Cerrar panel

Cerrar panel

Cerrar panel

Cerrar panel

Richard H. Thaler, el Nobel de la economía conductual

El estadounidense Richard H. Thaler ha sido distinguido por la Real Academia Sueca con el premio Nobel de Economía 2017 por “sus contribuciones a la economía conductual”.

richard-h-thaler-nobel-bbva-efe

Richard H. Thaler, que actualmente trabaja como profesor de Ciencias Conductuales y Economía de la Universidad de Chicago Booth School of Business, ha desempeñado, según la Academia, “un papel crucial en el desarrollo de la economía del comportamiento durante las últimas cuatro décadas”. No es la primera vez que la Academia Sueca distingue a un investigador en este campo. Ya en 2002, el psicólogo Daniel Kahneman recibió el Premio Nobel de Economía, “por integrar aspectos de la investigación psicológica en la ciencia económica”.

La economía conductual combina la economía con la psicología, para estudiar lo que ocurre en los mercados y analizar el comportamiento de las personas, sus limitaciones y los problemas derivados de estas limitaciones. En contraposición con la teoría económica clásica, defiende la irracionalidad de los agentes económicos a la hora de tomar decisiones en finanzas. Thaler, siempre preocupado por acercar sus teorías al gran público, es autor de varios títulos divulgativos sobre estos temas —entre los que se destaca el 'bestseller' “Nudge: Improving Decisions About Health, Wealth and Happiness”— e incluso, hizo una breve aparición en la película ‘The Big Short’.

En sus teorías, Thaler explora las consecuencias de tres rasgos principales del comportamiento de las personas que afectan no solo a las decisiones individuales, sino al comportamiento del mercado. 

1- Contabilidad mental, una asignatura pendiente 

“Esta cantidad para pagar la casa, esta para facturas, esta para el colegio de los niños, esta para la cesta de la compra…” Las personas tienen tendencia a crear cuentas separadas en sus mentes, centrándose en qué impacto tendrá cada una de sus decisiones en la partida correspondiente, en vez de su efecto en la totalidad de sus finanzas. Esta sería la explicación de comportamientos impulsivos como fijarse antes en la rebaja de un producto y no en su precio original o pedir un crédito al consumo para no sacar dinero de otra cuenta.

Thaler también ha demostrado un comportamiento bautizado como “efecto de dotación”: las personas valoran más un producto cuando lo poseen que cuando no lo tienen. Este comportamiento se explica por la aversión que sienten los individuos a las pérdidas, lo que se conoce como “miedo a la desposesión”. Thaler, aficionado al mundo del vino, pone este ejemplo para explicarlo: el dolor que sienten las personas cuando se desprenden de una botella de gran calidad, es mayor que el placer de comprar otra de igual valor. La disposición a comprar o vender de las personas, depende de si tienen el producto en propiedad o no.

2- ¿Qué es justo y qué es injusto? 

Thaler también ha llegado a la conclusión de que la percepción social de lo que es justo o no, puede afectar a las decisiones económicas de las empresas, impidiéndoles subir los precios cuando hay más demanda, pero no cuando suben los costes.

Por ejemplo, en los días lluviosos, la demanda de paraguas aumenta, por lo que los vendedores tendrían un incentivo para aumentar su precio. Sin embargo, una subida excesiva del coste de este producto, provocaría el efecto contrario. Los consumidores pensarían que la empresa se está aprovechando de ellos y la boicotearían por intentar explotar una situación que le es favorable, lo que reduciría su negocio.

3- Tentación de ahora, problema para el futuro 

Según Thaler, las personas tienen problemas a la hora de planificar a largo plazo ya que suelen sucumbir a las tentaciones a corto plazo. Esta es la razón por la que fallan los planes para ahorrar de cara a la jubilación o llevar una vida más saludable.

Diego  Valero, presidente de Novaster y profesor de la Universidad de Barcelona, desarrolló durante la jornada de previsión de BBVA Asset Management y BBVA Seguros, una ponencia sobre las claves de una jubilación tranquila, que explicaba este rasgo, con un ejemplo muy claro. Si en un cóctel se avisa a los asistentes de que van a poder elegir entre unas bandejas de fritos y otras de fruta fresca, es probable que la gran mayoría estén predispuestos a tomar la fruta. Sin embargo, al enfrentarse a la realidad, se verán en dificultades para mantener esa convicción. “Por mucho que hayan pensado: ‘Yo iré a la fruta’, cuando pase el camarero con las croquetas o el jamón, la manzana se quedará para la merienda”, concluye Valero.

Un ‘empujón’ para la jubilación

La solución que propone el nuevo Nobel de Economía a esta falta de autocontrol, es lo que se conoce como “teoría del empujón”: hay que diseñar políticas que ayuden en la toma de decisiones a las personas y que sirvan como una guía para alcanzar la vida que desean. En el caso de la jubilación, Thaler defiende que las instituciones ayuden a las personas a ahorrar con pequeños estímulos o ‘empujones’ que les lleven en la dirección correcta. Un ejemplo de estos estímulos podrían ser, según el Nobel, los planes de pensiones recogidos en la nómina.

Diego Valero ilustró esta teoría, durante su ponencia, con el ejemplo de los 100 dólares, publicado en varias revistas especializadas: “Se hizo un experimento donde se regalaban 100 dólares para invertir, al mismo tipo de interés, en una cuenta corriente donde la disponibilidad es inmediata o en un plazo fijo con una penalización del 10%, ¿qué elegirían ustedes?”. Es fácil pensar que la opción A sería la seleccionada por la mayoría, pero los resultados sorprenden: el 35% prefiere la opción B; si se aumenta la penalización al 20%, el porcentaje sube al 43% y si no hay opción de retiro, la cifra sube al 56%. La explicación se basa en la “estrategia de Ulises”, el personaje mitológico que se ató al mástil de su barco para no sucumbir a los tentadores cantos de las sirenas: “Preferimos que nos aten”, dice Valero. “En el tema de las pensiones, preferimos que nos ayuden a hacer las cosas de forma que no tengamos que tomar decisiones”.

Una vez que se es consciente de estos sesgos del comportamiento,  la solución pasa por una correcta planificación financiera que ayude en la toma de decisiones y sirva como guía para alcanzar la vida que se desea. Tal y como explicó Rafael Verástegui, director de Previsión Colectiva de BBVA Seguros, No seamos impulsivos; razonemos, planifiquemos y obliguémonos a ahorrar”.

¿Te gustaría saber más sobre economía conductual? Accede al Centro para la Educación y Capacidades Financieras y descubre toda la información relevante sobre educación financiera en el mundo.