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Salarios y pensiones Act. 03 jul 2019

Modelo sueco de pensiones y ‘mochila austríaca’, ¿en qué se diferencian?

El modelo sueco se ha convertido en un sistema de pensiones de referencia, mientras que la ‘mochila austríaca’ es un modelo que sustituye a la indemnización por despido y puede complementar las futuras pensiones de los trabajadores. Ambos mecanismos tienen diversos aspectos en común, pero también presentan diferencias sustanciales que señalamos a continuación.

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La principal diferencia entre el modelo sueco y la ‘mochila austriaca’ es que el primero es un sistema de pensiones y el segundo es una indemnización por despido. Es decir, a pesar de que ambos mecanismos se nutren de cotizaciones sociales, el modelo sueco se utiliza únicamente para garantizar una pensión, mientras que ‘la mochila austriaca’ constituye un fondo individual en el que el trabajador va acumulando parte de su salario para utilizar ese dinero si es despedido o, en caso de que jamás lo sea, para complementar su pensión de jubilación.

El sistema de pensiones de Suecia, que se instauró en 1999 con el fin de paliar la baja natalidad y el hundimiento de los ingresos por cotizaciones, supuso toda una transformación. Aunque el sistema sigue siendo de reparto, la principal novedad fue que, desde entonces, lo que cotiza cada trabajador se anota en una cuenta virtual, cuyo valor se actualiza en función de distintas variables. 

De esta forma, la pensión resultante es la división del saldo acumulado en cuenta durante la vida laboral entre la esperanza de vida que se estime en el momento de la jubilación. En este sistema, que se conoce como sistema de cuentas nocionales, no cambia el hecho de que los trabajadores que están en activo sufragan a los pensionistas, pero sí cambia la forma de calcular la pensión. Además, si el cotizante falleciera antes de llegar a jubilarse, el dinero acumulado revierte al sistema.

Siguiendo este modelo, el sistema de pensiones es más contributivo y transparente, pues cada trabajador acumula las cotizaciones en su propia cuenta, y cada pensionista cobra en base a lo aportado, teniendo como resultado un sistema más sostenible.

Sin embargo, la transición a este modelo debe ser progresiva, para no perjudicar a los trabajadores que ya tienen una vida laboral avanzada, pues contarían con poco tiempo para acumular unos importes equitativos para su pensión de jubilación. Por otra parte, este sistema hace necesario un respaldo por parte del Estado para aquellos trabajadores que no hayan tenido una vida laboral lo suficientemente activa como para alcanzar la pensión mínima.El modelo sueco o sistema de cuentas nocionales, además de en Suecia, ya se utiliza en países como Italia y Polonia.

La ‘mochila austríaca’ fue aplicada por el gobierno austriaco en 2003. Este mecanismo consiste en un fondo de capitalización individual que acompaña al trabajador durante toda su vida laboral, sea asalariado o autónomo y se cambie o no de empresa. Las empresas que contraten al trabajador serán las que vayan ingresando un porcentaje del salario como provisiones ante posibles indemnizaciones por despido en dicho fondo.

Además, dicho fondo a nombre del trabajador será gestionado por una entidad financiera, con el objetivo de obtener una rentabilidad adicional. El Estado será el encargado de garantizar que este fondo o mochila adquiera una rentabilidad mínima, evitando que la inflación le haga perder su valor real y que se realicen inversiones erróneas o fraudulentas. En este caso, si el trabajador fallece su fondo personal pasaría a formar parte de la herencia de sus allegados.

Este mecanismo ha cosechado una buena fama por su capacidad para mejorar el funcionamiento del mercado laboral, al reducir problemas como la temporalidad y la precariedad del empleo. Sin embargo, la crítica principal a este modelo proviene de los sindicatos, que afirman que su aplicación facilita el despido. Algunas empresas tampoco se muestran totalmente partidarias de la mochila austriaca, pues creen que incrementa los costes empresariales, derivados de la elevación de las aportaciones, aunque ello se debe a que no están provisionando adecuadamente la posibilidad de futuros ajustes en sus plantillas y las indemnizaciones a que dan lugar