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Energía> Consumo energético Act. 18 sep 2023

Cómo interpretar la factura del gas, ahorrar energía y dinero

Conocer con todo detalle los elementos que aparecen en la factura del gas nos ayuda a entender qué es lo que pagamos y también sirve para rebajar el gasto energético. Es importante que tengamos claro aspectos como la tarifa, los peajes, los cargos o lectura. Así puedes reducir tu consumo.

Kilovatios, códigos, tarifas, peajes… La factura del gas no es algo fácil de entender de un simple vistazo. El 34,8 % de los usuarios tiene problemas para hacerlo, según un estudio de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC), el organismo regulador en España. Sin embargo, conocer en detalle algunos de los elementos de esta factura puede ayudarnos a entender mejor qué es lo que estamos pagando y, sobre todo, a reducir el gasto energético y ahorrar un poco más este invierno.

Aunque en la actualidad existen muchas comercializadoras de energía diferentes, todas las facturas de gas están obligadas a incluir la misma información. No existe un modelo fijo, por lo que estos elementos obligados no siempre aparecerán en el mismo orden, cambiarán con el diseño de cada factura. Sin embargo, por ley deben estar correctamente identificados y explicados con claridad. Estos son los elementos clave para interpretar la factura del gas y ahorrar todavía un poco más.

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1. Datos de la empresa comercializadora

Todas las facturas cuentan con un encabezado en el que se incluyen datos como el número de factura, el periodo facturado o el importe final con impuestos incluidos. En esta parte debe figurar, además, la información relativa a la empresa comercializadora, es decir, la empresa autorizada para vender gas natural a los consumidores finales. Estas comercializadoras pueden operar en el mercado libre (en el que los precios de venta de gas se pactan libremente con el consumidor) o en el regulado (en el que los precios están marcados por el Ministerio de Transición Ecológica y Reto Demográfico).

Las comercializadoras que operan en el mercado libre lo hacen bajo los nombres comerciales habituales. Son, por ejemplo, Naturgy, Endesa, Repsol, Iberdrola o TotalEnergies. Las que lo hacen en el mercado regulado reciben el nombre de comercializadoras de último recurso (CUR) y tienen un nombre diferente aunque sean parte del mismo grupo empresarial. Son, por ejemplo, Comercializadora Regulada Gas & Power (grupo Naturgy), Energía XXI (Endesa), Curenergía (Iberdrola) o Baser (TotalEnergies).

2. Datos del contrato y de la tarifa

Otro de los apartados obligatorios es aquel que recoge toda la información relativa al contrato y a la tarifa. En este deben figurar los siguientes elementos:

  • Código Unificado de Punto de Suministro (CUPS). Es un código de 20 o 22 letras y números que identifica la vivienda o el negocio al que se le suministra el gas natural.
  • Tipo de contrato. Aquí se señala si se trata de un contrato con una tarifa regulada (conocida como Tarifa de Último Recurso o TUR) o no.
  • Tipo de tarifa. Si se trata de una tarifa regulada, aparecerá señalada cuál se tiene contratada (TUR.1, TUR.2, TUR.3, en función del consumo). Más abajo veremos las diferencias.
  • Peajes de acceso y cargos. Este es el coste que se paga a la distribuidora de gas natural por utilizar la red de distribución. Este peaje variará en función del consumo. Aquí se incluye también el importe destinado a la CNMC (0,14 %) y al Gestor Técnico del Sistema (0,797 %). También lo veremos en detalle más adelante.

¿Tarifa regulada o mercado libre?

Las tarifas del mercado libre son pactadas entre el consumidor y la empresa que comercializa el gas natural. Normalmente, las comercializadoras ofrecen una tarifa que se comprometen a mantener durante cierto tiempo (un año, por ejemplo). Esta puede variar en gran medida entre compañías y en función de las previsiones que tenga la empresa sobre los precios del gas natural. “Por otro lado, tenemos la conocida como Tarifa de Último Recurso (TUR) o tarifa regulada, pensada inicialmente para proteger al pequeño consumidor”, señalan desde la Asociación Española del Gas (SEDIGAS).

Esta tarifa es ofrecida por las comercializadoras de último recurso o CUR, pero es la misma para todas ellas. Tal como explican desde SEDIGAS, existen tres tarifas distintas en función del consumo anual del hogar y divididas entre un término fijo y un término variable:

  • TUR.1. Para consumos de hasta 5.000 kWh al año. Son hogares sin calefacción, en los que el gas natural solo se usa para cocinar o calentar agua. Los precios vigentes desde el 1 de enero de 2023 son 5,03 euros al mes fijos y 0,070389 euros por kilovatio hora (kW/h) consumido (tarifas sin impuestos).
  • TUR.2. Para hogares que consumen entre 5.000 y 15.000 kWh/año. Son viviendas que utilizan el gas también para calefacción, sin hacer un consumo intenso. El precio vigente es de 9,52 euros al mes para el término fijo y 0,06753 euros por kW/h para el término variable.
  • TUR.3. Para hogares con un consumo elevado, de entre 15.000 y 50.000 kWh al año. En este caso, el precio fijo es de 20,54 euros al mes y 0,065369 euros por kW/h consumido.

“Esta tarifa se revisa cada trimestre tomando como referencia la evolución del coste de las materias primas energéticas en los mercados internacionales”, subrayan desde SEDIGAS. “Para contratar la TUR de gas, el cliente no tiene que elegir la tarifa, solo tendrá que indicar a la comercializadora los usos que va a hacer del gas y su consumo. En función de esta información se establecerá una u otra”.

Los peajes y los cargos, de uno en uno

El tema de los peajes y los cargos suele ser uno de los más liosos de entender. No es esencial hacerlo, ya que son costes fijos en los que como consumidor no podemos intervenir, pero nunca está de más conocer los detalles. Tras la aplicación del Real Decreto-ley 1/2019, en la factura debe diferenciarse claramente entre unos y otros. Así, desde octubre de 2021, las compañías están obligadas a desglosar en la factura el importe de los peajes de acceso y a los cargos del sistema.

Los peajes son precios destinados a recuperar los costes asociados al uso de las infraestructuras y son determinados por la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC). Aquí se incluyen peajes asociados a los costes de la comercializadora (como el almacenamiento subterráneo del gas o la regasificación del gas natural licuado que llega en barcos) y peajes asociados al punto de suministro (el transporte a través de la red hasta el hogar).

En cuanto a los cargos, estos están destinados a cubrir el resto de los costes regulados, como las anualidades del déficit, el coste diferencial del suministro de gas natural licuado en los territorios no peninsulares, la retribución del operador del mercado. Son siempre determinados por el Ministerio de Transición Ecológica y Reto Demográfico.

3. Información del consumo

Este apartado incluye todo lo relacionado con el gas consumido. Junto a la tarifa, el consumo es el elemento sobre el que más poder tenemos a la hora de intentar ahorrar. El apartado de consumo deberá incluir, como mínimo:

  • Lectura actual del contador. Debe indicarse si la lectura es real o es una estimación basada en consumos anteriores.
  • Lectura anterior. También debe reflejarse si es una lectura real o estimada.
  • Consumo en metros cúbicos de gas en el periodo facturado.
  • Consumo en kW/h en el periodo facturado.
  • Gráfico de barras o de línea en el que se pueda visualizar la evolución del consumo durante al menos los 14 meses anteriores.

Con esta información en la mano, los usuarios pueden tomar medidas para reducir el uso energético y ahorrar en la factura. Tal como señalan desde SEDIGAS, existen una serie de acciones importantes para ahorrar en calefacción este invierno:

  • Mantener una temperatura de confort constante. “Contar con termostatos inteligentes nos permite dar un impulso definitivo al ahorro en el hogar. No es necesario pasar calor en casa, la temperatura ideal para disfrutar de una sensación agradable está entre los 19 y los 21 grados. Aumentar en un grado la temperatura de la vivienda implica alrededor de un 8 % más de consumo”, explican desde la asociación.
  • Sustituir la antigua caldera por otra nueva de condensación más eficiente. Esto permite reducir las pérdidas de calefacción, minorar el impacto ambiental de las emisiones y mejorar el nivel de seguridad en los hogares. Otra opción es reemplazar directamente el sistema de calefacción y agua caliente con gas por un sistema de aerotermia, que solo consume electricidad para extraer el calor del aire y es mucho más eficiente. La aerotermia funciona como calefacción en invierno y refrigeración en verano y es un sistema que aprovecha la energía almacenada en el aire que nos rodea.
  • Adelantar la revisión de la caldera de gas. Verificar su estado para comprobar que todo funciona de forma adecuada no solo permite ahorrar energía, sino también prevenir averías y, por tanto, gastos extraordinarios.
  • Aprovechar al máximo las horas de sol y calor durante el día.
  • Aprovechar el calor residual de algunas actividades domésticas, como cocinar o planchar.
  • Nunca ventilar las estancias con la calefacción encendida para evitar que se dispare el consumo.
  • Mejorar el aislamiento de puertas y ventanas para evitar las pérdidas innecesarias de calor.

4. Otros datos y novedades en la factura del gas

Además de todo lo anterior, en la factura debe aparecer la forma de contacto con la compañía comercializadora, incluyendo un número de atención al cliente, una dirección web y el número de teléfono para urgencias y reparaciones. Por otro lado, desde diciembre de 2022, será obligatorio añadir en la factura una herramienta para comparar ofertas, precios y consumos, así como consejos para reducir el gasto.

“Para los clientes domésticos, se incluirá un enlace y un código QR a la página web del comparador de ofertas de energía de la CNMC”, añaden desde SEDIGAS. “Además, en el caso de los consumidores con la tarifa de último recurso se incluirá el consumo medio durante el periodo de facturación de aquellos consumidores con los que compartan código postal. Comparar el consumo es una medida que tiene por finalidad que los usuarios sean más conscientes de sus hábitos y fomentar el ahorro”.