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¿Qué es el preahorro y cómo ponerlo en práctica mes a mes?

El preahorro es un método para ahorrar dinero que intenta ofrecer una alternativa al modo de ahorro tradicional. La mayoría de las personas tienen el hábito de recibir unos ingresos, afrontar una serie de gastos y a final de mes considerar como ahorro la cantidad que ha quedado sin gastar. El preahorro propone justo lo contrario: ahorrar antes de empezar a gastar.

¿Qué es el preahorro y cómo ponerlo en práctica mes a mes?

La fórmula es sencilla: cada mes, según se ingresa el salario, el dinero que se desea ahorrar se manda a otra cuenta diferente. De tal forma, esa cantidad de dinero no está nunca disponible en la cuenta de uso diario y no es necesario hacer un esfuerzo para no gastarlo.

Por ejemplo, si una persona percibe 1.300 euros de salario, puede dar orden a su banco para que transfiera todos los meses 100 euros a otra cuenta. Así no lo tendrá disponible a la vista y sujeto a la tentación de gastarlo. O lo que es lo mismo, se empieza el mes con los deberes hechos y se acaban las excusas de que los gastos se han comido los ingresos y no hay manera de ahorrar.

Los clientes de BBVA en España tienen a su disposición el servicio Programa tu Cuenta, que permite automatizar diferentes funciones dentro de la cuenta para facilitar el ahorro y el control del día a día. Concretamente, con la regla Ahorro en Nómina es posible hacer precisamente el preahorro que comentábamos más arriba: una vez que se recibe la nómina o pensión, se traspasa automáticamente un porcentaje o una cantidad a otra cuenta llamada Metas, que no tiene ningún gasto asociado.

La 'app' de BBVA México, por su parte, cuenta con la funcionalidad similar, llamada “Apartados”, que permite organizar el dinero en sobres electrónicos y destinarlos a diferentes metas de ahorro.

¿Cómo descargar la 'app' de BBVA?

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¿Qué esfuerzo requiere preahorrar?

“El ahorro duele –explica Nuria Pesquera, responsable de Behavioral Economics de BBVA– porque a las personas nos cuesta un montón proyectarnos y conectar con las necesidades que tendrá nuestro yo futuro, buscamos gratificaciones inmediatas, infravalorando los beneficios futuros. Y ante la elección entre una hipotética ventaja futura y una gratificación inmediata, los seres humanos tendemos a quedarnos con el aquí y el ahora”.

Para combatir este ‘sesgo del presente’ y conseguir que el ahorro duela menos, Pesquera recomienda precisamente el método del preahorro. “Es más fácil comprometerse a algo hoy que es doloroso pero que sucederá mañana que con algo que va a suceder inmediatamente”, explica.

Una vez tomada la decisión, el preahorro pasa a ser un gasto fijo más y no queda más remedio que acostumbrarnos al nuevo estatus financiero, adaptando el resto de gastos y reduciendo aquellos desembolsos que no sean realmente necesarios.

En definitiva, como el dinero no llega al bolsillo, quienes siguen esta tendencia no tienen que hacer ningún esfuerzo para ahorrarlo. Simplemente, se han acostumbrado a un nivel de vida un poco más bajo que el que les permitirían sus ingresos.

'Podcast': ¿Por qué nos cuesta tanto ahorrar y cómo podemos conseguirlo?

00:00 13:06

¿De cuánto puede ser el preahorro?

No hay una respuesta única. Cada caso es un mundo y una persona podrá preahorrar solo 50 euros al mes y otra se sentirá cómoda en los 300 euros. En cualquier caso, siempre es recomendable hacer previamente un pequeño examen a nuestras finanzas personales para hacer una estimación inicial de nuestra capacidad real de ahorro.

Lo primero es calcular bien los ingresos fijos de que se dispone, teniendo en cuenta que muchas veces no solo se recibe un salario mensual, sino que una persona puede tener otras entradas de dinero como pueden ser un alquiler, la rentabilidad de productos financieros o, por ejemplo, algún tipo de comisión o derechos de autor. Todo suma.

Luego toca la parte más importante: reflexionar sobre las necesidades que tenemos o, mejor dicho, que creemos que tenemos y revisar si todos los gastos fijos periódicos son realmente imprescindibles. A eso hay que sumar una partida para imprevistos y otra para ocio y ya es posible tener una idea clara de cuál es la situación financiera y la capacidad para preahorrar.

Además, hay que tener en cuenta que “hoy en día estamos viendo como los tipos de interés en todos los plazos de la curva están subiendo, lo que beneficia al ahorro a largo plazo”, resalta Javier Niederleytner, profesor del Máster en Bolsa y Mercados Financieros del IEB, quien recomienda comenzar a ahorrar desde joven de cara a la jubilación.

¿Cuánto se debería preahorrar?

Los expertos estiman que deberíamos acostumbrarnos a ahorrar alrededor del 20% de los ingresos mensuales desde jóvenes. No obstante, al principio lo fundamental es crear el hábito, así que esa proporción puede ser menor con el compromiso de ir aumentando poco a poco. Al hacerlo gradualmente se irá incrementando el ahorro casi sin darse cuenta. Y es que al igual que el cerebro se acostumbra a gastar más cuando más se tiene, también se adapta en sentido contrario.

“Empezando por poco, de acuerdo con nuestro nivel de ingresos y gastos, pero con constancia. Según nos vaya mejor o peor en la vida, siempre podremos ajustar esa cantidad que aportamos, pero ya desde una robusta disciplina”, anima el profesor Niederleytner.

Pero lo cierto es que el preahorro dependerá de las circunstancias de cada persona o familia y sus objetivos. Estos pueden ser a corto plazo para, por ejemplo, comprar un coche sin recurrir a un préstamo financiero, disfrutar de un gran viaje o afrontar la entrada de una vivienda. Pero generalmente uno asume el hábito de preahorrar con visión de largo plazo, para gozar de una buena salud financiera en el futuro, ya sea para complementar la pensión de jubilación o, incluso, para alcanzar la llamada libertad financiera.

Se denomina así a la capacidad de una persona de mantener su nivel de vida actual sin necesidad de generar nuevos ingresos. Es decir, de no tener que depender de un trabajo para vivir. Dividiendo el total de dinero ahorrado entre los gastos anuales, es posible saber cuántos años se tienen de libertad financiera y si serán suficientes para abandonar el mundo laboral antes que otros. Sin olvidarse de la inflación, por supuesto.