¿Qué es la producción ecológica?
Regulada en España desde 1989, la producción ecológica es un sistema de gestión y producción agroalimentaria que combina las buenas prácticas ambientales junto con un elevado nivel de biodiversidad y de preservación de los recursos naturales. El objetivo es obtener productos a partir de procesos naturales, de gran demanda en los últimos años por parte de los consumidores.
La concienciación social para frenar el cambio climático y el aumento del consumo de productos ecológicos como transición hacia estilos de vida saludables, está impulsando la producción ecológica. España ocupa el primer lugar en superficie de agricultura ecológica de la Unión Europea y está entre las cinco primeras del mundo. Pero, ¿qué requisitos debe cumplir un producto para ser considerado ecológico?
La producción ecológica implica respetar las normas de la agricultura ecológica establecidas por la Unión Europea, que cubren los productos agrícolas incluida la acuicultura. Se trata de una regulación que abarca todas las fases del proceso de producción, desde las semillas hasta los productos alimentarios transformados.
La normativa se basa en varios principios fundamentales, como son la prohibición del uso de organismos modificados genéticamente modificados (OMG), también conocidos como transgénicos; la limitación del uso de fertilizantes artificiales, herbicidas y plaguicidas; la prohibición del uso de radiaciones ionizantes y de hormonas, así como la restricción del uso de antibióticos a cuando sea necesario para la salud animal.
Para cumplir con ello, los productores ecológicos deben adoptar métodos diferentes para mantener la fertilidad del suelo y la salud de animales y plantas, como la rotación de cultivos, la elección de variedades y razas resistentes y técnicas que fomentan el control natural de plagas para reducir el impacto de las malas hierbas y de los parásitos o el fortalecimiento de las defensas inmunológicas naturales de los animales.
Normativa adicional para la ganadería, el vino y la acuicultura
Además de las condiciones de la agricultura ecológica, los ganaderos deben cumplir adicionalmente otras normas específicas destinadas a proteger la salud de los animales y el medioambiente. Esta regulación incluye puntos relacionados con el bienestar de los animales, como suministrarles una alimentación que provenga de piensos 100% ecológicos, la prohibición de factores de crecimiento o la prohibición del atado o aislamiento de animales salvo por razones de bienestar, seguridad o veterinarias.
Por su parte, el vino ecológico debe elaborarse con uvas y levadura ecológicas, pero además se prohíbe el uso de ácido sórbico y de la desulfuración, y el nivel de sulfitos debe ser inferior a sus equivalentes convencionales (en función del contenido de azúcar residual).
La acuicultura, actividad vinculada a la crianza de especies acuáticas vegetales y animales, también debe tener en cuenta una serie de requisitos relacionados con la densidad de la población, la calidad del agua o el respeto de la biodiversidad, entre otras cosas.
El sello, lo que diferencia al producto
El consumidor puede diferenciar los productos ecológicos a través del logotipo de la UE que deberá estar etiquetado en el producto, y del código numérico de la entidad de control de quien depende el operador responsable del producto ecológico. Además, deberá incluir la marca del productor ecológico y los términos específicos de la producción ecológica.
BBVA impulsa la producción ecológica
España es el primer productor ecológico de la Unión Europea y el cuarto del mundo. El aumento de la demanda por parte de los consumidores de productos ecológicos está provocando que muchos negocios se planteen nuevas líneas de actividad vinculadas a lo ecológico. Para contribuir en la transición hacia modelos más sostenibles y rentables, BBVA ofrece a los agricultores y ganaderos el agropréstamo Conversión Ecológica. Se trata de la primera línea de financiación del mercado adaptada a las necesidades de los productores durante el periodo de conversión de una explotación agrícola o ganadera convencional en ecológica. BBVA facilita el poder hacer frente a los posibles desajustes entre ingresos y gastos que se generan a la hora de cumplir la normativa de la Unión Europea para comercializar productos ecológicos durante el periodo de conversión.
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