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Actualidad Act. 01 oct 2018

James Allison y Tasuku Honjo, premio Nobel de Medicina 2018 por sus nuevas terapias contra el cáncer

Los padres de la inmunoterapia, James P. Allinson y Tasuku Honjo han logrado el premio Nobel de Medicina 2018 por sus investigaciones claves en el desarrollo de nuevas terapias contra el cáncer. El jurado ha destacado "su descubrimiento de la terapia contra el cáncer por la inhibición de la regulación inmune negativa".

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El pasado 30 de enero, el investigador estadounidense James P. Allison también obtuvo el reconocimiento de la Fundación BBVA al serle concedido el Premio Fundación BBVA Fronteras del Conocimiento por crear la primera inmunoterapia de alta eficacia contra el cáncer. La propia fundación también destacó cómo el trabajo de Allison ha permitido el desarrollo de un nuevo tipo de fármacos que utilizan el sistema inmune para combatir el cáncer y ya han beneficiado a miles de pacientes.

Uno de los principales estudios de Allison (Texas, 1948), y en el que puso más énfasis, fue el de una proteína que actúa como un freno en el sistema inmunológico. En ella pudo observar el potencial para liberar las células inmunitarias para atacar tumores, tras lo que desarrolló un nuevo enfoque para tratar a los pacientes.

Por su parte, Honjo (Kyoto, 1942) descubrió una proteína en las células inmunitarias y reveló que también funciona como un freno, pero con un mecanismo de acción diferente, lo que posibilitó el desarrollo de terapias de gran efectividad contra el cáncer.

Allison: "La inmunoterpia está aquí para quedarse y combatirá muchos tipos de cácncer".

Allison se define como un investigador básico, o al menos lo era cuando empezó su carrera: “Yo sí tenía un interés personal en el cáncer, porque perdí a mi madre cuando era niño por esta enfermedad, después a mi hermano y a dos de mis tíos; pero quería comprender primero el funcionamiento de las células T, para luego intentar aplicar las lecciones de esta investigación básica al desarrollo de terapias contra el cáncer. Creo que primero necesitas la ciencia básica. Sin ese fundamento no es posible desarrollar tratamientos eficaces. Yo siempre tuve el cáncer en mente, pero la prioridad tiene que ser siempre hacer ciencia básica, incluso sin una aplicación concreta en mente. Es lo que siempre les digo a mis estudiantes”.