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¿Qué es la Etiqueta Ecológica Europea (EEE) y cómo conseguirla?

La Etiqueta Ecológica Europea (EEE) es el sistema de etiquetado ecológico voluntario, creado por la Unión Europea en 1992, para identificar productos o servicios que cumplen una serie de criterios de sostenibilidad ambiental que los diferencia de otros productos similares. Su objetivo, por tanto, es promover productos y servicios con un impacto medioambiental reducido durante todo su ciclo de vida, así como proporcionar a los consumidores información exacta, con base científica, sobre su impacto en el medioambiente.

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El Comité de Etiqueta Ecológica de la UE es el encargado de gestionar este sistema de certificación. Además, cuenta con el apoyo de la Comisión Europea y de todos los Estados miembros. Su representación gráfica es una flor de tallo verde coronada por el símbolo del euro y las estrellas de la bandera europea. Dicho organismo público e independiente comprueba que el producto cumple los estrictos criterios ecológicos (como la huella de carbono) y de rendimiento definidos a nivel europeo.

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Creada en el año 1992, la Etiqueta Ecológica Europea constituye una parte importante de la política comunitaria de instrumentos voluntarios de ayuda a las empresas y a los consumidores para mejorar su actuación ambiental. En la actualidad, en la UE existen 88.045 productos con etiqueta ecológica, según datos publicados en la web de la institución europea. En España, 345 empresas y más de 16.000 productos cuentan con este distintivo.

¿A qué productos o servicios aplica y cómo solicitarla?

Cualquier tipo de bien o servicio que cumpla los criterios ecológicos (revisados cada cuatro años para ajustarlos a los últimos avances) puede ser candidato a esta etiqueta. Pueden obtenerla desde los detergentes, los ordenadores portátiles o la ropa, hasta los alojamientos turísticos. El sello o logotipo es utilizado para comunicar que el producto es ambientalmente preferible en el ámbito del sector de ese producto.

En el caso concreto de los alimentos o piensos, solo pueden acceder a la etiqueta ecológica de la UE si son productos certificados como ecológicos. Una circunstancia que está reflejada gracias al logotipo de la Unión Europea y el código numérico de la entidad de control de quien depende el operador responsable del producto. Este distintivo también facilita a los agricultores la comercialización de sus productos en todos los países de la UE.

La Comisión Europea agrupa en 12 categorías los productos y servicios a los que ha concedido la etiqueta ecológica. En España, son las comunidades autónomas las que deben nombrar el organismo competente para la concesión de la Etiqueta Ecológica Europea. A su vez, la solicitud del distintivo de la flor debe ser dirigida a los organismos competentes de las autonomías de origen del producto. En caso de no haber sido designado organismo competente, el solicitante deberá acudir a la Dirección General de Calidad y Evaluación Ambiental del Ministerio de Medio Ambiente y Medio Rural y Marino en Madrid.

La etiqueta ecológica de la UE no aplica a productos que contienen sustancias o preparados que respondan a los criterios que los clasifiquen como tóxicos, peligrosos para el medioambiente, carcinógenos, mutágenos o tóxicos para la reproducción.

A destacar también que la utilización de la etiqueta conlleva un abono al organismo competente de una tasa única de solicitud y un canon anual. Para el primer caso está establecido un pago de entre 200 y 2.000 euros, según el Estado miembro y el tipo o tamaño de empresa que solicite la etiqueta. Para el anual, el máximo es de 25.000. La UE lo detalla de esta forma en su página web.