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Tipos de deuda bancaria: no solo de depósitos vive un banco

La principal fuente de liquidez de las entidades financieras minoristas son los depósitos de sus clientes, pero también acuden a los mercados de capitales a través de emisiones de deuda. De esta forma, pueden obtener financiación y, al mismo tiempo, cumplir con los requisitos de una regulación cada vez más exigente. Dependiendo de sus características, estas emisiones se asemejan en mayor o menor medida a deuda o a acciones, lo que hace que también tengan una prelación a la hora de asumir pérdidas en caso de que se produjera una quiebra de la entidad.

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La actividad de la banca en los mercados de capitales está cobrando cada vez mayor importancia. Por un lado, los depósitos de clientes no suelen ser suficientes para hacer frente a su actividad fundamental: la financiación a terceros. Y esto les obliga a optar por otro tipo de recursos. Además, el nuevo marco regulatorio exige que cualquier rescate bancario deberá ser soportado, en primer lugar, por los accionistas y, en segundo lugar, por los acreedores privados del banco. Para que esta nueva filosofía sea efectiva, los bancos deberán disponer en todo momento de suficientes pasivos con capacidad para absorber pérdidas.

Teniendo todo esto en cuenta, la actividad de las entidades financieras en los mercados de capitales se pueden englobar en cinco grandes grupos:

  1. Titulizaciones: una titulización consiste en transformar una serie de activos financieros en bonos, obligaciones o instrumentos similares que, en su mayor parte, pueden negociarse en el mercado. El mecanismo de una titulización tradicional se basa en transferir una cartera de activos desde una entidad financiera a un vehículo sin patrimonio que emitirá bonos garantizados por dicha cartera. Normalmente, se lanzan varios tramos de títulos en cada titulización, con distintos niveles de riesgo para satisfacer la demanda de diferentes tipos de inversores y minimizar el coste de la emisión. Algunos de los objetivos perseguidos por las entidades que deciden titulizar son la captación de liquidez, la gestión de balance y la reducción de las necesidades de capital regulatorio, lo que va a permitir proporcionar crédito adicional. Este último es un objetivo habitual en el caso de entidades financieras, ya que les permite sacar de su balance activos con riesgo que requerirían niveles de capital elevados.
  2. Deuda senior secured: cuentan con una garantía adicional o colateral que normalmente es un préstamo. El tipo más común son los llamados covered bonds (o cédulas si se emiten bajo la legislación española), valores de renta fija que se encuentran respaldados de modo global por la cartera de préstamos hipotecarios (cédulas hipotecarias) o públicos (cédulas territoriales) del emisor. Cuentan con doble garantía, la del emisor y el derecho preferente sobre la cartera frente al resto de acreedores. Suelen ser emisiones a medio plazo (en contraste con los depósitos que vencen a corto plazo). La emisión de cédulas permite a los bancos contar con una estructura de balance más equilibrada, al poder financiar parte de la cartera a largo plazo (hipotecas) con pasivos con vencimientos más largos que los de, por ejemplo, los depósitos.
  3. Deuda senior unsecured: emisiones no garantizadas, con vencimiento fijo, y sin capacidad de absorción de pérdidas. Dentro de las emisiones sin garantía adicional son las primeras que tienen derecho de cobro en caso de quiebra del emisor.
  4. Deuda senior no preferente, que computará como pasivo elegible a efectos del MREL (el nuevo requerimiento regulatorio que tendrán que cumplir los bancos de la zona euro). Para ello deberá cumplir una serie de requisitos: contar con un vencimiento igual o superior a un año, no tener características de instrumentos derivados y que sus inversores asuman pérdidas antes que los de emisiones senior tradicionales en caso de resolución de la entidad.
  5. Deuda subordinada equivale a títulos de renta fija que ofrecen una rentabilidad mayor que otros activos de deuda. A cambio, se pierde capacidad de cobro en caso de extinción y posterior liquidación de la sociedad, ya que está su pago está subordinado en el orden de prelación, en relación con los acreedores senior.
  6. Bonos contingentes convertibles, también conocidos como CoCo o Capital Adicional de Nivel 1 (AT1 en inglés), es una emisión híbrida, con características de deuda (pagan un interés al inversor) y capital (tienen capacidad de absorción de pérdidas). Se trata de instrumentos perpetuos (sin un vencimiento determinado), aunque el emisor se reserva el derecho de rescatar el bono, una vez se cumplan mínimo cinco años desde su lanzamiento. El pago del cupón de este tipo de emisiones puede ser cancelado a instancia del emisor (sin que sea acumulable). La principal característica de este tipo de emisiones es que, si se dan determinadas condiciones incluidas en el folleto de emisión, pueden llegar a convertirse en acciones. Entre las más comunes se encuentra que el ratio CET1 (Common Equity Tier 1) descienda por debajo de un valor determinado. Por ello, estas emisiones están dirigidas solamente a inversores institucionales. El cumplimiento de una serie de requisitos permiten que las emisiones AT1 computen como Capital Adicional de Nivel 1 según la normativa vigente (CRD IV). Esta regulación permite sumar a los requerimientos exigidos un 1,5% de capital adicional a través de estas emisiones.