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Tecnología Act. 06 nov 2018

Tres grandes y sorprendentes empresas de la innovación

Hablar de innovación empresarial implica casi siempre repasar los casos de Apple, Google, Microsoft, Samsung… Sin embargo, otras empresas demuestran que la innovación no es un coto exclusivo de los nombres, a priori, más ligados a la economía digital.

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Apple, Google, Microsoft, Amazon, Samsung, Toyota….  son algunas de las empresas más conocidas e innovadoras del mundo. La undécima edición del estudio de las Empresas Más Innovadoras del Mundo, elaborado por la consultora The Boston Consulting Group, también entroniza a estas compañías, con Apple y Google ocupando las dos primeras posiciones.

El estudio se basa en una encuesta a ejecutivos senior de empresas de todos los sectores, con origen en todo el mundo, pero no todo son opiniones. El resultado final tiene en cuenta el desempeño económico de las empresas durante los últimos tres años y también pondera los votos de los directivos en función de que hablen, o no, de sus competidores de sector.

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Compañías, líderes en innovación y tecnología - The Boston Consulting Group

A pesar de lo previsible de las primeras posiciones de esta clasificación, el estudio ofrece ejemplos de grandes compañías innovadoras que no encajan en el estereotipo. No pertenecen a los sectores más tecnológicos ni ocupan espacio en los medios de comunicación con sus lanzamientos de productos y servicios. Sin embargo, BASF, Under Armour y Johnson&Johnson son tres modelos de empresas innovadoras.

Convertir el sudor en datos

Michael Ringer, Andrew Taylor y Hadi Zablit, autores del informe, consideran que “llamar a Under Armour compañía de ropa es como decir que Apple se dedica al hardware”. La empresa de material deportivo nacida hace 21 años en Baltimore, Estados Unidos, “utiliza la tecnología en cada uno de los aspectos de su negocio”, con la premisa de mejorar el rendimiento deportivo. Ese objetivo se plasma desde en sus materiales textiles de alto rendimiento -el punto de distinción de la empresa desde el primer momento- hasta su apuesta por desarrollar todo un ramillete de aparatos y apps que permiten evaluar la actividad deportiva.

La empresa ha creado una división específica, Under Armour Connected Fitness, para esta nueva rama de negocio, que mezcla el deporte, la moda y los datos. La apuesta está clara: la empresa creada por Kevin Plank, gran aficionado al fútbol americano, ha invertido hasta 710 millones de dólares en la adquisición de diferentes apps de medición de datos relacionadas con el funcionamiento del organismo y el deporte, como MapMyFitness, MyFitnessPal y Endomondo.

Y UnderArmour ya cuenta con 175 millones de usuarios registrados en su hub de medición de datos, UA Record.

La clave del éxito de Under Armour -cuyas ventas alcanzaron en 2016 los 4.700 millones de dólares- está en que ha puesto los datos en el centro de su estrategia. Los utilizan no sólo para mejorar su negocio, sus productos y servicios, sino que incluso han lanzado una división específica que pone a disposición de terceros su enorme base de datos de deportistas aficionados. Under Armour innova, pero al tiempo sabe que no puede dejar de lado las políticas de marketing habituales de su sector.

Por eso, gran parte de sus esperanzas en el mercado del baloncesto están puestas en el patrocinio de Stephen Curry, una de las grandes estrellas de la NBA

Tres herramientas para un objetivo

Puede que lo primero que venga a la cabeza al pensar en Johnson&Johnson sea un champú infantil. La empresa estadounidense los sigue fabricando, pero el corazón de su negocio ya está en otra parte: fármacos y productos médicos.

En ese negocio la innovación es clave, pero precisa de una estrategia clara. En el informe, Paul Stoffels, uno de los vicepresidentes ejecutivos de Johnson&Johnson, resume la suya en tres premisas claras: “Nos centramos en los avances médicos de más alto impacto; damos la misma importancia a las innovaciones internas que a las que vienen de fuera, pues somos muy conscientes de que no somos los únicos inteligentes de nuestro negocio; y nos aseguramos que estos programas de innovación están en línea con nuestros objetivos estratégicos”.

Bajando al detalle, Johnson&Johnson incentiva la innovación externa mediante tres herramientas: incubadoras -para cuando se habla de poco más que una idea-, laboratorios de innovación -cuando el problema es la maduración empresarial del proyecto- y programas de capital riesgo, en el caso de que la financiación comience a constreñir a la compañía. La organización tiene seis incubadoras, todas en Estados Unidos, con 150 empresas seleccionadas cuidadosamente: suelen cumplir sus requisitos una de cada diez que examinan. Además, dispone de seis laboratorios, centrados ya en desarrollos médicos, y una división de capital riesgo que invierte en más de 80 compañías.

Los consultores de Boston Consulting Group destacan una virtud de la política de innovación de Johnson&Johnson: los jefes de cada área ligada a la innovación son igualmente recompensados si un avance o novedad concreta se ha generado dentro de la empresa o nació fuera y ha sido asimilado. En el extremo contrario, el informe cita a una “gran compañía farmacéutica cuyos científicos se resistían a validar una nueva molécula, desarrollada por otros, que funcionaba mejor que otra en la que llevaban tiempo trabajando”.

La innovación está también ‘ahí fuera’

Los analistas de Boston Consulting Group destacan un aspecto muy concreto en la política de innovación de la compañía química BASF: su capacidad de encontrar oportunidades y detectar tendencias más allá de sus sedes. Para lograrlo, cuentan con una filial específica, BASF New Business, que no sólo rastrea lo que sucede en la industria, sino también en el conjunto de la sociedad, y analiza cómo las nuevas áreas de negocio pueden encajar en la compañía.

Para los autores del estudio, BASF ejemplifica cómo las empresas multinacionales y multiproducto pueden, a pesar de su enorme tamaño, apuntarse al flujo de la innovación. Y la alemana trabaja en varias vías y para varios clientes, con un perfil bajo para el público en general: suyas son desde un nuevo sistema de amortiguación para las zapatillas de Adidas hasta un maíz tolerante a la sequía. En la actualidad, gran parte de sus esfuerzos de innovación se centran en las baterías de los coches eléctricos.

Las tres compañías analizadas son un ejemplo de cómo la innovación tiene su sitio en cualquier sector en el que se aplique y pueden facilitar y contribuir al éxito de cualquier empresa.

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