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Fiscalidad 03 abr 2017

BBVA pagó cerca de €3.800 millones en impuestos propios en 2016 (+25%)

El Grupo BBVA pagó 3.762 millones de euros en impuestos el ejercicio pasado por su actividad en todo el mundo, un 25,15% más que en 2015. Su contribución fiscal global (que suma los impuestos propios y los que gestiona de terceros) se elevó a 9.440 millones de euros. Por quinto año consecutivo, BBVA hace pública, de forma voluntaria, su contribución fiscal, cumpliendo así con su principio corporativo de transparencia y su compromiso de responsabilidad social.

Para calcular la contribución fiscal global lo largo de un ejercicio fiscal, BBVA sigue la metodología Total Tax Contribution (TTC) de PwC, que suma los diferentes impuestos (Sociedades, IVA, Contribuciones a la Seguridad Social...) que paga una entidad por su actividad propia y los que gestiona como intermediario para las autoridades tributarias de cada país o región donde está presente.

Así pues, a través del Informe de Contribución Fiscal Global, el banco desglosa cada año, de forma voluntaria, el pago de impuestos en aquellos países en los que tiene una presencia significativa. Como señala José María Vallejo, director de Asesoría Fiscal del Grupo BBVA, “este informe pretende ser algo más que un buen ejemplo en materia de transparencia y convertirse en una de las mejores prácticas entre las grandes empresas”.

De esta manera, de los 9.440 millones generados por la actividad fiscal de BBVA (un 14,1% más que en 2015), 3.762 millones corresponden a los impuestos propios, mientras que 5.678 millones fueron por la gestión de las obligaciones tributarias de terceros.

Por áreas geográficas, la mayor parte de los impuestos se pagaron en Latinoamérica (3.075 millones de euros), España (2.372) y México (1.751).

Con respecto a la contribución fiscal propia de BBVA en 2016, el impuesto de sociedades representa el porcentaje más significativo (50,66%), seguido de los tributos relativos a empleados y profesionales (18,53%) y del IVA (17,94%). El resto (12,87%) correspondió a impuestos sobre la propiedad inmobiliaria, sobre actividades económicas y tasas locales, entre otros.

En 2015, BBVA aprobó su nueva estrategia fiscal, que recoge los principios que guían su actuación en materia tributaria y que supone un paso adicional en su política de transparencia y responsabilidad social. Entre sus puntos básicos incluye: fomentar la obligación de tributar por el valor que genere una actividad empresarial en cada país; establecer una relación de cooperación mutua con las administraciones tributarias y trabajar de manera activa para favorecer un nuevo entorno digital en la gestión fiscal.

Durante 2016, BBVA ha continuado dando pasos en el desarrollo de su política de transparencia y responsabilidad fiscal a través de dos ejes:

  • La integración y reforzamiento de los principios del Proyecto OCDE/G20 de lucha contra la erosión de la base imponible y el traslado de beneficios (BEPS por sus siglas en Inglés) que BBVA ha asumido como propios.
  • Profundización en el modelo de control fiscal del Grupo, que ha sido revisado por un tercero independiente y ha sido calificado como best practice.