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Finanzas

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El negocio inmobiliario sigue diversificándose y evolucionando de la mano de la tecnología para atender la demanda de viviendas y ofrecer más servicios digitales a las personas. El Perú, además, es un país atractivo, con una economía estable y con una creciente necesidad de vivienda, sobre todo en los segmentos emergentes y entre los adultos jóvenes.

Cada vez son más los clientes de BBVA que cuentan con un gestor que les atiende a través de canales digitales sin renunciar a la atención presencial. El servicio BBVA Contigo, que aúna lo mejor del mundo digital y del trato personalizado, da servicio a cerca de 1,5 millones de clientes en España, con datos a cierre de junio de 2019. Una tendencia que va al alza, puesto que la cifra supone el triple de los clientes que disponían de este servicio a principios de 2016. BBVA prevé que este auge continúe y en 2021 se podrían superar los 2,5 millones de clientes.

Después de disfrutar de una comida, invertir tiempo en la elección de víveres del ‘súper’ para la casa, o escoger ese regalo para una persona especial, se quiere realizar el pago con una tarjeta y resulta que no ‘pasa’. Hay sorpresa, inquietud y la falta de información incomoda al titular. ¿Qué hacer en estos casos?

Los millennials son la generación de finales del siglo XX y componen el segmento más joven en edad de ser económicamente activos. Gustan de vivir el ahora, viajar con los amigos, vivir nuevas experiencias y descubrir lugares asombrosos, pero ¿qué están haciendo para cumplir esas metas?

La suplantación de llamadas telefónicas por parte de supuestas instituciones financieras es una forma de operar de los ciberdelincuentes. A través del engaño e imitando la imagen auditiva de la entidad financiera, llaman a los clientes y mencionan un posible cargo no reconocido, dando el nombre y algunos números del plástico, los alarman y enganchan para realizar un aparente proceso y cancelar dicha transacción.

Gracias a la tecnología, ya es posible vivir experiencias internacionales desde cualquier lugar con una buena conexión a internet. Así, aunque el presupuesto o las responsabilidades no lo permitan, se pueden tener unas vacaciones virtuales, prácticamente gratuitas.