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Once métodos para financiar un proyecto de negocio

Lanzarse al mundo del emprendimiento requiere ingenio, valentía y financiación. Para que la inversión no desequilibre las finanzas personales y afecte a la salud financiera del emprendedor, es recomendable conocer las opciones de financiación que existen.

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Lo único imprescindible para montar una empresa propia es tener una idea, pero, para que esta tenga éxito y no se acabe convirtiendo en un problema económico para quien emprende, es necesario contar también con acceso a algún tipo de financiación. Esto es algo que además será habitual en distintos momentos de la vida de la empresa. Según los últimos datos disponibles, en 2022, el 56,2% de las pymes españolas tuvo necesidades de financiación, según datos de la Confederación Española de Sociedades de Garantía Recíproca (CESGAR). Pero hay buenas noticias: existen muchas formas de financiar un proyecto empresarial.

Para Claudia Caso, profesora asociada de Emprendimiento, Liderazgo y Gestión empresarial en IE University, no conocer todas esas opciones puede dar lugar a uno de los errores más comunes en emprendedores: no valorar bien la situación y acabar cediendo parte de su empresa a cambio de financiación cuando, en realidad, no era su objetivo. “Muchos emprendedores toman decisiones respecto a este tema cuando están en una situación que creen desesperada. Es un momento de debilidad en el que están en inferioridad de condiciones para negociar bien”, explica. Sin embargo, concediéndose algo de tiempo, podrán valorar y conocer mejor todo lo que hay a su alcance y tomar decisiones más informadas.

Hay modos de financiación que serán más o menos adecuados dependiendo del momento, del país o del objetivo de quien emprende. La experta pone como ejemplo de esto último lo que el profesor de la Harvard Business School Noah Wasserman llamó “el dilema del fundador”. ¿Quieren los fundadores ser reyes (‘king’) o ricos (‘rich’)? Los caminos son diferentes. “Hay emprendedores ‘king’, que quieren controlar y que nunca van a vender. Posiblemente prefieran un préstamo o alguna opción de financiación en la que se ceda una parte pequeña de la empresa”, explica Caso. Los emprendedores ‘rich’, por otra parte, “van vendiendo su empresa y se quedan con una parte más pequeña”. Como esa empresa, en manos de fondos profesionales, por ejemplo, crecerá mucho más, el emprendedor original acabará ganando más dinero.

1. Pedir un préstamo al banco

En 2022, un 66,8% de las pymes con necesidades de financiación acudió a un banco para conseguirla, según datos de CESGAR. El instrumento más popular fueron los préstamos bancarios, que utilizó el 23,9% de las pymes. Claudia Caso señala que es una opción que está muy bien para quien no quiere ceder parte de su empresa, aunque según el proyecto puede resultar difícil que lo concedan, por ejemplo, en el caso de ‘startups’ en sus etapas iniciales. “En España es muy difícil que un emprendedor que todavía no tiene un modelo de negocio testado en el mercado y que no está generando ingresos pueda optar a recibir un crédito de un banco”, asegura.

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2. ‘Bootstrapping’

En las fases iniciales, lo que en el caso de las ‘startups’ se denomina fase ‘pre-seed’ o presemilla, el 'bootstrapping' o financiarse con recursos propios (ahorros y los ingresos que se van generando) permite no depender de financiación externa. “Es lo primero que puede hacer un emprendedor para testar su idea, ver si puede tener viabilidad y un hueco en el mercado”, explica Claudia Caso. El crecimiento será más lento, pero se mantiene el control de la compañía en esos primeros pasos y no se empieza ya debiéndole dinero a una entidad bancaria. Es el modelo que escogió en sus inicios la empresa de gestión de correo electrónico Mailchimp.

3. Pedir dinero a amigos y familia

En inglés se llama a esta opción ‘family, friends and fools’, las tres efes. Consiste en recurrir a la gente cercana para que ayude en la financiación del proyecto, además de a esos ‘fools’, personas que simplemente se enamoran de la idea y deciden dar dinero aunque no conozcan al emprendedor. Se trata de un préstamo entre particulares. “Normalmente no se consiguen grandes sumas de dinero”, señala Caso, pero es un buen empujón inicial también para esas primeras etapas.

4. Campaña de ‘crowdfunding’

El micromecenazgo, financiación colectiva o ‘crowdfunding’, modelo a través del que en 2021 se recaudaron en España casi 220 millones de euros, consiste en recaudar financiación a través de las pequeñas inversiones de muchas personas. Las campañas de ‘crowdfunding’ se publican normalmente en una plataforma online especializada y se mueven para llegar al máximo de inversores potenciales. A cambio, quien aporta dinero puede obtener desde descuentos hasta acceso prioritario a lo que se esté desarrollando, pasando por un porcentaje pequeño de la empresa. “Hay mucha variedad y casos que han conseguido recaudar mucho dinero”, indica Caso, que apunta que esta es también una buena opción para la fase presemilla.

5. Incubadoras o aceleradoras de ‘startups’

Este tipo de instituciones hacen precisamente lo que indica su nombre: aceleran el crecimiento de las ‘startups’ a las que acogen. Para ello, las ayudan a crear su modelo de negocio, a perfilar su estrategia y a captar financiación. “Hacen una función de ’smart money’ muy interesante, porque acompañan al emprendedor en todo el proceso: diseño, testar el modelo, la fase de 'design thinking' y acceso a numerosos contactos”, indica Caso. Las hay para ’startups’ en su fase más inicial (las incubadoras) y las orientadas a acelerar el crecimiento de ‘startups’ ya más asentadas (las aceleradoras).

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6. Presentar el proyecto a un concursos

Una sencilla búsqueda en internet dará numerosos resultados de concursos a los que las empresas se pueden presentar para conseguir financiación. “Sobre todo para ‘startups’ en las primeras fases, hay cada vez más concursos en escuelas de negocios y universidades”, señala Claudia Caso. “Te da la viabilidad para los primeros momentos que son clave”.

7. ‘Business angels’

Estos ‘ángeles de los negocios’ son inversores privados, es decir, personas físicas con mayor capacidad de inversión que las tres efes que apuestan por el emprendedor y su idea. El ‘ticket’ medio de inversión si situó en 2022 en los 158.608 euros, según lav Asociación Española de Business Angels (AEBAN), aunque la propia asociación aclara que la inversión habitual está por debajo de los 50.000 euros. Claudia Caso, que señala que este tipo de financiación es sobre todo para ‘startups’ con un modelo de negocio que empieza a estar probado y que ya generan ingresos, añade que, además de dinero, los ‘business angels’ aportan también mucho conocimiento y apoyo porque en ocasiones son personas que en su momento también emprendieron. Además, indica, normalmente sí se quedan a cambio con una parte de la empresa (pequeña, en torno al 5%).

8. Fondos de capital riesgo

Como explica Carlos Fernández, profesor del Instituto de Estudios Bursátiles (IEB) en una entrevista en Gestiona Radio, los fondos de capital riesgo son fondos de inversión “cuya característica fundamental es que en la mayor parte de los casos suele invertir en empresas no cotizadas”. La financiación que reciben las ‘startups’ en esta fase es ya bastante elevada, a cambio de una participación en la empresa que el fondo pueda vender en el futuro por una cuantía mayor. “Es todo un mundo. Hay fondos especializados en industrias, los que buscan tener un porfolio diversificado, los que prefieren proyectos con un impacto positivo…”, asegura Claudia Caso. “Estamos hablando ya de ‘startups’ que ya están funcionando, que tienen sus equipos, que tienen infraestructura, que tienen la tecnología desarrollada y que ya entran en un proceso de escalabilidad”, señala.

9. ‘Corporate partner’ o socio industrial

Para emprendedores que se identifican más con la personalidad ‘rich’ y que esperan incluso en algún momento vender el 100% de la empresa, los socios industriales pueden resultar más interesantes que los socios puramente capitalistas. “Se trata de una empresa del sector que se fija en ti y que te quiere participar o que te quiere comprar a ti como emprendedor para absorber el conocimiento o la tecnología o los clientes que hayas desarrollado. Normalmente un ’corporate partner’ acaba comprando el 100% de la ‘startup’ e integrándola en su estructura. El emprendedor, o bien vende por completo y se desvincula o, en algunos casos, se queda a trabajar en la empresa compradora”, explica Caso.

10. Subvenciones y ayudas públicas

Otra opción de financiación, que además permite mantener el control de la empresa, es solicitar alguna de las subvenciones o ayudas públicas que ofrece la Administración. Para optar a ellas, además de estar atentos a las distintas convocatorias que se van lanzando, hay cumplir una serie de requisitos. La profesora de IE University explica que la facilidad o dificultad de acceder a ellas depende mucho del tipo de empresa y de su actividad. “Si son empresas muy intensivas en tecnología, en innovación o en crear un impacto positivo es más fácil acceder, pero normalmente el modelo de negocio tiene que estar testado”, indica.

11. ‘Factoring’

Este tipo de financiación ('factoring') ofrece liquidez a las empresas al adelantarles el importe de las facturas que tienen pendientes de cobro. La entidad bancaria con la que se contrata este servicio cobrará a cambio una serie de comisiones e intereses. Está orientado a pymes a las que, al proporcionar esa liquidez inmediata, ayudan a hacer frente al pago a proveedores y otras actividades de su actividad diaria.