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Compromiso> Crecimiento Inclusivo Act. 04 jul 2022

Turquía acoge un foro sobre las microfinanzas como modelo de inversión con enfoque de género

La pandemia nos ha dejado grandes lecciones sobre la importancia de la financiación para la reactivación de los negocios, y el uso de la tecnología como canal alternativo de atención y venta; ha permitido que las entidades financieras podamos estar más cerca de los emprendedores, algo esencial en el modelo de microfinanzas y en nuestra “banca relacional”. Y también nos ha mostrado, una vez más, que las crisis afectan mucho más a las mujeres. Por ello es esencial contar con un enfoque de género en el diseño de productos y servicios, que tengan en cuenta los retos que afrontan así como sus necesidades específicas.

Grupo Palabra de Mujer con la asesora 2

Desde nuestros comienzos, hace ahora 15 años, la Fundación Microfinanzas BBVA (FMBBVA) ha apostado por la inclusión financiera de millones de mujeres y su empoderamiento económico, porque sabemos que son clave para impactar positivamente en el progreso de sus familias y comunidades y sobre todo, para reducir los niveles de pobreza de la región y alcanzar un desarrollo sostenible.

Josefa Cuevas, emprendedora dominicana, atendida por Banco Adopem (FMBBVA)

Josefa Cuevas, emprendedora dominicana, atendida por Banco Adopem - FMBBVA

Esta visión la hemos trasladado en distintos foros internacionales, regionales y nacionales. El último, el XXIV encuentro anual de MFC, "Microfinance investing through uncertainty", en Estambul. Microfinance Centre es una plataforma que agrupa a 95 organizaciones de Europa y Asia Central, que dan servicios microfinancieros a casi dos millones de clientes de bajos ingresos. La conferencia ha contado con más de 500 asistentes de más de 40 países; profesionales de entidades microfinancieras, expertos, inversores, proveedores de soluciones tecnológicas, donantes, bancos multilaterales, etc. y ha estado patrocinada por el Banco Europeo de Inversiones.

Este año el tema central era el nuevo entorno de inversión y las nuevas oportunidades en un contexto de post pandemia. Entre las sesiones principales se han abordado temas como la crisis migratoria, de refugiados, o el cambio climático, la inversión en microfinanzas en tiempos de incertidumbre, el papel de la tecnología, o la gestión de impacto. El encuentro cerró con una sesión sobre cómo invertir con un enfoque de género para construir “finanzas justas” para las mujeres.

Intervención de Laura Fernández Lord, responsable de Sosteniblidad y Empoderamiento de la Mujer de la FMBBVA, en la 24th MFC Annual Conference

Laura Fernández Lord, responsable de Sostenibilidad y Empoderamiento de la Mujer de la FMBBVA, durante su intervención en la 24th MFC Annual Conference

Según el último informe de Global Findex del Banco Mundial 2021, aún hay 742 millones de mujeres en el mundo que están totalmente excluidas del sistema financiero, a pesar de que 250 millones de mujeres de países en desarrollo han accedido por primera vez a servicios financieros en los últimos dos años, gracias al incremento de pagos digitales durante la pandemia. Si las mujeres que no tienen una cuenta bancaria vivieran en un único país, serían el tercer país más grande del mundo.

En el caso de América Latina, los datos muestran que las mujeres tienen un 7% menos de probabilidades de tener una cuenta. Además, un informe del Banco Interamericano de Desarrollo sobre brechas de género en el Cono Sur refleja que la eliminación de barreras ocupacionales que enfrentan las mujeres, como la discriminación salarial o las brechas de acumulación de capital humano, generarían ganancias agregadas  que pueden llegar hasta el 15% del PIB, dependiendo del país. Estos obstáculos a la plena participación económica de millones de mujeres muestran que claramente estamos desaprovechando una gran oportunidad de crecimiento económico sostenible e inclusivo.  Pero, ¿cuál es la situación actual en la que viven millones de mujeres y emprendedoras en la región dos años después del inicio de la pandemia?

La situación de la mujer latinoamericana tras la pandemia

En América Latina, el COVID-19 tuvo un impacto fuerte en las emprendedoras debido a las brechas de género ya existentes, particularmente en aquellas relacionadas con sus elevados niveles de informalidad y pobreza: el 70% de los clientes que atendía la FMBBVA en 2020 en situación de extrema pobreza eran mujeres; el 60% no tenía acceso a ningún tipo de protección social y más de la mitad lideraban hogares monomarentales con dependientes a cargo y el tipo de actividades económicas que realizaban se concentraba en sectores altamente feminizados y urbanos, sectores que se vieron fuertemente impactados por las restricciones de movilidad (comercio minorista, venta ambulante, venta de ropa…).

En la Fundación, las encuestas realizadas a más de 17.000 emprendedores mostraron que en abril la mitad de ellas tuvieron que cerrar sus negocios (versus el 40% de los hombres) y ocho de cada 10 redujeron sus ventas. Si combinamos el cierre y la reducción de ventas podríamos considerar que seis de cada 10 sufrieron un fuerte impacto en sus negocios.

Sin embargo, en noviembre de 2020 un porcentaje similar de hombres y mujeres tenían sus negocios abiertos (83%). Aunque en el caso de las mujeres, para la mitad de ellas, el negocio ya no era su fuente principal de ingresos. Muchas diversificaron y reorientaron sus actividades económicas durante estos meses y empezaron  con la venta a través de las redes sociales y la entrega a domicilio, lo que contribuyó muy positivamente a su recuperación.

Odilia Poveda, emprendedora colombiana de Bancamía, usa su APP móvil para sus gestiones con la entidad (FMBBVA)

Odilia Poveda, emprendedora colombiana de Bancamía, usa su APP móvil para sus gestiones con la entidad - FMBBVA

En 2021, nuestros datos de medición de impacto, continúan mostrando que las mujeres siguen estando en una situación de mayor vulnerabilidad que antes de la crisis. Es decir, aún no se han recuperado del shock de la pandemia. Las tasas de crecimiento de sus negocios en términos de activos y ventas son algo inferiores a las de los hombres, mientras que antes del COVID eran superiores. También, hemos observado que no abandonan sus niveles iniciales de pobreza a las mismas tasas que antes: una de cada cuatro en el segundo año con una entidad de la Fundación, mientras que antes de la pandemia este porcentaje era de una de cada tres.

Ciertamente algunas de las decisiones que la Fundación Microfinanzas BBVA y sus entidades tomaron durante la crisis mitigaron el impacto y nos ofrecen importantes lecciones sobre las que seguir construyendo un futuro más resiliente para todos nuestros emprendedores y la necesidad de contar con:

  1. Soluciones financieras extraordinarias: periodos de gracia, créditos de emergencia, préstamos para la reactivación, reestructuración y refinanciación (incrementando el tiempo, reduciendo las cuotas) que beneficiaron al 57% de nuestros clientes y les permitió seguir operando o cubrir los gastos del hogar en este periodo.
  2. Soluciones tecnológicas: la digitalización en la que veníamos trabajando nos permitió continuar con nuestra actividad en remoto, garantizando nuestro servicio a través de canales digitales, servicios online, formación continua a través de redes sociales…
  3. Canalización de subsidios públicos a través de cuentas de ahorro: casi medio millón de personas se beneficiaron de bonos de primera necesidad en Colombia, Perú y República Dominicana. Gracias a la tecnología y a la app de geolocalización pudimos identificar a los beneficiarios y ofrecerles apoyo y lo más importante, bancarizar a 270.000 personas, la mayoría mujeres. Estas personas pudieron recibir sus ayudas abriendo cuentas a través de los agentes de movilidad en un único paso.

Por eso, en la Fundación seguimos trabajando en la financiación con un enfoque de género: préstamos a mujeres rurales, banca comunal para las emprendedoras de menores ingresos, créditos educativos, de mejora de vivienda y saneamiento. Además, buscamos incrementar la financiación que se dirige hacia ellas con la emisión de bonos de género en Colombia (54 millones de dólares con BBVA Colombia) y Chile (25 millones de dólares con el IFC), además de recibir financiación del Banco Europeo de Inversiones (8,2 millones de dólares) dirigidos a financiar las actividades económicas de las emprendedoras.

También queremos fortalecer los negocios de las emprendedoras con la digitalización. Por eso ofrecemos en todas nuestras entidades formación digital en educación financiera, fortalecimiento empresarial, empoderamiento y habilidades digitales y con contenidos con visión de género. Queremos potenciar sus ventas online y  que puedan captar nuevos clientes, a través de la creación de tiendas virtuales que les permitan posicionarse mejor. Por otro lado, buscamos forjar alianzas con operadores móviles para ofrecer chips de conectividad a internet en Chile o mejorar el acceso a internet en zonas remotas de Perú y Colombia, donde la mayoría de las beneficiarias son mujeres,  a través del internet satelital.

Nora Caniumil, emprendedora chilena atendida por Fondo Esperanza, con su asesor

Nora Caniumil, emprendedora chilena atendida por Fondo Esperanza, con su asesor - FMBBVA

Por último, conscientes de las carencias que existen en los sistemas de protección social, venimos impulsando en los últimos dos años el desarrollo de microseguros con enfoque de género que ofrecen coberturas sanitarias, legales y psicológicas para ellas y sus familias o revisiones médicas como mamografías por menos de un dólar mensual. También microseguros oncológicos o de “mi maternidad protegida”, que ofrece apoyo económico y cobertura sanitaria durante el periodo de lactancia, permitiendo que las mujeres en la informalidad también puedan contar con un tiempo para cuidar de sus recién nacidos.

Las necesidades de financiación de las MiPYMEs propiedad de las mujeres de la región ascienden a 98.000 millones de dólares. Ofrecer financiación es una condición necesaria pero no suficiente. Un estudio reciente de Ipsos para Credicorp muestra cómo las mujeres que acceden a recursos aún lo hacen en desventaja y la mitad está en el nivel bajo debido al uso que hacen de productos y servicios financieros.

Si queremos unas finanzas justas para las mujeres y emprendedoras de la región, necesitamos incorporar lentes de género en el diseño de productos y servicios financieros y no financieros. Tenemos ante nosotros una gran oportunidad, derivada del creciente interés de los inversores en criterios ESG (ambientales, sociales y de gobernanza). Invertir con enfoque de género es una parte esencial de la “S” y está en nuestras manos crear nuevas oportunidades para impactar las vidas de millones de mujeres.

Laura Fernández Lord es la responsable de Empoderamiento de la Mujer y Sostenibilidad de la Fundación Microfinanza BBVA.