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La Generación Z ya empieza a cambiar el ecosistema de pagos

Nacieron con el nuevo siglo, y muchos de ellos son los hijos de los primeros ‘millennials’. La Generación Z ya empieza a ser importante en los pagos, y va imponiendo sus propios gustos.

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No hay consenso sobre su denominación —aunque se va consolidando la de Generación Z—ni sobre su inicio temporal, que se acostumbra a situar a partir de los nacidos en el año 2000. Pero lo cierto es que la Generación Z o ‘posmillennial’ se va configurando como una realidad, objeto de análisis en universidades, redacciones y departamentos de marketing.

Hoy todavía son niños o adolescentes, pero muy pronto tendrán un enorme peso social. No hay que olvidar que, siempre teniendo en cuenta que los límites temporales entre cada generación son discutibles, algunos estudios consideran que la Generación Z ya es la más numerosa en Estados Unidos.

¿Cómo piensan, qué expectativas tienen, cómo captar su interés? Caracterizados con frecuencia como una generación adicta a las pantallas y con poca capacidad de atención, enganchada a redes sociales visuales como Instagram y Snapchat, algunos artículos —como éste— avalan precisamente su capacidad para filtrar y seleccionar estímulos en cuestión de segundos, en un entorno en el que las posibilidades de información son infinitas.

El reciente estudio ‘Driving the future of payments’, elaborado por la consultora Accenture, centra buena parte de su análisis en el estudio de la Generación Z, y aunque encuentra muchas semejanzas con los ‘millennial’, ve enormes diferencias con sus padres y abuelos. No conocen un mundo sin Google, Apple, Facebook y Amazon, y el móvil es para ellos casi una tercera mano: el 80% renunciaría durante todo un día a la televisión para tener a cambio su teléfono.

Financieramente, el estudio de Accenture destaca que es una generación acostumbrada a utilizar las 'apps' de los bancos: un 69% de ellos lo hace diaria o semanalmente, frente al 17% de la generación del ‘baby boom’.  “Esto confirma un tremendo 'gap' generacional en el acceso a los servicios bancarios que se va a ensanchar” , dice el estudio.

Otra de sus grandes señas de identidad desde el punto de vista financiero es el uso de las monederos digitales a través del móvil, una herramienta natural para ellos pues simplemente no ven el sentido de llevar una cartera física con monedas, billetes y una tarjeta de crédito de plástico.

“Esto forzará a las entidades tradicionales a mejorar la propuesta de valor de sus pagos móviles como una cuestión de supervivencia”, aseguran desde Accenture. Y no es una cuestión de largo plazo: la consultora Juniper Research calcula que más de 1.600 millones de consumidores ya usan este tipo de ‘wallets’ digitales, y la cifra crecerá casi un 30% en 2019, superando de largo los 2.000 millones de usuarios.

Los monederos digitales serán, en consecuencia, uno de los principales campos de batalla de las entidades financieras para conquistar a la generación Z. Pero habrá muchos otros matices como, señala Accenture, la creciente importancia que los consumidores más jóvenes dan a los programas de puntos y fidelización en los pagos.

“Demandan una excepcional experiencia digital en todas las plataformas, y especialmente en sus móviles, y quieren ser compensados mediante recompensas personalizadas, ofertas y descuentos”, asegura Michael Abbott, experto en Servicios Financieros de Accenture. Abbott pronostica que la generación Z “forzará a los bancos y a los proveedores de pagos a pensar más allá de los aspectos funcionales de las apps de pagos móviles, para crear una experiencia de usuario más completa”.

Las ofertas y las alianzas entre marcas y empresas serán así cada vez más importantes para convencer a una generación que, de momento, realiza pequeños pagos como el de una pizza entre amigos, pero que dentro de poco estará inmersa en el mercado laboral y después lo liderará. Los proveedores de servicios de pagos no tendrán fácil conquistar su atención, pero al menos ya saben cuál su principal característica como consumidores: todo pasa por sus móviles.