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Economía

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Tras tiempos muy difíciles para el mercado inmobiliario en España, 2015 se ha consolidado como el punto de inflexión para el sector. La entrada del nuevo año nos permite echar la vista atrás y comprobar que la estabilización económica ha sido la gran protagonista de los últimos doce meses. Una situación que como se refleja en el último Flash Inmobiliario de BBVA Research ha tenido importantes consecuencias para el mercado de la vivienda, que ha despertado del letargo en el que llevaba sumido casi ocho años.

España tiene grandes retos por delante en este año que acaba de comenzar; pero, sin duda, el más importante es consolidar la recuperación económica y aumentar la creación de empleo. Los expertos coinciden en destacar que lo más importante es la estabilidad y la continuidad en las reformas para que sigan dando sus frutos.

Existen normas que castigan la falsificación y distribución de moneda falsa, reguladas por el artículo 386 del Código Penal, estableciendo penas de hasta 12 años de prisión. Así que por lo tanto, resultaría conveniente seguir al pie de la letra las recomendaciones que nos da el Banco de España, resumidas en tres sencillos consejos: vea, toque y gire. Siguiendo estas simples reglas estaremos a salvo de la mayor parte de de las falsificaciones.

La decisión de Mario Draghi, presidente del Banco Central Europeo (BCE) de dejar los tipos oficiales cercanos a cero (no en vano la remuneración de la facilidad de depósito -donde los bancos pueden depositar su liquidez- está en negativo) tiene un claro benefactor, todo aquel que tiene una hipoteca a tipo de interés variable y que la revisa en estas fechas.

El año que toca a su fin ha sido, como los últimos, una carrera de obstáculos. No obstante, España ha logrado superar con nota y cerrará con una “marca” cuanto menos considerada admirable por sus socios europeos (se espera un crecimiento del PIB del 3,2%). Como el resto de los países europeos, la economía española ha estado expuesta y sigue estando a diversos riesgos.

El comercio mundial se ha enfriado en un entorno de crecimiento económico moderado y de incertidumbre en las economías emergentes, precisamente las impulsoras de su dinamismo antes de la crisis de 2007-2009. Pero lo que también se frena en la última década es el impulso liberalizador previo. Barreras comerciales - arancelarias y no arancelarias - han dejado de caer, o incluso aumentan en algunas economías clave y ello va en detrimento del bienestar de la sociedad: del beneficio de las empresas y de la mejora de la disponibilidad en cantidades y precios de bienes y servicios para los consumidores.