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Economía> Macroeconomía Act. 01 ago 2023

Escuela de Chicago: ¿de qué se habla cuando se habla de libre mercado?

El término Escuela de Chicago se utiliza en Economía para referirse a un conjunto de destacados economistas que han sido o son profesores de la Universidad de Chicago y a sus aportaciones, muchas de las cuales entroncan con la idea del libre mercado.

Fotografía de Mercados emergentes y materias primas, la gran sorpresa del primer semestre commodities

Las tres ideas fundamentales detrás de esta escuela de pensamiento son:

  1. Los agentes económicos toman decisiones racionales en las que aprovechan toda la información disponible para elegir lo mejor dentro de lo posible.
  2. El Estado no solamente no puede contribuir a mejorar todos los problemas de los individuos, sino que además puede contribuir a generar problemas a los individuos.
  3. El papel de los gobiernos se debería centrar en favorecer el crecimiento a largo plazo de la economía, para lo cual sería positivo reducir el papel del Estado en la economía.

¿Qué significa que los agentes económicos toman decisiones racionales?

Significa que los agentes económicos (un consumidor, una empresa, un inversor, un ahorrador o un sindicato de trabajadores) tienen unos objetivos. Por ejemplo, un consumidor puede pretender alcanzar la mayor satisfacción con los bienes que consumirá, dentro de lo que sea posible.

Si los individuos eligen las mejores alternativas para la consecución de sus objetivos dentro de lo posible, estudiar al individuo tomando esas decisiones puede ser una poderosa herramienta para comprender el mundo en el que vivimos. Ese planteamiento forma parte no solamente de los planteamientos de los economistas de la Escuela de Chicago, sino de toda la corriente principal de la Economía.

Lo que distingue a importantes economistas de la Universidad de Chicago ha sido el enorme desarrollo que han dado a esa idea, la cantidad de aplicaciones que ha tenido la idea. Por ejemplo, Ronald Coase, con sus investigaciones sobre los costes de transacción, dio un paso muy importante para que la Economía, con el análisis de las decisiones de los individuos, se convirtiese en una herramienta valiosa para estudiar realidades como la empresa o el Derecho, por poner dos ejemplos. Otros destacados economistas de la Universidad de Chicago, como Merton Miller, estudiaron las decisiones financieras de la empresa.

Puede resultar extraño, pero hasta no hace muchas décadas la Economía tenía poco que decir en campos como la empresa o las finanzas. Los economistas de la Escuela de Chicago dan un fuerte impulso a la idea de que dentro del campo de trabajo de los economistas deben entrar realidades como la empresarial o la financiera. Otros brillantes economistas de la Escuela de Chicago estudian las decisiones de consumo, como Milton Friedman con su hipótesis de la renta permanente. Mientras, economistas como Schultz y Becker estudiaron el concepto de capital humano, concepto clave para la productividad. A partir del concepto de capital humano se estudia la educación en función de las decisiones de inversión en capital humano de los individuos.

Gary Becker dio un impulso más allá al campo de investigación de la Economía al estudiar desde el punto de vista de las decisiones racionales aspectos muy variados que van, por ejemplo, desde el crimen a la familia. La racionalidad dio otro paso crucial cuando el economista de la Escuela de Chicago Robert Lucas empleó en sus investigaciones la teoría de las expectativas racionales. Según esta teoría los individuos utilizan toda la información a su alcance para tomar las mejores decisiones posibles. Pueden equivocarse, pero no sistemáticamente.

¿Por qué no confían los economistas de la Escuela de Chicago en la intervención del Estado?

Otros economistas creen que el Estado puede resolver las crisis, como Keynes, y que puede resolver o contribuir a mejorar aquello en lo que falla el mercado. Los economistas de la Escuela de Chicago ven con mucho escepticismo esa idea. Si los individuos toman las decisiones racionales que les llevan a la mejor decisión a su alcance, ¿quién les garantiza que las decisiones de los políticos serán mejores para ellos?

En cuanto a las crisis, observamos que existen crisis económicas con políticos de lo más variopinto, en muchos países y épocas diferentes. ¿El problema de las crisis es de políticos poco aptos para resolverlas? Para los economistas de la Escuela de Chicago, el problema es más complejo. Han descrito muchas razones por las que las crisis pueden no tener una solución política. Una muy importante es que los individuos reaccionan racionalmente a las decisiones de los políticos, desbaratándolas. Sin embargo, un gobierno sí puede perturbar la economía, introduciendo distorsiones que hagan imposible llegar a los mismos resultados que se obtendrían a partir de las meras decisiones de los individuos, por ejemplo a través de una política monetaria incorrecta. Por ello, economistas como Friedman recomendaron el establecimiento de reglas que limiten la capacidad de decisión de los políticos.

¿Qué papel debería desarrollar el gobierno para los economistas de la Escuela de Chicago?

El gobierno debería replantear el papel del Estado, reduciendo su intervención en los mercados, dejando más espacio para las decisiones racionales de los individuos. Lo que sí recomiendan es que el Estado centre su intervención en mejorar las condiciones para el crecimiento a largo plazo de la economía, sembrar para que el libre mercado dé sus frutos. En lugar de políticas muy activas para incrementar la demanda en el corto plazo lo que recomiendan es realizar pequeñas intervenciones para que la economía esté en condiciones de ofrecer mejores condiciones materiales de vida a los ciudadanos.

¿Cuál ha sido la repercusión de la Escuela de Chicago?

La idea de que el análisis de las decisiones de los individuos es crucial para entender nuestro mundo forma parte de los principios aceptados por la corriente principal de la Economía, por lo que su aplicación a los más variados campos se ha generalizado entre economistas de todo el mundo. Más conflictiva ha sido la recepción entre una parte de los sociólogos, que lo califican como una intromisión inútil en su campo de trabajo tradicional.

Los economistas de inspiración keynesiana consideran que los de la Escuela de Chicago conceden poca importancia a las imperfecciones del mercado. Sin embargo, la mayoría de los economistas de inspiración keynesiana han adoptado ideas típicas de la Escuela de Chicago, como fundamentar sus modelos en el análisis de las decisiones individuales, la noción de expectativas racionales o el interés por el crecimiento a largo plazo.