Economía
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Al tratar de explicar cómo se dio el crecimiento de la economía paraguaya en estos últimos años en comparación al rendimiento de los demás países de la región, incluso pese a la recesión que sufrieron sus dos principales socios comerciales, puede uno imaginarse que es porque ese desarrollo se hizo sobre algunas bases firmes, sobre rocas, como dice una conocida parábola, y por lo tanto el país ha mantenido su dinámica.
Al igual que sucede con el G20, las prioridades del B20, su réplica en el ámbito empresarial, cambian cada año. En esta ocasión, bajo el liderazgo alemán, el B20 se enfoca en promover en las empresas “Resiliencia, responsabilidad y capacidad de respuesta hacia una economía mundial sostenible y orientada hacia el futuro”, como reza su lema. En la cumbre del próximo mayo, tras un año de trabajo, entregarán sus recomendaciones a los líderes del G20.
Me preocupa que muchas personas, incluso muy preparadas, se encuentren indignadas por el ajuste al precio de los combustibles realizado recientemente, cuando el mismo era indispensable y es una medida correcta desde cualquier perspectiva, salvo la de un político populista con la visión puesta en la siguiente elección. Es por ello que resulta conveniente hacer unas breves reflexiones al respecto.
En España, el consenso unánime de los analistas parece coincidir en que, este año, el cuarto consecutivo con crecimiento, apunta a una leve desaceleración. De hecho, BBVA Research estima el crecimiento para 2017 en un 2,5% (con sesgos al alza según apuntan los datos económicos más recientes), cuando el crecimiento en 2016 llegó a estar en un 3,3%. Para los economistas del servicio de estudios de BBVA, el ímpetu de la recuperación debería apoyarse en cinco tendencias, algunas de ellas claramente positivas:
El mundo crecerá más el 2017, de acuerdo a todas las proyecciones disponibles. Esa es la principal razón para estar moderadamente optimista de cara al año que comienza.
La agricultura es un sector estratégico para la economía de nuestro país. Según datos del Gobierno, la mitad de la superficie española se dedica a actividades agrícolas o ganaderas: el 33% corresponde a tierras de cultivo y otro 16% a prados o pastos. Si bien hace unos años era un sector poco atractivo para los jóvenes, lo cierto es que los consumidores, tanto a nivel nacional como internacional, valoran más los productos de la huerta, sobre todo los ecológicos. Eso ha hecho que la innovación y la diversificación hayan llegado también al sector primario. La Política Agraria Común (PAC) ha acelerado la transformación de un sector cada día más profesionalizado.