla a partir de ingredientes como el pan duro son algunas de las ideas que han surgido en los últimos años para dar un giro a la producción de estos alimentos y lograr sistemas más eficientes y sostenibles.