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Alquiler de vivienda Act. 14 sep 2018

La vivienda inteligente: el futuro al hogar ya ha llegado

Hay tecnologías que podíamos calificar como eternamente potenciales. Están ahí, parece haber un consenso, pero no acaban de romper, no terminan de tener su momento. Una de ellas es la domótica, omnipresente en todas las películas de ciencia ficción, de anticipación de un futuro incluso cercano y que, sin embargo, no ha terminado de imponerse como referencia obligada. Pero puede que algo esté cambiando, puede que estemos ante el nacimiento del hogar inteligente, que haya llegado el hogar del futuro.

¿Qué es la domótica?, ¿por qué ha fracasado?, ¿de qué hablamos al referirnos al hogar inteligente?, ¿tiene algo que ver con el internet de las cosas?, ¿qué puede ser diferente en esta ocasión? Vamos a darle unas vueltas a estas cuestiones y a alguna más en las próximas lineas, y quizás, cuando termines de leer el post en tu casa y levantes la vista, la veas de un modo diferente.

¿Qué es la domótica tradicional?

La domótica hace referencia al domus, término latino para referirse al hogar y el sufijo griego -tica, referente a la automatización. Así que una primera definición podría ser que la domótica es la tecnología que permite la automatización de un hogar. Realmente se quedaría corto en un doble sentido:

  • Va mucho más allá del hogar. De hecho hoy por hoy diríamos que predominan más bien en entornos profesionales: oficinas, naves, etc.
  • La referencia a la automatización es bastante pobre, va mucho más allá de la mera repetición mecánica. Podríamos decir que hoy por hoy esa es la base, pero menos interesante, ya que lo que prima hoy es la recopilación, gestión de datos y toma de decisiones por sistemas inteligentes, que son lo que acaban moviendo esos sistemas automatizados. Pero quizás es mejor no adelantarse.

La domótica tal y como la hemos conocido hasta la fecha vendría a ser la tecnología que permite automatizar de un modo inteligente e integrado toda una serie de procesos y funcionalidades en nuestros inmuebles, entre los que podemos citar los siguientes:

  • Procesos energéticos
  • Iluminación
  • Ocio (telecomunicaciones, equipos de sonido, videojuegos, cine, etc)
  • Seguridad y control de accesos
  • Todo tipo de electrodomésticos

Como vemos, todo esto implica una integración de sistemas eléctricos, electrónicos , informáticos, etc, que se han ido desarrollando desde los años 70 hasta ahora.

¿Por qué no ha triunfado la demótica hasta ahora?

Tratar de responder a esta pregunta supone asumir que es cierta. Y podríamos decir que lo es hasta cierto punto, con una serie de matices que hacen que nos la tengamos que tomar con cuidado:

  • En el día a día de nuestros hogares estamos rodeados de soluciones domóticas: programadores en las placas vitrocerámicas, sistemas de que más allá del home cinema para interconectar todo tipo de aparatos de ocio de nuestro hogar, sistemas de seguridad que combinan aparatos de vigilancia con medidas físicas de aislamiento, etc.
  • Posiblemente haya quien diga que lo anterior falla en que no está todo integrado y que no se plantea de inicio en la construcción de nuestros hogares. Es cierto, pero por ejemplo en el mundo empresarial, en las oficinas y naves industriales, si que se plantean soluciones coordinadas de este tipo desde un primer momento, aunque quizás pasan más desapercibidas.
  • No en todos los países la implantación de la domótica avanza al mismo ritmo.

Curiosamente buena parte de estas cuestiones nos señalan algunos motivos por los que la domótica no ha triunfado en los hogares españoles. Hogares construidos generalmente con sistemas tradicionales, en mercados alcistas donde se vendía todo y donde la inversión en tecnología no se veía como algo necesario, ya lo que importante y lo que marcaba el precio era la repercusión del coste del suelo. Eso explica que las fuertes expectativas de la domótica se frustran mucho antes de lo pero del crack inmobiliario.

Podríamos encontrar explicaciones adicionales, como las que señalan el altísimo coste de estas soluciones para acabar ofreciendo respuestas no especialmente valoradas por el público general, la no excesiva usabilidad o amigabilidad de estos entornos domóticos y el miedo a no tener un adecuado sistema de mantenimiento (por no hablar del coste del mismo).

Domotica 2.0 o la Domo-TIC-A: bienvenidos al hogar inteligente

Ahora, tras décadas esperando su implantación masiva, parece que la domótica se prepara para el asalto definitivo a los mercados de masas, incluso siendo conscientes de que llevará su tiempo al tener que imbricarse en un entorno, el de los inmuebles ya construidos, en el que llevará su tiempo. Para empezar hay una serie de factores que ayudarán a ello, como por ejemplo:

  • La regulación en todo lo relacionado con control energético, telecomunicaciones, accesibilidad para discapacitados, etc. que marca los futuros desarrollos inmobiliarios.
  • La apuesta por la rehabilitación, por la inversión en la reforma profunda de los antiguos hogares.

Pero sobre todo, si hablamos de un marco global, estaríamos hablando de la conversión de la vieja domótica en la nueva domótica 2.0, en palabra s de Lorente S. de la Domo-TIC-a, con la introdución de las TIC, de las tecnologías de la información y de las comunicaciones, como elementos que integran todas esas soluciones, las elevan a una potencia superior y las acercan al usuario de una manera mucho más cómoda e intuitiva.

Estamos hablando, en definitiva, de la llegada del internet de las cosas, de lograr que nuestros electrodomésticos, desde la nevera hasta el equipo de climatización que forman parte de la red global, que este presentes en internet, que formen parte de la Red. Dicho de otro modo, vendría a ser un salto, de las habituales redes domésticas de equipos informáticos con el ordenador, la impresora, e incluso la TV, pasar a incorporar cualquier sistema eléctrico de nuestro hogar. Todo ello gestionable y programable desde nuestro ordenador o desde nuestro smartphone.

¿Es esto posible? Detrás del internet de las cosas hay actores muy importantes, poderosas compañías como Google con su Nest, o todo lo relacionado con el ocio impulsado desde Apple, por ejemplo, que apuestan de un modo decidido por dar el siguiente y definitivo paso, entre una masa de consumidores ya acostumbrados a que las novedades tecnológicas se integren en su día a día así de un modo imperceptible. Ahora bien, este internet de las cosas que puede solucionar parte de los problemas tradicionales de la domótica no está solo, y se puede ver ayudado por otras corrientes de fondo, de las que difícilmente podemos imaginar dónde pueden llevarnos:

  • Los wearables, que nos permiten transmitir nuestra información física de un modo inmediato a dichas redes, íntimamente conectados con la e-Health.
  • El Big Data, o todas esas maquinas suministrando información, datos que se combinan entre si, que suministran inputs para proveedores y clientes, muchas veces gracias a nuevos sistemas de Inteligencia Artificial.

En efecto, la domótica se encuentra ante un escenario favorable, con soluciones que solventan buena parte de los problemas de antaño y con límites difíciles de explorar. Quizás el único límite es que nuestra red de redes sea capaz de soportar este desembarco masivo, que se creen unos estándares adecuados.