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Tecnología> Aplicaciones 04 ene 2018

¿Qué tengo que estudiar para ser desarrollador de aplicaciones?

Las aplicaciones se han convertido en acompañantes indispensables dentro del despegue de las nuevas tecnologías y de su implantación en nuestra vida diaria, y la profesión de desarrollador de 'apps', una de las más demandadas.

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A día de hoy, una ‘app’ puede resolver casi cualquier problema que surja en la vida cotidiana, desde contar los pasos, recopilar información interesante o controlar cuentas bancarias, entre un sinfín de opciones.

Esta explosión tecnológica está generando oportunidades en muchos campos, especialmente en el del desarrollo de aplicaciones móviles. Hace tres años, la Comisión Europea auguraba que, en 2018, el sector comunitario del desarrollo de ‘apps’ podría llegar a generar 63.000 millones de euros y a emplear a más de 4,8 millones de trabajadores, de los que al menos 2,7 millones serían desarrolladores de ‘apps’. A día de hoy, ese umbral parece ya rebasado.

En Europa, los países escandinavos y Alemania son los líderes del sector ‘app’, con empresas como Rovio o King. Sin embargo, el desarrollo de aplicaciones está tomando también fuerza en España, de tal modo que en los últimos cinco años se ha multiplicado por 17 la demanda de desarrolladores de aplicaciones en el mercado laboral español, según Infojobs.

Formación a todos los niveles

Ante la necesidad de profesionales que cubran estos perfiles, son varios los itinerarios educativos para formarse como desarrollador de aplicaciones. En la actualidad, en España existen cursos específicos, ciclos formativos de Formación Profesional, grados universitarios y másteres que, con sus diferentes programas y duraciones, ofrecen los conocimientos necesarios para sumarse a un sector en alza.

“Dado que es un perfil muy demandado actualmente, son muchos los estudios que uno puede realizar para convertirse en desarrollador de ‘apps’”, señala Daniel López, coordinador del Ciclo Formativo de Grado Superior en ‘Desarrollo de Aplicaciones Multiplataforma’ en el Centro Universitario U-tad. “Existen cursos de unos meses de duración que a nuestro entender son demasiado breves para comprender suficientemente bien las tecnologías tan complejas que se necesitan para desarrollar ‘apps’”.

Por su experiencia, López cree imprescindible “una formación intensiva de dos años de duración en la que el alumno aprende a manejar las tecnologías necesarias para desarrollar aplicaciones de diversas naturalezas para una gran variedad de plataformas”. Las empresas, apunta el coordinador de U-tad, suelen criticar que muchos alumnos no están habituados a desarrollar aplicaciones para plataformas iOS (iPhone, iPad, Mac) y pasan meses hasta que son realmente productivos. Para paliar esta carencia, afirma López, “el Ciclo en ‘Desarrollo de Aplicaciones Multiplataforma’ de U-tad es uno de los pocos en España que forma a los alumnos en el desarrollo de ‘apps’ para sistemas operativos iOS y Android”.

Buscando la visión de conjunto

Además de cursos y ciclos formativos, también existen grados, como el que imparte Celeste Campo, profesora titular en el Departamento de Ingeniería Telemática de la Universidad Carlos III de Madrid. “Un grado universitario como de Ingeniería Telemática proporciona una visión de conjunto”, con conocimientos de “seguridad, bases de datos y sistemas operativos, que se cubren en el grado en Ingeniería Telemática, así como en otros grados en el ámbito de la Ingeniería de Telecomunicación e Ingeniería Informática”.

Esa visión de conjunto, destaca Campo, es necesaria en “un sector como el desarrollo de aplicaciones móviles, en el que la aplicación tiene habitualmente que interactuar con servicios en la nube, intercambiando información en formatos definidos para la web, a través de diversas tecnologías (LTE, Bluetooth, WiFi, NFC), interactuando con objetos a nuestro alrededor, administrando información en bases de datos en el propio móvil, etc”. Además, considera que esa perspectiva amplia permite adaptarse a los rápidos cambios tecnológicos en este sector, que en menos de un año genera nuevas versiones de sistemas operativos y otras tecnologías, “con cambios radicales en la forma de programarlos”.

De este modo, optar por un ciclo formativo en desarrollo de ‘apps’ puede suponer un camino más inmediato hacia un empleo, aunque queda claro que la mayor duración y programa de un grado ayuda a recibir una formación más completa. Sin embargo, ambas opciones no son necesariamente excluyentes. En U-tad, además del ciclo formativo, se ofrece un grado oficial en Ingeniería del ‘software’, que “permite al alumno profundizar en el desarrollo de ‘apps’ y en otros sectores altamente demandados en el mercado como es la realidad virtual, el ‘big data’ o la ciberseguridad”, asegura Daniel López. De este modo, los estudiantes amplían “su formación en matemáticas, redes, bases de datos, inteligencia artificial y un largo etcétera, que los convierte en perfiles altamente especializados y muy demandados por las empresas”.

Opciones de futuro

Precisamente, esa buena base formativa es la cualidad que Celeste Campo destaca de los jóvenes desarrolladores españoles. “Tienen un buen nivel, y destacan por su buena formación y por su imaginación y creatividad a la hora de proponer ideas novedosas en un mercado en el que la competencia es global”. Sin embargo, también apunta que “quizás su carencia es que no conocen los modelos o planes de negocio necesarios para monetizar sus aplicaciones y, por lo tanto, no llegan a materializarlas en empresas”.

Respecto al futuro laboral que espera a los aspirantes a desarrolladores de ‘apps’, Daniel López señala que los perfiles más demandados son los de “desarrolladores de ‘front-end’ (la parte visual de una ‘app’), que tienen conocimientos de diseño y de lenguajes como HTML o JavaScript; y los desarrolladores de ‘back-end’ (la parte lógica de una ‘app’), que saben programar en una gran cantidad de lenguajes (JAVA, C, C++, C#, Objective-C, PHP, Python,…) y manejar bases de datos”.

Esta división de trabajo permite especializarse en las destrezas necesarias para incorporarse a un equipo de desarrollo de aplicaciones, aunque no es imprescindible elegir: “Cuando una persona es capaz de cumplir ambos perfiles, cosa poco habitual, es un desarrollador ‘full-stack’”, concluye López.