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Innovación Act. 10 sep 2018

Cómo ser un líder extraordinario

Del liderazgo se ha hablado mucho en los últimos años. Alrededor de este concepto han surgido cientos de teorías y enfoques. Algunos analizan el liderazgo como un conjunto de cualidades personales del líder; otros lo interpretan como una estricta función dentro de una organización. Lo cierto es que los desafíos del siglo XXI demandan líderes con un perfil muy diferente con respecto al de las empresas tradicionales.

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Una de las propuestas más aclamadas en los últimos años es la teoría del “líder extraordinario”, que el experto en recursos humanos John H. Zenger y el psicometrista Joseph Folkman, exponen en su libro The Extraordinary Leader: Turning Good Managers into Great Leader (El líder extraordinario: transformando buenos directivos en lideres extraordinarios).

Los autores, fundadores de la compañía Zenger-Folkman para el desarrollo de liderazgo, basan su modelo en un análisis de las competencias necesarias para este desarrollo y la manera de aplicarlas en una empresa, tras comprobar la efectividad y el impacto de los grandes líderes en la obtención de resultados empresariales. Zenger y Folkman explican cómo se puede implementar un modelo que permita a las organizaciones desarrollar el liderazgo a través de 16 competencias específicas, agrupadas en cinco áreas: carácter, competencia personal, enfoque hacia resultados, habilidades interpersonales y liderazgo para el cambio.

Carácter

1. Integridad y honestidad son los pilares centrales de la ‘carpa del liderazgo’. La estima y respeto de los empleados se consiguen a través de cualidades que nada tienen que ver con la jerarquía  o la autoridad. Siendo un jefe autoritario y generando una dialéctica de presión fuerte, se obtendrán resultados a corto plazo pero a largo plazo estarán drenando el talento de la organización. El líder actúa con coherencia, cumple los compromisos y promesas, lidera a través del ejemplo, consigue la confianza y el respeto de sus seguidores, y transmite unos valores fundamentales.

Competencia personal

2. Competencia técnica: Por una parte, el conocimiento, gran experiencia y dominio de su trabajo para ser capaces de orientar y asesorar a sus empleados  y miembros del equipo es básico en un líder le otorga credibilidad y seguridad adelante su equipo.

3. Capacidad para analizar y resolver problemas: implica una conjunción de criterios racionales, profesionales e intuitivos para la toma de decisiones correctas, en base a la experiencia y la profesionalidad. En ocasiones, el líder no da respuestas directas, sino que pone a disposición de su equipo su experiencia y conocimiento, para que sirva de orientación y aprendizaje: un espacio sano para sus empleados tomen sus propias decisiones, cometan sus errores y consigan sus éxitos, con autonomía e independencia.

4. Innovación. Un buen líder impulsa y promueve cambios en la organización. Muestra conductas relacionadas con la toma de iniciativa, la proactividad, la creatividad, la apertura hacia una cultura de innovación dentro de la empresa, la búsqueda de soluciones creativas a los problemas, etc. No se queda parado esperando a verse obligado a implementar cambios forzados por el entorno, sino que se preocupa por buscar nuevas ideas para mejorar el desempeño de su empresa.

5. Desarrollo personal. Un líder extraordinario requiere un proceso de crecimiento y evolución continuo. Para ello, se necesita la humildad de reconocerse como una parte más de la organización, que requiere de esfuerzos constructivos para mejorar dentro de la empresa y fuera de ella. El líder busca constantemente oportunidades y retos de desarrollo, manteniéndose atento a la retroalimentación que puede recibir a través de sus colaboradores.

Enfoque a resultados

6. Promover la obtención de resultados: implica estar encaminado hacia los resultados, establecer metas realistas pero exigentes, y dirigir unos resultados equilibrados y sostenidos. Cumplir con los compromisos, estimular positivamente a los empleados para lograr los objetivos en las fechas asignadas o dar reconocimiento a los logros conseguidos son conductas que ayudan a mejorar la productividad del equipo y de la empresa.

7. Establecer metas exigentes: es fundamental transmitir unas expectativas y directrices claras acerca de  cuáles son las metas, los procesos a seguir y los resultados esperados. Esto contribuye a centrar esfuerzos hacia su consecución, para lograr los objetivos clave de la empresa. Estas capacidades ayudan a mantener un elevado grado de rendimiento de la empresa y de sus empleados, y fomentan unos niveles de excelencia y mejora continua necesarios para sobresalir en el entorno empresarial.

8. Tomar la iniciativa: potenciar su motivación personal y desarrollar una actitud mental positiva y creativa frente al trabajo, encabezando proyectos innovadores e interesantes para el equipo.

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Habilidades interpersonales

9. Comunicación frecuente, eficiente y convincente. Una comunicación efectiva es una herramienta imprescindible para influir sobre las personas. Nada es más importante que saber comunicarse: saber transmitir nuevos enfoques, hacer las preguntas correctas, dar explicaciones necesarias, tener en cuenta otras opiniones, aceptar sugerencias, realizar las recomendaciones, etc. En un contexto de diálogo, también importa saber escuchar y dar espacio para que los demás se sientan libres de expresar sus ideas o dudas. En vez de escuchar con impaciencia y sin prestar mucha atención, se trata de permitir un diálogo más proactivo y escuchar sin interrumpir. Con eso se refuerza la idea de que el líder cree en su equipo y que sus opiniones valen la pena.

10. Inspirar y motivar a otros para conseguir un alto rendimiento. Transmitir unos objetivos y propósitos significativos ayudan a dar sentido a las tareas más repetitivas y a hacer que el equipo vea el impacto de su trabajo para lograr las metas propuestas. En gran medida, el compromiso y la satisfacción se basan en el entusiasmo y sentido de pertenencia, y estos se activan cuando los empleados se sienten capacitados para un trabajo, reciben un voto de confianza y su trabajo es reconocido.

11. Establecer relaciones.  El deseo de formar una relación con los colaboradores pasa por mostrar un interés genuino hacia ellos, preocuparse por sus inquietudes, y crear un sentido real de conexión con su equipo, un compromiso a largo plazo. Se trata de apreciar a la persona, no sólo al trabajador. Establecer unas buenas relaciones tiene un resultado inestimable: la confianza del equipo.

12. Desarrollar a los colaboradores.  Existen muchas fórmulas de hacerlo Darles la oportunidad de participar en la toma de decisiones importantes, por ejemplo, ayuda notablemente. También se puede invertir en el desarrollo profesional a través de la formación o la asignación de proyectos diferentes e interesantes. Las críticas constructivas y refuerzos positivos como los reconocimientos públicos por un trabajo bien hecho también cuentan.

13. Colaboración y trabajo en equipo. Promover la camaradería en un entorno colaborativo ayuda crear un buen clima de trabajo, eliminando conductas tóxicas que dificultan el trabajo. El sentimiento de pertenencia y el espíritu corporativo es lo que convierte a un grupo de individuos en un equipo real. Para ello es necesario impulsar una dinámica de cooperación y apoyo entre los miembros de su equipo.

Liderar para el cambio

14. Desarrollar la perspectiva estratégica. Esta competencia requiere de gran capacidad de planificación, organización y visión de futuro. Los líderes son los encargados de transmitir a los miembros de su equipo la visión y los objetivos de la organización, ayudándoles a entender cómo contribuyen a lograr los objetivos globales de su empresa  y qué repercusión tiene su trabajo para esos objetivos.

15. Liderar, defender y promover el cambio. El líder extraordinario busca nuevas fórmulas que estimulen ideas y sugerencias, promueve oportunidades de hacer aportaciones y defiende los valores de creatividad e innovación; da a sus empleados la autonomía y la libertad para trabajar en aquellas tareas que más le motiven. La libertad da lugar a la innovación, incluso en aquellos puestos fuertemente orientados a procesos.

16. Fomentar las relaciones con el mundo exterior. Esta competencia tiene que ver con ciertos comportamientos asociados a aprender a construir alianzas y relaciones estratégicas que beneficien a la organización y permite un mayor intercambio entre sectores  de actividad para crear valor.

Estas 16 competencias propuestas por Zenger y Folkman han revelado que, cuando se desarrollan, las organizaciones se ven favorecidas de diversas formas: desde un incremento la productividad y en sus resultados financieros o un mejor clima en la empresa y el compromiso de sus empleados, hasta una reducción de la rotación de personal o una mayor satisfacción de los clientes, entre otras. Las empresas que se sientan comprometidas con el desarrollo de sus líderes podrán aprovechar esas oportunidades de progreso, entrenando a unos líderes ágiles, visionarios e innovadores.