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La imparable rentabilidad de las energías renovables

Por el momento, la eólica y la solar fotovoltaica son las energías limpias por las que apuestan los inversores. La tendencia imparable hacia la utilización de energías limpias en el planeta se refleja en el incremento exponencial y el aumento de la rentabilidad en la inversión en energías renovables.

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Las renovables son fuentes de energía limpias, inagotables y cada día más competitivas. No producen gases de efecto invernadero ni contaminan y su crecimiento parece ser imparable. Según las últimas previsiones de la Agencia Internacional de la Energía (AIE), la participación de las energías renovables en el suministro eléctrico global pasará del 26 % que había en 2018 al 44 % en 2040 y proporcionarán dos tercios del incremento de demanda eléctrica registrado en ese período, principalmente a través de las tecnologías eólica y fotovoltaica.

Los datos de la AIE ponen encima de la mesa de manera muy clara que la demanda mundial de electricidad aumentará un 70 % hasta 2040.

No cabe duda de que el sector de energías renovables está experimentando un crecimiento exponencial a nivel mundial y los expertos esperan unas inversiones muy relevantes en los próximos años, no solo por su naturaleza sostenible, también por la elevada rentabilidad financiera esperada.

Invertir para frenar el cambio climático y favorecer la transición energética es algo que se ha notado de manera muy acusada durante la pandemia. Tal vez por la mayor financiación y apoyo político que ha tenido durante estos últimos meses como por el hecho de que la demanda de las tecnologías relacionadas con las energías limpias ha aumentado.

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En los últimos 15 años las energías renovables han evolucionado tecnológicamente y eso se ha notado en los mercados. Invertir en renovables se ha convertido en una oportunidad económica.

Tal y como reconoce la Agencia Internacional de Energías Renovables (IRENA), las inversiones globales en renovables han pasado de 50.000 millones de dólares en 2004 a los 300.000 en los últimos años, tres veces más que la inversión en combustibles fósiles. Esto se traduce con un aumento de ventas de los fondos relacionados con el clima.

La demanda mundial de energía crecerá. El desarrollo de la tecnología es fundamental para garantizar que el mundo obtenga la energía que necesita mientras se mitiga el daño ambiental y esto requerirá nuevas inversiones sustanciales. Además, para fomentar la creación de la infraestructura energética limpia y confiable que el mundo necesita, los productores de energía deberán trabajar con reguladores locales, regionales, nacionales e internacionales. La escala de inversiones que hay que llevar a cabo en este campo es enorme.

Juan José Coble Castro es uno de los grandes expertos en estos temas en España. El director del Máster en Energías Renovables y Eficiencia Energética en la Universidad Nebrija y profesor de las áreas de Física, Energía y Medio Ambiente de esa universidad, explica que “los productos financieros que se pueden utilizar para invertir en energías renovables son la renta variable (acciones). Se puede invertir en renta variable de empresas que apuesten completamente por energías renovables. De esta forma podemos ser dueños de una pequeña participación de esta empresa”.

'Podcast': El sol, el viento y las energías limpias son el nuevo petróleo

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Coble Castro, que también colabora en trabajos de investigación sobre termoeconomía y cuantificación del impacto ambiental aplicado al análisis de sistemas de producción de energía, asegura que otra opción de inversión es la renta fija (bonos verdes). El bono verde es cualquier tipo de bono cuyos fondos son destinados a financiar exclusivamente proyectos medioambientalmente sostenibles o verdes (energías renovables, eficiencia energética, prevención y control de contaminación, transporte limpio, etc.). Es una inversión más conservadora, que se ajusta más a un perfil de inversor menos arriesgado y que quiere cobrar intereses periódicamente. También están los fondos de inversión. Para aquellos inversores que prefieran una mayor diversificación en sus carteras y, además, pretendan ahorrarse las comisiones a pagar por tener que adquirir toda su cartera de acciones por su cuenta, la inversión en fondos es la opción más recomendable”.

Por último, el experto menciona el 'crowdlending': “Si se quiere participar en proyectos que promuevan el desarrollo de energías renovables sin una excesiva inversión inicial (pequeños inversores) y con interesantes rentabilidades, existen diferentes plataformas que dan cabida a estos proyectos. Todos estos proyectos son, con el tiempo, publicados en las plataformas correspondientes, para que los usuarios decidan cómo, cuánto y en qué proyecto invertir”.

Hay diferentes tipos de energías renovables: solar, eólica, fotovoltaica, mareomotriz, hidráulica, geotérmica, olamotriz, bioetanol, biomasa, biogás y biodiesel. De entre todas ellas, Juan José Coble, basándose en el informe Levelized cost of Energy de la consultora Lazard, recomienda cuál puede ser una buena inversión: “la energía eólica es la más barata y rentable con un coste promedio inferior que ronda los 26 dólares por megavatio/hora (26 $/MWh) de energía producida. Le sigue de cerca la energía solar fotovoltaica de capa fina con un coste promedio inferior de 29 $/MWh. Ambas tecnologías han bajado sus costes un 80 % en los últimos 10 años. Esto supone un hito histórico difícilmente superable y que pone en el disparadero a todas las energías fósiles más caras y contaminantes”.