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Bonos sostenibles: emisión récord y nuevos tonos de verde a la vista en 2020

2020 volverá a ser otro año de referencia para el mercado de bonos ESG (‘Environmental, Social & Governance’), con niveles de emisión que se espera alcancen de nuevo cifras récord y con el potencial de nuevas estructuras innovadoras dentro de esta creciente clase de activos. Así lo aseguran los analistas de BBVA Global Markets Research.

Fotografía de Bono verde, sostenibilidad, Luxemburgo, Europa, vegetación, bono sostenible

El tamaño actual del mercado de bonos verdes, sociales y sostenibles, operativo desde 2007, alcanza ya los 694.000 millones de dólares estadounidenses, lo que supone el 0,7% del total de los bonos en circulación a nivel mundial, aunque la cuota relativa de estos productos ha seguido aumentando hasta obtener una media del 3,62% en 2019 frente al 2,62% en 2018.

En 2019 se emitieron 250.000 millones de dólares en bonos con etiqueta ecológica, social y sostenible, lo que refleja un aumento de 80.000 millones con respecto a la emisión de 2018. Esto se debió principalmente a un aumento de las emisiones en Europa, un 65% más con respecto al año anterior. Con esta progresión las emisiones europeas han aumentado su participación relativa en la emisión mundial del 46% en 2018 al 51% en 2019.

A la luz de estos datos, los analistas de BBVA Global Markets Research prevén que la emisión global de bonos ecológicos, sociales y sostenibles aumente hasta los 320.000 millones de dólares en 2020, lo que representa un incremento anual del 28% con respecto a los volúmenes registrados en 2019.

Este aumento se espera que se produzca por una mayor presencia en este mercado de los emisores financieros europeos, motivados por el aumento de los requisitos de capital regulatorio; así como de los emisores soberanos, entre los que se esperan nuevos participantes como España y Alemania.

BBVA Global Markets Research prevé que la emisión global de bonos ESG aumente hasta los 320.000 millones de dólares en 2020

También contribuirán a este aumento los nuevos bonos de transición, que emiten compañías que actualmente no son verdes pero que tienen la ambición de afrontar su transición sostenible en el futuro. Se espera que estos productos aumenten su presencia en el mercado tras el apoyo de la taxonomía de la Unión Europea.

Por último, se espera también que con las iniciativas europeas destinadas a aumentar los préstamos para hipotecas verdes, aumenten la emisión de covered bonds (bonos cubiertos) en formato verde y social. Y que se emitan más bonos vinculados a los Objetivos de Desarrollo Sostenible de Naciones Unidas, que, los expertos de BBVA anticipan, podrían no estar relacionados con el medio ambiente sino con criterios sociales.

Instituciones y bancos centrales definen nuevas metas sostenibles

Tras meses de negociaciones, la Comisión, el Parlamento y el Consejo de la Unión Europea han llegado a un acuerdo sobre la Taxonomía de la UE. Las preocupaciones de varios estados miembros sobre la redacción del principio de "no hacer daño significativo", que fue la razón de la exclusión específica de la energía nuclear de la lista de actividades elegibles, amenazó con descarrilar el proceso. Sin embargo, se han hecho enmiendas para suavizar el lenguaje, se ha llegado a un acuerdo entre las tres partes y se espera que una versión actualizada de la taxonomía que incluya los cambios mencionados se lleve a cabo en el primer semestre de 2020 y su entrada en vigor en la primera mitad de 2022.

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Tras meses de negociaciones, la Comisión, el Parlamento y el Consejo de la Unión Europea han llegado a un acuerdo sobre la Taxonomía de la UE

La patronal bancaria europea (EBA por sus siglas en inglés) ha recibido el mandato de elaborar un informe sobre el potencial de tratamiento prudencial preferencial de los préstamos con impactos ambientales o sociales significativos, es decir, un factor de apoyo ecológico para las instituciones financieras que reduciría el consumo de capital para aquellas entidades más activas en los préstamos a actividades ecológicas/sostenibles. No obstante, no se espera que este informe se entregue hasta el año 2025, y que la aplicación real de dicho tratamiento se produzca algunos años después. Dado el estado actual de la divulgación por parte de los bancos de sus credenciales de ESG de sus carteras de préstamos, según los analistas de BBVA es un plazo razonable.

Aún así se espera que la EBA siga facilitando una serie de documentos de consulta a lo largo de 2020 en relación con la divulgación de información por parte de las entidades financieras sobre su exposición a los sectores con un impacto más crítico en el área medioambiental y de sostenibilidad,  en el marco de los requisitos regulatorios de transparencia para las entidades financieras (Pilar 3) y sobre la integración de consideraciones relativas al ESG en la gestión y supervisión de riesgos.

Los bancos centrales de todo el mundo son cada vez más conscientes de la vulnerabilidad de los sistemas financieros ante los riesgos relacionados con el clima. La red para la ecologización del sistema financiero (NGFS) creada en 2017 es una red mundial integrada por 48 bancos centrales y responsables políticos cuyo objetivo consiste en fomentar la colaboración entre otras instituciones globales  y los integrantes de dicha red, para comprender mejor y mitigar los riesgos adheridos al cambio climático.

Los analistas de BBVA Global Markets ven posible cuatro formas a través de las cuales los bancos centrales pueden contribuir a la mitigación y adaptación de los sistemas financieros a los riesgos relacionados con el clima, dado su papel dentro del sistema financiero: a través de la regulación de los sistemas financiero; a través de la política monetaria; en la gestión de sus propias carteras; mediante la administración, involucrando a los diferentes miembros del sistema financiero para que colaboren y compartan datos/conocimientos.