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Planificación> Impuestos 05 may 2022

Declaración de la renta en España: qué gastos son deducibles fiscalmente

Los gastos deducibles son los que, siendo necesarios para la actividad, se pueden restar de los ingresos brutos para obtener un ahorro a efectos impositivos. Las agencias tributarias regulan por normativa cuáles son, por lo que conocerlos bien puede suponer un ahorro en la declaración del IRPF y una ayuda a la salud financiera familiar o empresarial.

Declaración de la renta en España: qué gastos son deducibles fiscalmente

Desde el pasado 6 de abril, millones de contribuyentes están llamados a rendir cuentas con Hacienda. Hasta finales de junio, los funcionarios, así como la página web de la Agencia Tributaria y su ‘app’ móvil están a disposición de los ciudadanos para que presenten la declaración de sus rentas del ejercicio 2021-22. Pero la campaña no empieza el mismo día para todos los supuestos. Por ejemplo, quienes realizan la declaración por teléfono tendrán que esperar hasta el 5 de mayo, y los que quieran entregarla en las oficinas lo podrán hacer a partir del 1 de junio. En tales casos, deben reservar cita previa entre el 26 de mayo y el 29 de junio. El plazo para su presentación finaliza el 30 de junio, salvo para aquellos cuyos resultados supongan ingresos y quieran domiciliar estos en sus cuentas bancarias, en cuyo caso finaliza el 27 de junio.

¿Cómo aligerar la factura del IRPF?

Así como las fechas varían dependiendo del contribuyente, también lo hacen las formas en que estos pueden aligerar sus facturas del Impuesto de la Renta de las Personas Físicas (IRPF). Por un lado, están los beneficios fiscales, que son exenciones o deducciones impositivas que se establecen para incentivar algunas situaciones o acciones determinadas. Estos son de índole estatal y autonómica, y suelen estar vinculados a rentas bajas y circunstancias particulares. Por otro lado, existen los gastos deducibles que en lo que respecta a actividades empresariales o profesionales o por cuenta ajena, te permiten reducir tus ingresos derivados de dichas actividades aliviando la factura final, y que son imprescindibles para poder desempeñar una actividad profesional o empresarial.

¿Qué gastos son deducibles fiscalmente?

Los gastos deducibles fiscalmente en el ámbito de actividades empresariales o profesionales o por cuenta ajena, son los que, siendo necesarios para realizar dichas actividades, se pueden restar de los ingresos brutos, minorando por lo tanto las rentas y el impuesto a pagar correspondiente a las mismas. Tanto los empleados por cuenta ajena como los empresarios y autónomos pueden deducir diferentes gastos. Así, por ejemplo pueden deducirse desde cotizaciones a la Seguridad Social o las mutualidades de funcionarios, como MUFACE, hasta las cuotas a sindicatos y colegios profesionales; con un máximo del 20% de descuento en el primer caso y de 500 euros en el segundo, para aquellas actividades que requieren estar colegiado para su ejercicio. También las personas con discapacidad de más del 33% y en activo pueden tener deducciones, según sus ingresos.

¿Cuáles son los gastos deducibles de un autónomo?

La Agencia Tributaria también permite la deducción de gastos a los trabajadores autónomos. Para esto, el gasto debe cumplir una serie de requisitos para ser considerado deducibles:

  • Estar vinculado a la actividad profesional o empresarial de la que se declaran las rentas.
  • Ser fehaciente, habiendo sido correctamente justificado y contabilizado. Es decir, salvo determinadas excepciones, debe existir factura que indique los datos fiscales y documente el gasto, también recogido en el libro de cuentas.
  • Ser devengado en el mismo período impositivo en el que se declaran las rentas.
Declaración de la renta en España: qué gastos son deducibles fiscalmente

Los gastos deducibles más comunes para los autónomos son los consumos de explotación. Estos los forman todas las materias primas, combustibles, envases, embalajes y material de oficina imprescindibles para realizar el trabajo, lo que incluye el precio de adquisición y los gastos adicionales hasta su recepción final, como transporte, aduanas, seguros. Además, el coste de producción de lo fabricado por la propia empresa se obtiene añadiendo al precio de adquisición los costes directamente imputables al producto y la parte que razonablemente corresponda de costes indirectos de su proceso de fabricación.

También se pueden deducir los gastos de amortizaciones de los propios bienes materiales o intangibles, es decir, el importe de su deterioro.

Gastos deducibles también son los vinculados a sueldos y salarios de empleados, así como dietas, pagas extraordinarias y asignaciones para gastos de viajes. También se deducen los gastos de la seguridad social a cargo de la empresa y las aportaciones a mutualidades del titular de la actividad, como las cotizaciones al régimen especial de trabajadores autónomos (RETA) de este. Otros gastos de personal son los derivados de la formación laboral, de la indemnización por rescisión de contrato de los trabajadores, sus seguros de accidentes, obsequios a clientes y personal, y contribuciones a planes de pensiones o a planes de previsión social empresarial.

Hoy abundan los gastos fruto del uso del domicilio como lugar de trabajo. En estos casos, el autónomo puede acogerse a la reducción del 30% de suministros domésticos, tales como el agua, el gas, la electricidad y la telefonía de la parte proporcional de la vivienda destinada a la actividad, siempre y cuando este se lo haya notificado a Hacienda en su declaración censal.

Estas deducciones se unen a las aplicadas a arrendamientos y cánones, incluyendo alquileres, cánones, asistencia técnica y cuotas de arrendamiento financiero que no tengan por objeto terrenos u otros activos no amortizables. Así como a las sobrevenidas de reparaciones y conservación, como gastos de mantenimiento, repuestos y adaptación de bienes materiales; excluyendo los derivados de ampliaciones o mejoras porque se consideran inversiones amortizables en varios años.

Los actuales autónomos también suelen incurrir en pagos vinculados a sus viajes, de los que se deducen los gastos por dietas de manutención. De ellos, se pueden descontar hasta 91,35 euros dependiendo de si su dispendio involucra pernoctar o no, y de si la compra se hace en España o en el extranjero. Otros servicios exteriores deducibles incluyen gastos en I+D, publicidad, seguros y servicios bancarios, mientras que los gastos financieros y los tributos fiscalmente deducibles, como el impuesto de bienes inmuebles (IBI) o el de actividades económicas (IAE), se suman a los descuentos realizados sobre los servicios de profesionales independientes. De estos últimos, el autónomo puede deducir los honorarios de economistas, abogados, auditores, notarios, así como las comisiones de agentes comerciales o mediadores independientes.