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Mascarillas y otros materiales sanitarios: ¿cómo se reciclan los residuos del COVID-19 en España?

Las recomendaciones sanitarias a la población en España de utilizar mascarilla para las salidas a la calle, y la obligatoriedad de hacerlo en el transporte público y en muchos centros de trabajo, traen consigo la generación de una gran cantidad de basura -cuando éstas son desechadas- que entraña peligros para el planeta y para la salud de los ciudadanos. Al tratarse de residuos potencialmente contaminados por el virus del COVID-19, cobra aún más importancia su correcta gestión y manipulación, tanto para su manejo domiciliario en hogares con pacientes, como la gestión de los residuos procedentes de hospitales, ambulancias, centros de salud, laboratorios, y establecimientos similares en contacto con el virus.

La pandemia de COVID-19 que afecta al planeta en estos momentos ha traído consigo algunas lecciones de consumo y sostenibilidad para la población, con cifras de contaminación muy por debajo de las que había por estas fechas en varios países, y una disminución de CO2 sin precedentes.

En la otra cara de la moneda, estas semanas también nos han traído unas imágenes muy preocupantes para sostenibilidad del planeta. OceansAsia, una organización para la conservación marina en Asia, ya denunció a finales de febrero cómo había encontrado en las islas Soko, un archipiélago localizado en Hong Kong, una enorme cantidad de mascarillas quirúrgicas acumuladas en las playas. “Cuando de repente tienes una población de siete millones de personas utilizando de una a dos mascarillas al día, la cantidad de basura que se genera va a ser sustancial”, afirman en su página web. Este incremento de uso de equipos de protección individual (EPI) también se da en los hospitales. Sin ir más lejos, en España, el gobierno de Asturias comunicó a finales de abril que los residuos de los hospitales asturianos se habían multiplicado por cuatro.

Desde el proyecto LIBERA, creado por SEO/BirdLife en alianza con Ecoembes para reducir la basura abandonada en los espacios naturales, se lanzó un llamamiento el pasado 5 mayo para intentar que esta cantidad extra de residuos no llegue a impactar negativamente en la naturaleza.

Además de las graves consecuencias que puede tener una incorrecta gestión de estos residuos para el entorno natural, es importante considerar también el riesgo que puede suponer para la salud de las personas.

La permanencia del virus en las superficies

Según un estudio publicado en The New England Journal of Medicine, el virus SARS-CoV-2 permanece estable durante un tiempo en distintas superficies. Los científicos analizaron cómo se comportaba el virus en cinco materiales y detectaron algunas variaciones, ya que lograba sobrevivir 24 horas en el caso del cartón pero hasta dos o tres días en plástico o acero inoxidable.

A efectos prácticos, esto supone que el contagio de la enfermedad es posible a través de los objetos, y el riesgo es aún más acuciante en el caso de los materiales que se utilizan, precisamente, como barrera ante la enfermedad. Guantes, mascarillas o batas quirúrgicas deben ser tratados con especial cuidado después de su utilización para no propagar el virus.

A pesar de que los sistemas de contenedores varían en función de la comunidad autónoma, por norma general el contenedor de fracción resto es el lugar adecuado para desechar estos residuos, y nunca el contenedor amarillo. En palabras de Nieves Rey, la directora de Comunicación y Marketing de Ecoembes, esto es así para evitar riesgos de los trabajadores de los camiones de recogida y las plantas de reciclaje del contenedor amarillo, que podrían contaminarse al estar en contacto con los materiales que se reciclan.

El contenedor de fracción resto es el lugar adecuado para desechar los residuos sanitarios como mascarillas o guantes

Por este mismo motivo, en los casos de los hogares en cuarentena o con personas infectadas, es preciso tirar toda la basura de la persona afectada por la enfermedad en un único contenedor con cierre hermético, sin separar para reciclaje, introducirlo en una segunda bolsa de basura y tirarlo en el contenedor de resto o gris. Para más información acerca de la gestión de residuos domésticos en estos casos, es recomendable consultar el anexo sobre la gestión de residuos domésticos del BOE emitido el 19 de marzo, donde se detallan las indicaciones a seguir en los diferentes casos.

En los hospitales, ambulancias, centros de salud, laboratorios, y establecimientos similares, el protocolo es diferente al de los hogares, ya que los residuos en contacto con el COVID-19 se consideran residuos infecciosos y se gestionan como tales, según lo dispuesto en las distintas regulaciones autonómicas sobre residuos sanitarios.

Puntos limpios y reciclaje de residuos especiales

Los puntos limpios son lugares donde se pueden llevar para su reciclaje aquellos desechos que no tienen cabida en los contenedores habituales. Algunos de estos productos son pilas, aceites, medicamentos, dispositivos electrónicos, electrodomésticos, muebles y otro tipo de objetos voluminosos.

Durante las semanas en las que estuvieron en vigor las medidas más estrictas de confinamiento, los puntos limpios permanecieron cerrados y era preferible que los usuarios esperaran para tirar este tipo de productos, pero en el mes de mayo los distintos territorios de la península han comenzado a reabrir estas zonas. En esta web de la OCU se pueden consultar los puntos limpios cercanos, y es recomendable que en cada caso los usuarios consulten con su ayuntamiento si ya es posible su utilización.