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¿Quién cree que el cambio climático no afectará a sus finanzas?

El Banco Europeo de Inversiones (BEI), junto a la empresa internacional YouGov, han publicado su primera encuesta sobre el cambio climático y las impresiones que los ciudadanos tienen al respecto, también en lo económico. El estudio, en el que han participado 25.000 personas de la Unión Europea, Estados Unidos y China, revela hasta qué punto a los ciudadanos les preocupan sus finanzas cuando se les pregunta por el cambio climático.

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En el Acuerdo de París, los gobiernos negociaron, entre otras medidas, mantener el incremento de la temperatura mundial por debajo de 2 °C con respecto a los niveles preindustriales para acabar limitándolo a 1,5 °C, reducir las emisiones a la atmósfera, trabajar para poder fijar objetivos más ambiciosos, fomentar la transparencia y financiar la lucha contra el cambio climático.

¿Cómo perciben las personas estas medidas? La respuesta es dispar, dependiendo de dónde se viva. Según la encuesta del BEI, los estadounidenses son los que se muestran más optimistas cuando se les pregunta por el impacto positivo que tendrán las medidas contra el cambio climático en el crecimiento económico de su país, en comparación con los europeos y los chinos. El 26% creen que las inversiones relacionadas con el clima podrán impulsar las finanzas y crear nuevos empleos, frente al 21% de la UE y el 11% de China.

Sin embargo, a pesar de esta inquietud, los ciudadanos son conscientes del coste económico que supondría no hacer nada contra el cambio climático. En esta línea, España es uno de los países más concienciados. El 51% de los ciudadanos encuestados creen que le afectará negativamente a nivel económico por el aumento de los costes de seguros, energía, impuestos y alimentos. En China, la preocupación principal ante el cambio climático es la salud (73%), algo que también conlleva un aumento del gasto sanitario para cada ciudadano.

Medidas de choque

Las voces expertas ya están pidiendo soluciones drásticas contra este futuro poco halagüeño. El Premio Nobel de Economía, William Nordhaus, tras recibir el Premio Fronteras del Conocimiento de BBVA dijo: “La receta fundamental para paliar el cambio climático es que los gobiernos, las empresas y los hogares paguen un precio alto por sus emisiones de carbono”. Ante la posibilidad de que esta norma afectara negativamente a los bolsillos de las personas, Nordhaus se mostró tajante: “No es algo que vaya a dañar nuestra economía, sino a ayudarla”.

Pensar en el coste que tiene para los ciudadanos llevar a cabo medidas como esta es inevitable, pero la inacción sale mucho más cara. Un informe del Banco de la Reserva Federal de Richmond, reveló que por cada grado que aumenta la temperatura promedio de verano disminuye el crecimiento de la producción anual en Estados Unidos entre 0,15 y 0,25 puntos porcentuales. Esto quiere decir que, si no se toman medidas contra el cambio climático y el calor sigue en aumento, el crecimiento económico del país será un tercio más bajo durante el próximo siglo, sobre todo en los estados del sur. No solo el nivel de vida de los ciudadanos bajará significativamente, sino que los eventos climáticos, producidos por el calentamiento global, afectarán a su economía y a la de todo el país.

Los retos traen oportunidades y la lucha contra el cambio climático no es una excepción. Cada persona puede contribuir a la salud del planeta y, por lo tanto, a la suya propia, con acciones diarias que, además, favorecen al bolsillo. 

Reducción de emisiones 

Utilizar menos el coche, comprar electrodomésticos eficientes (categoría: A), reciclar, reducir los residuos, climatizar la casa de una forma responsable y ahorrar agua son algunas medidas que no solo disminuyen la huella de carbono, sino que suponen un ahorro considerable a final de mes.

Inversión en bonos verdes

El mercado de la inversión responsable no está dejando de crecer. El primer bono verde fue emitido en 2007 por el BEI y hoy en día el volumen de mercado supera los 100.000 millones de euros ya que las emisiones están duplicándose de un año para otro. Los bonos verdes ya empiezan a ser la opción favorita de muchas personas que buscan darle rentabilidad a su cartera de inversiones con la tranquilidad de saber que su dinero va a parar a proyectos respetuosos con el medio ambiente y la sociedad.

Recientemente, BBVA, una de las entidades europeas más activas en este campo, ha firmado, junto a un grupo de entidades bancarias globales, una carta abierta, dirigida a los líderes mundiales y jefes de Estado que se reúnen estos días en la COP24, en la que se comprometen a financiar y apoyar a los clientes en la transición hacia una economía baja en carbono. Sin olvidar, la puesta en marcha por parte de esta entidad del ‘Compromiso 2025’ que, entre otros objetivos, movilizará 100.000 millones de euros en financiación verde, emprendimiento social, inclusión financiera e infraestructuras.

Educación financiera

Para contribuir a la lucha contra el cambio climático, es importante tener una buena educación financiera: “Es la combinación de educación e información de alta calidad la que permite a los consumidores e inversores tomar las decisiones correctas para un desarrollo sostenible”, explicó Olivier Guersent, director general de servicios financieros de la Comisión Europea, en el Edufin Summit 2018. Wim Mijs, director de la Federación Bancaria Europea, mostró su acuerdo con las tesis de Guersent afirmando que: “La educación financiera contribuye a entender mejor las necesidades para combatir el cambio climático”.

El tiempo se agota y es urgente tomar medidas. Cada persona tiene la responsabilidad de luchar contra el cambio climático, contribuyendo por un mundo mejor, más sostenible y más respetuoso con el medio ambiente. Cruzarse de brazos es mucho más caro.