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Nueva ola de micronegocios

Disruptivo es todo aquello que produce una ruptura brusca. Como la desaparición de fronteras a favor de un mercado global, el suministro de servicios a través de redes, el incremento del consumo colaborativo o 'P2P'; además de la influencia de las empresas informales y descentralizadas, en contra de las organizaciones jerarquizadas. Estos cambios disruptivos, que amenazan a las grandes empresas, son los mismos que ofrecen oportunidades a los micronegocio.

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Aldo de Jong, cofundador de Claro Partners, ha estado en el Centro de Innovación BBVA de Madrid para explicar la nueva ola de transformaciones, sacar a la luz las características de las microempresas y, además, poner sobre la mesa las pautas para que pequeñas y grandes organizaciones vayan de la mano.

El incremento y potencial de las microempresas es sorprendente. Surgen desde vendedores callejeros, hasta pequeños productores. Pero en cada zona surge un perfil predominante. Como en Shangai, donde recurren a diferentes plataformas para sus negocios; o Nueva York, donde triunfan los makers quienes utilizan las herramientas de fabricación digital. Pasando por Nairobi, cuyos empresarios trabajan en paralelo desarrollando más de una actividad al mismo tiempo. Claro Partners ha presentado todos estos datos a través de un video y ha puesto cara a los verdaderos protagonistas.

Adaptive Business & Informal Enterprise from Claro Partners on Vimeo.

Sus características son simples, pero productivas. Para Aldo, los micronegocios son empresas con motivaciones y aspiraciones, pero no luchan por crecer. Están conformes con su tamaño. No suelen ser startups que buscan dar el pelotazo, sino simples comerciantes o freelancers. Sus puntos fuertes son las relaciones personalizadas con los clientes, la flexibilidad al trabajar en red y su gran capacidad de adaptación. Aprenden de la experiencia y su idea de ‘prueba y error’ les permite ajustarse al contexto rápidamente. Tienen un sencillo modelo mental: orientarse al mercado de forma flexible y clara. Pero en cuanto a la gestión general de la empresa suelen tener problemas, sobre todo, al flexibilizar los precios, la falta de recursos y la distribución. Ya que, normalmente, no tienen un modelo de negocio claro.

Por el contrario, las grandes empresas tienen una flexibilidad menor, sus cambios son lentos y suele darse una falta de entendimiento con el cliente al no haber casi personalización. En cambio, están basadas en la jerarquía, son eficientes en los procesos y tienen una gran base de clientes. Pero tanto las fortalezas como las debilidades de las grandes organizaciones y los micronegocios son “complementarias para el contexto emergente”. La nueva ola de microempresas puede servirse de las plataformas, redes y recursos que les ofrecen los grandes. Y estos, a cambio, aprender de los emergentes su empatía y personalización con el cliente.